LA, Estados Unidos.
Hay historias de amor que nunca terminan. Que se esconden tras la vuelta de tu esquina. Que bailan sobre un solo pie. Que reman con un remo, que beben sin sed. Hay espacio, hay dolor, hay deseo. Corazones en el aire llenos de agujeros.
La ciudad se encontraba soleada como siempre, el tráfico de la ciudad y la gran cantidad de gente por la calle. Para Poché era su primera vez en Los Ángeles al igual que el resto de sus compañeras, Camila Esguerra, Olga Vives y Natalia Afanador. Habían sido invitadas a ser parte de un grupo de escritores para armar una serie de libros contando experiencias, historias, reseñas...
Era un enorme proyecto llamado "Los Ángeles en los LA" todo había sido idea de un gran escritor de novelas, Juancho Muñoz. El después de haber estado en una firma de libros y conferencia en Londres se le ocurrió ese proyecto. Así que reunió a los escritores que el le pareció que hacen un trabajo increíble y los llamó.
El plan era que vivan 9 meses en LA (Los que estaba en sus posibilidades, claro). Luego de que todos hayan llegado a la ciudad y haberse instalado en los departamentos (que el se había tomado el tiempo para que todos estén cómodos) un chofer los pasaría a buscar a cada uno de ellos para que puedan llegar a su casa. Obviamente todos irían juntos así que el autobús rentado comenzaría a pasar desde las 8:30 por orden.
Y para la suerte de las chicas pasarían por ellas a los ultimo, les alegraba por que su vuelo se había atrasado, llegaron a las 6 de la tarde y ya eran las 7:30 cuando apenas dejaban sus maletas en el departamento.
-Okey hay 4 habitaciones, una tiene baño propio. Nos toca rifarlo.-dijo Olga cuando vio a sus compañeras discutir por quien se quede la habitación con baño.
-De acuerdo.-aceptaron todas.
Saco un bolígrafo de su mochila que traía y arrancó una hoja de una libreta que le habían pasado. Lo partió en 4 pedazos, escribió el no,haré de todas en cada uno y los hizo bolita para revolverlo en sus manos.
-Nata, saca el papel ganador.-dijo Olga extendiéndole los papeles en sus manos.
-Muy bien... la que se queda con la habitación más pedida es... Camila...-dijo triste.
-¡Siiiii!-gritó Camila emocionada.
-Apúrense chicas, solo un baño de los 2 que hay tiene regadera así que hay que apurarnos antes de que pasen por nosotras.-dijo Poché.-¡Escojo la habitación al final del pasillo!-anunció mientras entraba a esa habitación.
Entre Olga y Natalia no hubo lio, nada más caminaron al pasillo de habitaciones y cada quien entró del lado en el que estaba. Natalia el de la izquierda y Olga al de la derecha.
-¿Quien se baña primero?-preguntó Poché cuando las tres chicas se encontraban fuera del baño.
-Yo tardó más en arreglarme creo que será mejor que pase yo primero.-sugirió Natalia.
-Esta bien... iré a alistar mis cosas por mientras.-dijo Olga volviendo a su habitación.
Poché se dirigió a la cocina y buscó una botella de agua que estaba en el refrigerador.
-El que renta es buena gente, al menos nos dejó agua.-dijo para sí misma.
Poché se asomó por el balcón del lugar y vio la gran vista a la ciudad que tenían para ellas. Le emocionaba estar en Los Angeles y saber que tiene que explorar esta ciudad... en increíble. Además de estar con sus amigas que igual son escritoras... un sueño para ella.
Hay besos compartidos, robados elegidos. Mil señales de humo entre amantes perdidos. Amores de un rato, in tiempo ni trato. Leyes de gravedad sin caída. Cicatrices sin heridas expedidas. Bienvenidas que suelen caminar por la misma avenida.
Poché se hizo una gran escritora de novelas, pero sus libros nunca terminaban con una pareja junta... sus libros eran más de temas sobre la depresión, la ansiedad, sobre temas que a varios les serviría. Conoció a Camila en una conferencia igual y los poemas de ellas son tan hermosos. Olga hacía libros sobre cómo ayudar el medio ambiente y logró influir a muchos, era una experta en el tema, creaba historias de ciudades destruidas y todo por la contaminación. Natalia sacó una edición de reseñas sobre ropa, restaurantes y lugares. Ella tenía un blog pero las reseñas más importantes las convertía en libros.
