Podría considerarte mi heredero

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- Pasa, la puerta está abierta.

Entra Shayna y anuncia a Henry, que asoma por el marco de la puerta.

- He traído al príncipe, como ordenasteis

El rey mira por detrás de su criado y ve al pequeño Henry.

Vuelve su atención a Shayna con una sonrisa

- De acuerdo. Muchas gracias, Shayna. Puedes retirarte.

- A sus órdenes.

Se marcha cerrando la puerta tras el chico, que intenta mostrarse implacable.

- Así que tú eres el famoso Henry

- Ya nos conocemos

- Cierto. Pero no hemos tenido la oportunidad de charlar a solas. Sin... distracciones.

- No tengo nada que hablar con usted

- Y además eres educado. Mi "esposa" hizo un buen trabajo criándote. Seguro que eres un buen hijo

- Eso puede preguntarlo a cualquiera de mis dos "madres". Ellas sabrán responderle mejor que yo.

El chico le ha devuelto el golpe. Aunque ha intentado por activa y por pasiva asumirlo, sigue sin concebir la idea de que la hija de su querida Blanca, y la infame de su esposa tengan un hijo en común.

- Bueno, ahora yo también soy tu padre. De hecho, podría considerarte mi heredero.

- Tú no eres mi padre. Sólo eres mi bisabuelo. Regina me adoptó estando oficialmente soltera.

Leopoldo ríe con sorna

- ¿Eso te ha contado?

- Es la verdad

- Si, por supuesto. No seré yo quien desacredite a la alcaldesa. Sin embargo, fíjate en un detalle

- ¿Qué?

- ¿Te has fijado en las manos de Regina?

- ¿En sus manos?

- En el dedo corazón izquierdo.

Henry intenta hacer memoria

- Lleva el anillo que le regalé en el baile de pedida. Después mandé grabar el símbolo de nuestra corona en el anverso y se convirtió en nuestro anillo de boda.

Ahora que lo piensa, si es cierto que recuerda haber visto un anillo en la mano de su madre mientras conducía el coche.

Lo que no logra rememorar es el tiempo que lleva con la sortija en la mano.

Leopoldo sabe de sobra que Regina porta el anillo porque la obliga Cora, pero eso es información clasificada.

- Imagino que sabes lo que eso implica, ¿verdad?

- Estuvisteis casados

- ESTAMOS casados. Regina nunca estuvo soltera. Legalmente podríamos aceptar que fuese considerada viuda. Pero ahora que estoy aquí, su estado civil ha vuelto a cambiar.

El Rey parece estar muy puesto en el tema, ha rebatido con argumentos bastantes sólidos todas las afirmaciones del joven.

Sin embargo...

- Nada de eso tiene valor aquí. Lo único que importa es que cuando ella me adoptó, lo hizo siendo la alcaldesa de Storybrooke. Por lo tanto, ella es legalmente mi madre adoptiva.

Cuesta creer que un chico de dieciocho años, con apariencia de ocho, esté discutiendo temas legales con un anciano que ha regresado de la muerte y afirma ser su padrastro - bisabuelo, pero el futuro de Regina puede depender de esta charla y Henry ha de aplicarse al máximo si quiere salir airoso de todo esto.

El Retorno de Cora. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora