Regina despierta a la mañana siguiente con el canto de los pájaros.
- ¡Malditos bichos! ¡Si tuviera bastante magia os asaría!
Llaman a la puerta y la reina se acomoda su batin a juego con el pijama antes de correr el pestillo.
Es Leopoldo.
- Buenos días, Regina.
- Lo serán para ti
El Rey trata de mostrarse afable y cariñoso, pero a ella no va a engañarla. Sabe el tipo de animal que es en realidad.
- Me preguntaba si me concederias el honor de desayunar con un servidor.
- No tengo hambre. Nunca tomo desayuno.
Mentira. Ella y Henry siempre desayunaban antes del trabajo y el colegio.
"Es la comida más importante del dia" solía repetir la alcaldesa con frecuencia cuando su hijo rehusaba de bajar a tomar su cacao con galletas.
También era el único momento seguro del día en que podía disfrutar enteramente de su hijo.
El resto era... Susceptible de sufrir cambio de planes.
- De acuerdo, como gustes. Tu madre y yo estaremos abajo.
Sin mediar palabra, la reina cierra con brusquedad la puerta en las narices de su esposo.
Pasan unos segundos antes de que la reina tenga que acudir de nuevo a abrir la puerta.
- He dicho que no bajaré a desayunar. Nunca tomo...
Se ve obligada a interrumpir su discurso. Con su madre no funcionan las excusas. Nunca han servido.
- Buenos días, tesoro.
- Madre...
No sabe donde meterse.
Esa tranquilidad tan perturbadora que siempre desprende Cora, no hace sino acrecentar su nerviosismo.- ¿No me vas a dejar entrar?
- Bueno... Esque todavía estoy en pijama...
Haciendo caso omiso a su hija, la ex-reina ingresa en la suite con porte altivo y confiado.
- Está habitación nunca me ha gustado. Es muy... austera. No nos representa en ningún sentido.
- Me representa a Mí, madre. Yo misma lo elegí.
No sabe qué es lo que más le molesta, si que su madre acabe de criticar su gusto por la decoración o por la inseguridad que le provoca no contar con la aprobación de Cora.
- Siempre has tenido una personalidad débil, cariño. Pero eso no está reñido con demostrar a todo el mundo la clase a la que perteneces.
Se sienta al filo de la cama.
- ¿Puedes cerrar la puerta, por favor?
La alcaldesa cierra tras de si.
- Y ahora que no nos escucha Leopoldo, seré breve.
Regina no se atreve a abrir la boca. Con gusto lo haría si no supiera que tiene todas las de perder.
- En quince minutos quiero que te des un buen baño, te vistas y bajes a desayunar con nosotros.
- Pero madre, yo no...
- Si, si, he oído la sarta de mentiras que le acabas de relatar a Leopoldo. No hace falta que lo repitas.
Cora se levanta y empieza a escusandear a su alrededor.
- No son mentiras. No pienso bajar a desayunar.
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El Retorno de Cora.
Fanfiction¿Qué ocurriría si Cora Mills, madre de Regina, descubriese la forma de volver atrás en el tiempo justo hasta el momento en que llega por primera vez a Storybrooke? Tras instaurarse de nuevo la monarquía de la Reina Regina, todos los habitantes del B...