En el hospital

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Regina y Cora son las últimas en llegar.

Casi todos los amigos y conocidos de Blanca y David se han congregado en los alrededores del hospital.

Fuera de la sala acristalada están Emma, Henry, Ruby, la Abuelita, Gruñón, Blanca, David y la Madre Superiora.

Esta última ha acudido en calidad de enfermera para auxiliar al Doctor Whale, que sale de la habitación para hablar con los familiares del Rey.

Cora entra a paso rápido con expresión asustada.

Regina entra sin ninguna prisa y dando un paseo.
Su expresión es indiferente y fría.

Al ver al Doctor, Cora ennegrece su mirada considerablemente, pero nadie lo nota.

Blanca corre hacia Whale.

- ¡¿Cómo está?! ¡¿Cómo está mi padre?!

David se pone detrás de su esposa y le ofrece consuelo.

- No hay de que preocuparse. Vuestro padre ha sufrido un amago de infarto.

Menos Regina y Cora, todos los demás emiten un unísono ¡Oh!

Blanca llora en el hombro de David

- ¡Oh, Dios mío!

- Pero por suerte lo hemos podido pillar a tiempo. Tendrá que permanecer unas cuantas horas más en observación, pero si todo va bien, esta noche podrá dormir en casa.

David estrecha la mano del Doctor.

- Muchas gracias, doctor Whale. Quedamos en deuda con usted.

- No ha sido nada. El amago ha sido producido por un subidón de tensión, producto de una situación excesivamente estresante. La mala o escasa alimentación y la falta de ejercicio también han podido contribuir.

Regina se ríe para sus adentros

"¿Cómo no va estar falto de ejercicio si hasta hace dos días estaba muerto? Ese hombre no sabe ni siquiera lo que es una lechuga"

El doctor Whale se retira bajo la sutil pero atenta mirada de Cora.

La Madre Superiora monta turno de vigilancia en la puerta.

- Está seminconsciente. Deberán entrar de dos en dos y evitar armar mucho escándalo.

Por suerte, toda la sala está desierta y no han de preocuparse por molestar a otros enfermos.

El primer turno es de Blanca y David.

Mientras, Emma y Henry van a tomar algo a la cafetería.

Ruby y la Abuelita charlan con la Madre Superiora.

Cora se sienta junto a su hija, que mira sin interés las fotos de una revista pediátrica de hace tres años, en la que algún futuro artista ha firmado con una caligrafía prácticamente ilegible la portada, el índice y las dos primeras páginas.

Recién terminado un artículo sobre los problemas respiratorios en niños menores de tres años, comienza un reportaje sobre madres que tienen problemas de fertilidad.

- Deberías mostrar más empatía hacia tu esposo.

Con la personalidad de alcaldesa, que ya parece formar parte de su ser, contesta con su habitual tono sarcástico sin dejar de mirar la revista.

- ¿Por qué iba a hacer semejante tontería?

- Porque quieras o no eres su esposa y has de permanecer junto a él tanto en los buenos momentos, como en los malos.

El Retorno de Cora. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora