Online Gamer ~yoontae~

Capitulo 68

Cuenta Taehyung.

Me encuentro saliendo de la clínica.

Mi presión empeoró, los mareos, de nuevo la maldita hemorragia y el dolor de cabeza insoportable.

La temperatura está muy baja, y a pesar de que traigo varias cosas encima y la bufanda envolviendo parte de mi rostro, pareciera que no traigo nada, como si la misma frialdad estuviera incrustada en mis venas. Como si fuera una maldita momia.

Es de noche, tuve que venir porque no soportaba los dolores, y lo que rara vez en mi vida había hecho, preguntar a muchos desconocidos sobre qué camiones se tomaban, pues el hospital está bastante retirado.

Me acerco a la parada de autobuses, volteo a mi alrededor, una mujer está llorando y una persona intenta consolarla, parece tenerle mucho cariño, se ve triste de verla así, me giro hacia enfrente y tan sólo escucho un "Dios nos ha abandonado" por parte de ella. Varias personas la miran, algunas extrañadas, otras comprensivas y otras con curiosidad.

Cierro los ojos, suspirando, como si de un momento a otro no estuviera en este lugar, como si simplemente no quisiera pensar, sólo trato de poner mi mente en blanco, y por momentos, ya no estar aquí, aunque fisicamente lo este; se escucha el autobús venir, quienes venimos esperándolo comenzamos a subir.

Me siento en algún lugar, es extraño estar en un autobús de noche, solía tener miedo de salir de noche, a veces lo tengo, pero cuando estás solo no tienes más opción. Lo haces porque lo haces.

Sigo escuchando el llanto de aquella mujer, y mil cosas llegan a mi mente, el motivo por el cual llorará, y quién supongo está con ella, pues solamente puedo oír la voz, le dice: "Vas a ver que todo va a estar bien, las cosas mejoraran, no pierdas la fe"

Ni siquiera sé qué pensar respecto a eso.

Volteo hacia la ventana que tengo enseguida de mí, viendo las luces de las calles, las viviendas con las luces encendidas, que parecieran resplandores en un ocaso abismo repleto por el manto de la noche, el clima es frío, quizás algún copo de nieve cae y el silencio, como si fuera espectador de una historia que anhela ser contada.

El autobús se detiene en una avenida conocida, al bajar camino por las calles llenas de grafiti, maleza y todo eso, pasando con miedo y mirando para ambos lados.

La respiración se me corta, ¿será la maldita presión otra vez o alguna otra de las mil cosas que me están comiendo por dentro? Como si fueran gusanos que cada día, me tragan más, aquellos aferrados a mi cuerpo.

Es increíble, ahora no serán trece pastillas las que tome, sino más.

Supongo que diga lo que diga no servirá de nada, quejarme, enojarme, llorar, maldecir. Pero quiero hacerlo. Y soy libre de hacerlo.

Al llegar a mi apartamento me quito la bufanda y la lanzo en algún lado, no he comido nada en este día más que en el trabajo, tengo un poco de hambre pero cuando entro a la cocina me doy cuenta que, para colmo, la estufa de gas portátil parece estar descompuesta, maldigo, ¿qué más me falta? ¿Que el techo se me caiga encima?

Lo único que tengo son algunos sobres de pasta instantáneos, que se hacen con agua caliente. Ni siquiera sé en dónde podré arreglar esta especie de estufa.

No entiendo como no me he vuelto loco.

Cuenta Jungkook.