⚕️Noche De Chicos⚕️

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Narra Slash

Llegamos a la casa y nos encontramos con el living transformado en lo que parecía un campamento improvisado. Había pequeñas tiendas adornadas con luces, cojines desparramados y paquetes vacíos de frituras y palomitas tirados por el piso. El lugar olía a una mezcla de comida y perfumes dulces, el típico rastro de una buena fiesta de despedida de soltera.

Decidimos quedarnos todos en casa de Freddie para no interrumpir la diversión de las chicas en su noche especial. Cuando finalmente las despertamos, medio adormiladas pero sonrientes, ellas se ofrecieron a preparar el desayuno mientras nosotros nos encargábamos de limpiar el desorden.

Mientras ellas estaban en su despedida de soltera la noche anterior, nosotros habíamos estado planeando la de Roger. Todo quedó organizado: sería en un bar. No uno de strippers ni nada parecido, simplemente un bar tranquilo para pasar un buen rato. Acordamos firmemente que no habría ni prostitutas ni groupies. Roger estaba a punto de casarse, y yo, por mi parte, estaba demasiado enamorado de ____. Algo así solo complicaría las cosas entre nosotros.

Las chicas se ducharon y se arreglaron mientras nosotros nos relajábamos en la sala, conversando para matar el tiempo hasta la hora de ir al bar. Había una energía tranquila y cómoda en el ambiente, ese tipo de vibra que solo surge entre amigos de confianza.

—¿Y qué van a hacer hoy? —preguntó Jessie, instalada cómodamente sobre las piernas de Roger, mientras le revolvía el cabello con cariño.

—Espero que nada fuera de lugar, ¿eh? —añadió Erin con un tono serio, lanzándole una mirada de advertencia a Axl, que no pudo evitar soltar una risita nerviosa.

En la cocina, _______ estaba ocupada preparándose un cóctel, completamente ajena a nuestra charla. Observé sus movimientos mientras mezclaba ingredientes con precisión, una sonrisa divertida cruzando mis labios. No importaba qué tan ruidoso o desastroso pudiera ser el día, ella siempre parecía mantener un aire de calma que lograba tranquilizarme.

💜

Íbamos en el auto de Brian hacia la fiesta. Al llegar, apenas entramos, un grupo de chicas se nos lanzó encima. Algunos de nosotros les sonreímos, pero al final las apartamos educadamente para dirigirnos a nuestra mesa.

La noche arrancó fuerte. Empezamos a beber sin control: Jack Daniel's, vodka, NightTrain, cervezas... Un cóctel de caos líquido. De vez en cuando, me levantaba y me escabullía al baño para inyectarme heroína. Era mi pequeña rutina oculta, aunque a estas alturas no creo que fuera un secreto para nadie.

A medida que avanzaba la noche, el alcohol comenzaba a hacer efecto. Izzy y Axl apenas podían mantenerse en pie, balbuceando tonterías entre risas. Freddie, en cambio, casi no había bebido; parecía el único cuerdo entre nosotros.

Steven llegó tambaleándose con una chica apoyada en sus brazos, ambos claramente ebrios.

—Chicos, les presento a esta belleza —dijo con una sonrisa satisfecha.

—Hola... —saludó ella, algo tímida, aunque igual de descompuesta por el alcohol que Steven.

—Es amiga de Iggy Pop —soltó con una seguridad que nos hizo estallar en carcajadas. Sí, claro, Iggy Pop. Como si eso fuera remotamente posible en un bar como este.

—Por favor, siéntense —respondió alguien, mientras la chica se dejaba caer en las piernas de Steven. Ignoramos sus alardes hasta que ella señaló hacia el baño.

—Ahí está —dijo, pero ninguno le creyó... Hasta que miramos mejor. ¡Ahí estaba realmente! Iggy Pop, en persona, tan tranquilo en una silla de cuero con chicas hermosas a su lado. Por un momento se me olvidó que estaba borracho y drogado; el simple hecho de verlo despertó mi lado más sobrio.

—¿Qué tal si vamos a saludarlo? —propuso Roger mientras se levantaba con determinación.

—Yo te sigo —respondí, dejándome llevar por la idea.

Nos acercamos a donde estaba el legendario Iggy. Me costaba creerlo, pero ahí estaba él, con su presencia imponente y su sonrisa que parecía conocer todos los secretos del rock.

—Señor Iggy, es un honor... —dije, tratando de parecer compuesto mientras el mareo y las alucinaciones jugaban con mi percepción.

—Los Guns N' Roses con Queen... ¡Qué momento épico! —respondió, esbozando una sonrisa.

—Más épico ha sido encontrarlo aquí —dije con una mezcla de admiración y desconcierto.

Había una chica rubia al lado mío. Su sonrisa coqueta me tenía distraído, haciéndome olvidar todo lo demás por momentos. ¿Qué demonios estoy pensando? Deberías estar aquí conmigo, ____. Te extraño como nunca.

—¿Y tú, Slash? —preguntó de pronto Iggy, sacándome de mis pensamientos.

—Pues... también estoy enamorado. —Su imagen me invadió de nuevo: ____ y su sonrisa, esas curvas que eran solo suyas.

—He visto noticias y revistas. Es linda tu chica. —Se equivocaba. No era solo linda.

—Es hermosa —respondí casi automáticamente, mi mente anclada a la idea de lo mucho que la extrañaba.

—Creo que la conocí hace unos años —añadió Iggy casualmente, como si fuera un dato sin importancia. Contó que la vio en el '87, cuando era novia de Angus. No dejó de remarcar que ella había estado loca por aquel tipo, sin dedicarle atención a nadie más, ni siquiera a él. Sin embargo, ahora parecía feliz conmigo, y según Iggy, eso era lo único que importaba.

Nos invitó a una fiesta de un amigo, una oferta que aceptamos sin titubear. Subimos a la limusina con un par de chicas que parecían entusiasmadas de unirse. La noche se convirtió en un torbellino: una típica fiesta de los Guns, con drogas, chicas, música y una enorme piscina como protagonista.

Tomé un cigarrillo de crack, y al poco tiempo estaba riendo a carcajadas por absolutamente todo. Decidí lanzarme a la piscina con todo y botella de Jack Daniels. En algún punto, comenzaron los juegos de besos, pero yo me retiré. No iba a ser infiel. No a ella.

Mientras me secaba junto a Iggy, aproveché la oportunidad.

—Iggy, ¿cuándo conociste a ____? —pregunté con cierto recelo, queriendo despejar la imagen de Angus de mi mente.

—En el '87. Ella era novia de Angus. Nunca me prestó atención, lo amaba demasiado. Pero ahora está contigo, y eso lo cambia todo. Está claro que la haces feliz. Tienes que valorarla, hermano, porque es una mujer increíble —dijo con sinceridad antes de volver su atención a Freddie.

En ese momento sentí un calor en el pecho, una mezcla de orgullo y culpa. Ella confiaba en mí, y yo debía demostrarle que valía la pena.

El resto de la noche pasó como un sueño difuso entre risas, música y un caos controlado. John, completamente borracho, intentó colgarse de un candelabro mientras gritaba que iba a morir. Era imposible distinguir entre lo absurdo y lo real, pero para nosotros solo era otra noche más en la locura del rock.

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Fuck you. [Slash & tu] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora