Madre

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- Hola, tesoro.

Su primer pensamiento es para Henry, que de seguro no le ha dado tiempo siquiera a llegar a sus aposentos.

- ¡Henry!

Corre hacia la puerta, pero esta se cierra delante de sus narices.

- No te preocupes, querida. Henry estará bien.

¿Cómo demonios ha podido volver del reino de Zeus?

Mientras Regina recobra la lucidez frente a la puerta, Cora le indica que tome asiento junto a ella a los pies de la cama.

- Ven querida, siéntate conmigo. Tenemos mucho de que hablar.

- No tengo nada que hablar con vos, madre. Pensaba que estábais...

- ¿Junto a tu padre? Lo siento, cariño, pero eso es de todo punto imposible.

Al final, Regina cede al reclamo de su madre y se sienta junto a ella.

- Cuéntame, ¿qué ha sido de tu hermana?

- Ella... bueno, ahora imparte clases a los niños del reino y se ha construido su propio palacete a varias millas de aquí.

- ¡Cuán loable! Y, sin embargo, ¡cuán estúpida!

- Madre, ¿por qué habéis venido?

- Quería ver como era vuestra nueva vida, ahora que eres reina.

- Pues... feliz. Todos son felices. Las familias se han reencontrado y ya no volverán a separarse.

- Por supuesto, ¿y tú? ¿eres feliz aquí?

- Tengo todo lo que una mujer podría desear: Riqueza, poder...

- Y soledad.

Regina se estremece. Cora sabe muy bien manejar los hilos con ella. No en vano es su madre.

- He venido para cambiar todo eso.

Regina nota como su pulso se acelera.

- Miedo me dais.

- Jejeje, no tienes de que preocuparte. Tú sólo sigue mis instrucciones y te garantizo que ambas saldremos bien paradas de esto.

- ¿Qué pensáis hacer?

- Lo primero de todo, llevarte conmigo. Al pasado.

La reina no puede ocultar su cara de terror y espanto.

- ¿Al pasado?

Cora coge con firmeza la enguantada mano de su hija.

- Se nos ha presentado la oportunidad de arreglar las cosas y no debemos desperdiciarla.

Regina se levanta, molesta por lo autoritaria que puede llegar a ser su madre.

- ¿Y si yo me niego?

- Pues será peor para ti.

De repente, la reina nota cómo Cora la estrangula con magia y se agarra instintivamente del cuello.

- ¡Ahhh!

- En breves momentos, un nuevo hechizo va a devolvernos al momento en el que empezó todo.

Regina apenas puede respirar. Utiliza toda la fuerza que es capaz de reunir para pronunciar con dificultad unas pocas palabras.

- ¿Cuando?

- Mi llegada a Storybrooke.

Mientras todo esto tiene lugar, una inmensa nube gris va arrasando todo lo que se cruza por su camino.

Nadie tiene tiempo de protegerse o de huir.

Sólo queda esperar que todo termine.

El Retorno de Cora. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora