Miami, Estados Unidos.POV CALLE.
I know you don't want me anymore. By the look on your face. They say when it rains it pours, You can tell by my face. Oh, and I know And you know that we've been here before. I think I know how it should end. We got an audience calling us crazy.
-¡Suéltala!-escuché grito de Sebastián.
Dylan me tenía contra los casilleros y sentí otro golpe en el estómago de su parte. Caí al piso cuando sentí que me soltó y escuché un golpe ocasionado por que Sebas los arrojó contra los casilleros. No sentía fuerza alguna para levantarme, quería quedarme ahí y llorar. Escuché a Poché gritar mi nombre y unas sombras que veía en el piso me hicieron saber que venía hacia a mi.
-Amor, respóndeme por favor.-dijo Poché tomando mi rostro.
No podía emitir algún otro sonido más que un quejido, quería decirle que todo va a estar bien, que estoy bien. Sebas había hecho que Dylan se vaya y me deje en paz. El sabe que no me gustaría que se meta en algún problema por mi culpa así que por eso no lo golpea. Escuchaba murmullos de algunos estudiantes. ¿Nadie piensa si quiera hablar a un maestro? El director siempre anda castigando a los que llegan tarde y pendiente de ellos, pero en esta situaciones no me sorprendería que no esté.
Sebas me tomo en sus brazos y me susurro al oído que nos dirigíamos al hospital. Poché iba detrás de el y hablaba por teléfono, supongo que le pedía a Natalia que lleve sus cosas luego. Ella abrió la puerta trasera del auto y entró primero, Sebas me dejó en la parte de atrás con ella, mi cabeza recostada en sus piernas, me dolía verla mal. Sus lágrimas comenzaban a salir y tome aire para poder hablar.
-No...-estire mi mano para limpiar sus lágrimas. Volví a respirar profundo.-No... no...llores.-sonreí como pude.
-Es injusto que esto pase, desearía que nada de esto esté pasando.-dijo ella.Ella tomó mi mano y la entrelazó con la suya, besó mis nudillos mientras respiraba profundo. ¿Que hicimos para merecer esto? ¿Amarnos?
-Llegamos.- anunció Sebas.
El apago el motor y bajo del auto rápido, rodeó el auto y abrió la puerta del lado donde yo estaba. Me volvió a cargar y Poché salió de ultimo. Al entrar al hospital una enfermera nos atendió y nos llevó a una habitación para que el doctor pueda revisarme. Después de entrar un rato el doctor entró y al verme suspiró.
-¿De nuevo?-preguntó acercándose a mi.
-¿No obvio?-contesté sarcástica, al menos ya podía hablar bien.
-Es el 3 en dos meses, Calle.
-Lo sé, Tio.El era el papá de Natalia, nos conoce a Poché y a mi desde pequeñas y le decíamos así de cariño. Cuando Poché y yo comenzamos a salir el fue el primero en saberlo, se había alegrado tanto por nosotras.
-¿Quien hace esto?-preguntó mientras aplicaba pomada a los golpes de mi estómago.
-Tienes que decirle, amor. Esto no puede seguir así.-dijo Poché mientras tomaba mi mano.
-Ya que tú no lo piensas hacer, yo lo haré.-hablo Sebas ya fastidiado.-Un chico en la escuela que se llama Dylan. Alto, rubio, capitán del equipo de fútbol, deseado por todas las chicas... menos por Calle y Poché. Por lo tanto, las odia.
-¿Por que solo a Calle?-preguntó mi tío.- Digo, no quiero que le pase ninguna a las dos, pero... bueno, me entienden.
-Por que Calle fue la primera chica de la escuela en rechazarla, y cuando ellas anunciaron su relación... fue a la primera que atacó.-respondió Sebas.
-Calle ¿Cuando vuelven tus padres de Londres?-preguntó mi tío.
-En un mes.-contesté.
-Es mucho tiempo, iré a la escuela mañana, esto no puede seguir así. No quiero que algo más les pase, a ninguno de los 3. Se nota que ese chico no tiene cerebro en su cabeza.