42. Sick like me

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Miami, Estados Unidos.

POV POCHÉ.

Is it sick of me to need control of you? Is it sick to make you beg the way I do? Is it sick of me to want you crawling on your knees? Is it sick to say I want you biting down on me? Are you sick like me?

-Arrodíllate.-le ordené a Calle después de haberle vendado los ojos.
-No juegues con fuego cariño, te puedes quemar.-me advirtió mientras de arrodillaba.-me parece algo injusto de tu parte que no te pueda ver.
-Se que deseas verme amor, pero no hoy.-dije en su oído.

En la habitación solo se escuchaban nuestras respiraciones por unos segundos. Me encontraba ansiosa y deseosa. Amaba tener el control, lo encontraba excitante. Pero encontraba más excitante cuando ella me controlaba. Solo que esta vez era mi turno de jugar sucio. Saqué unos esposas de un cajón, puse sus manos en la espalda y se las coloqué.

-Me sorprendes siempre ¿De donde sacaste las esposas?-preguntó sorprendida.
-De eso hablamos luego.-dije antes de darle un beso que poco a poco se fue volviendo intenso.

Sentía como ella iba bajando sus besos hasta mi cuellos, solté un leve gemido cuando ella me mordió, amaba que hiciera eso. Pero sabía su juego, intentaba tomar el control, pero a mi no se me olvidaba que hoy mando yo y no pensaba cambiar de papeles. Me separé levemente de ella para observarla, me encanta tenerla así, de did a a mis pies, con la lencearía que yo le escogí para que se ponga. Por más que quería hacerla mía de una vez por todas me resistí para divertirme ir rato. Me puse detrás de ella y con mi mano guié su cabeza para que me besé, bajaba lentamente mis manos hasta su vientre, sabía que eso le desesperaba. Escuché un leve quejido de su parte y deje de besarla para bajar mis besos hasta su cuello. Mis manos subieron hasta sus pechos para acariciarlos.

-¿Puedes dejar de jugar conmigo por favor?-preguntó entre suspiros.
-Oh cariño, esto apenas inicia. Levántate.-ordené.

Ella se puso de pie y la guíe para sentarse en la orilla de la cama. Con cierta desesperación le quite la ropa lencería y la tire por algún lugar de la habitación. Le quite las esposas y puede ver una sonrisa en su rostro.

-Me desesperaba no tocarte.-admitió.-Ni verte.
-No cantes victoria, amor. No te las quite para que puedas hacerlo.-hable maliciosamente.
-¿Ah?

La besé mientras la recostaba, ella pasaba sus manos por mi espalda intentando cambiar papeles pero no lo iba a permitir. No aún. Tome sus manos y las guié hasta arriba de ella, con sus brazos arriba de la cabeza tome rápidamente las esposas y se las coloque de nuevo. No pude evitar reír un poco.

-Juegas de manera muy sucia ¿Lo sabías?-preguntó.
-Si, pero así me amas.
-Totalmente.

Comencé a besar su cuello y fui bajando poco a poco dejando besos y mordidas hasta llegar a sus piernas.

-Hija de puta, ya no podré usar algún short o crop top por tu culpa en un par de días.-dijo cuando volví a subir hasta sus labios.
-Mejor par mi, nadie te tendrá que ver.-reí.

Lentamente baje mi mano hasta su centro y con mis dedos advertía que iba entrar en el. Escuché un ligero gemido de ella, ya la había hartado lo suficiente. Introduje mis dedos en ella y comencé a moverlos de forma lenta, nuestras respiraciones cada vez se hacían más pesadas y los jadeos se escuchaban más continuos. Besaba su cuello para desespérala, me encanta oír sus gemidos cerca de mi oído.

-Poché...-dijo entre jadeos.
-Dime.
-Estoy... estoy cerca.-apenas pudo decir.
-¿Ah si?
-Aja...-solo Eso pudo contestar.

One Shots CachéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora