Cena Familiar

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Los protagonistas recorren toda la ciudad, pero se reúnen en la Abuelita al cabo de varias horas, aburridos y desesperanzados.

Emma y Henry, que han recorrido el puerto y alrededores, entran con la cabeza gacha.

- Vamos, chico. No hay de qué preocuparse. Seguro que tu madre tiene alguna sorpresa preparada.

- Yo no estaría tan seguro. Mi madre puede llegar a ser terrible si se lo propone, pero nunca ha tenido valor para enfrentarse a sus padres.

- Bueno, todos tenemos que hacerlo en algún momento.

Le atusa el pelo y se sientan en dos taburetes en la barra.

- Así que tranquilo, chico. Todo se va a solucionar.

- Ya lo se. Y deja de llamarme chico, me llamo Henry.

- Lo siento chico, quiero decir, Henry. A veces me parece que todavía tienes diez años.

Se escuchan gritos provenientes del exterior.

- ¡Si se le ha olvidado como utilizar un coche, cómprese un mulo y deje de molestarnos a los demás!

Mientras habla, Regina abre la puerta, pero ante una contestación que no es de su agrado, la cierra de nuevo tras de sí.

- Hay algo en lo que nunca cambiará tu madre. Por mucho que lo intente.

- ¿En qué?

- Su mal genio.

Ambos ríen.

- No, en serio, esta mujer nació protestando. No la he conocido de otra manera.

- Esa es parte de su encanto, ¿no crees?

Salen a ayudar a Regina, que se encuentra discutiendo con Leroy, que ha golpeado el parachoques trasero del Mercedes de la Reina.

- Se supone que érais benevolente.

- Y te aseguro que lo soy, enano descarado. Si no fuera benevolente, ya te habría arrancado la cabeza después de estrujar tu corazón lentamente.

- Mamá, ¿qué está ocurriendo?

El rictus de Regina se suaviza de repente.

- Nada, tesoro. Sólo hablaba con el enano insolente que ha empotrado su Land Rover contra mi Mercedes.

- ¡Me llamo Leroy! ¡Y fue un accidente!

- En vista de la situación, retomo el papel de sheriff de Storybrooke y ahora mismo estoy dispuesta a llevarlos a ambos a comisaría si no os arreglais civilizadamente.

- ¡Ha sido el, que apenas ve por encima del volante!

- ¡Será...!

- ¡Ya está bien! ¡Leroy, reconoce que has actuado imprudentemente y por eso vas a arreglar los desperfectos que has causado en el coche de Regina!

- ¡Fue un accidente! ¡Me despisté un momento!

- ¡Y tú, Regina, reconoce las disculpas de Leroy y entra a tomarte un chocolate con tu hijo!

La reina se gira y habla mientras se dirige a la puerta de la Abuelita.

- ¡Que sea un whisky! Odio el chocolate.

La reina entra y Leroy se baja del coche para llamar a la grúa.

- Es dura de pelar tu madre, ¿eh?

- Cuando algo la inquieta, si. Puede ser muy estricta.

Entran a la Abuelita. Detrás de ellos entran Mary Margaret y David.

- ¿Habéis encontrado algo?

Regina da un sorbo a su whisky.

- Los que faltaban. Ya podemos hacer la foto de familia.

Blanca se acerca a Regina y coge su brazo cariñosamente.

- Regina, ¿cómo estás?

- Mal. Y me estás arrugado la chaqueta.

Blanca la suelta y se sienta junto a ella.

- Se que por instinto sacas a relucir esa coraza tan característica que se basa en el mal humor y la soledad. Pero ya no estás sola, Regina. Ahora cuentas con todo nuestro apoyo.

- Dudo mucho que vuestro apoyo me sirva cuando haya de enfrentar a mi madre.

- Seguro que si. Ahora eres de los nuestros. Una heroína. Y el bien siempre triunfa. No lo olvides.

Emma irrumpe en la conversación.

- Chicas, David, Henry y yo hemos pensado en celebrar una cena esta noche aquí, en la Abuelita.

Blanca responde entusiasmada.

- ¡Es una gran idea, Emma! ¡Creo que trabajaremos mejor y más rápido si vamos con los ánimos renovados!

Regina suspira.

Emma golpea levemente el hombro de Regina y esta se vuelve indignada.

- ¡Vamos, alcaldesa! ¡Que no se diga que usted no es capaz de distendirse un poco!

- Por supuesto que soy capaz Señorita Swan. Lo que pasa es que hoy, no me apetece.

- ¡Vamos, será genial! ¡Contad con nosotras!

- De acuerdo. Henry, arréglate que hoy nos vamos de cena.

- ¡Hecho Emma!

Y todos regresaron a sus casas para prepararse para la gran cena.

El Retorno de Cora. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora