¿Secuestro?

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- Henry, me tenías muy preocupada. Este tipo de cosas no son propias de ti

- ¿Me vas a echar la bronca sólo porque he llegado tarde?

Se sientan en una mesa.

- No es sólo por llegar tarde. Es porque no me has cogido el teléfono, ni has contestado mis mensajes y encima te veo entrar por la puerta como si no hubiese pasado nada.

- He perdido el móvil. Me he dado cuenta esta mañana. Lo he hablado con Emma y me ha dicho que intentará encontrar al culpable. Y por lo otro... Me temo que no tengo disculpa. Lo siento, "mamá".

El enfado desaparece por completo al escuchar como su pequeño príncipe la sigue llamando así.

"¿No parece ahora más mayor que la última vez que nos vimos?"

No puede evitar fijarse. No en vano lo ha criado dieciocho años y conoce cada detalle de su persona.

Borra ese inoportuno pensamiento negando levemente con la cabeza.

- No, cariño.

Le coge de las manos, tan frías como siempre.

- Perdóname tú a mi. No consigo acostumbrarme a que eres mayor y puedes hacer lo que te parezca.

El chico se sonríe.

Llega Ruby.

- ¡Buenas tardes! ¿Vais a querer algo?

El tono de la chica es mucho más amigable que la última vez que acudieron Regina y su madre a comer al restaurante.

Cuando está Henry delante, la Reina Malvada no supone ningún peligro.

Al menos de momento.

- Yo estaba tomando una infusión de menta. ¿Te apetece un chocolate?

Los ojos del chico se abren como platos.

- ¡¿Tenéis helado de chocolate?!

- ¡Por supuesto! ¡Seguro que la Abuelita ha hecho helado casero! ¡Sino, seguro que hay helado industrial en la cámara! ¿Queréis algo más?

- No, gracias.

Ruby se marcha y ambos continúan conversando amigablemente toda la tarde.

*************************
Ya se ha hecho de noche y ambos tienen que volver con sus respectivas familias.

- Bueno, Henry. Es hora de volver a casa.

Cuantas veces habrá dicho eso cuando lo recogía del colegio o cuando iban a cenar después de ir a la consulta del Doctor Hooper los jueves tras acabar las clases.

Pero esta vez es distinto.

Ahora tiene una desagradable compañía que la espera en casa para atormentarla con ideas malvadas y destructivas que amenazan con romper la paz de sus conciudadanos.

- Si. Yo voy a pasarme por la oficina del sheriff antes de ir al apartamento.

- Dile a Emma que no se preocupe. Si hace falta, mañana yo misma te compro otro móvil.

- Descuida. Se lo diré. Adiós mamá.

Sin mirar atrás el chico marcha dando un paseo.

Regina lo mira embelesada  y habla sin pensar cuando el chico gira la esquina, desapareciendo de su vista.

- Ten mucho cuidado, cariño.

Queda observando la esquina unos instantes al borde del llanto.

¿Por qué tiene que ser todo tan difícil?

El Retorno de Cora. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora