Esto yo ya lo he vivido antes

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Las personas que tienen alrededor no inspiran mucha confianza a Regina.

Le da la impresión de que la observan discretamente.

- ¿No podríamos ir a otro lugar más tranquilo?

- No, aquí está bien. Déjate de rodeos y cuéntame que ha ocurrido.

Emma cree estar en el sitio adecuado para poder hablar sin que las interrumpa nadie.

- ¿Dónde está Henry?

Echa de menos a su hijo, pero no quiere que la vea así.

- En casa de un amigo jugando a videojuegos y comiendo pizza. Tiene un plan envidiable, ¿No crees?

La reina sonríe amargamente.

"Al menos el es feliz. Aunque yo no forme parte de su felicidad, saber que está bien me tranquiliza"

- Supongo que si. No quiero que me vea así.

Emma sonríe dando paso al comienzo del soliloquio de la alcaldesa.

Tras aguantar unos segundos, finalmente, Regina se derrumba.

- Es por... mi madre. Ella siempre lo estropea todo.

- Pero todos creíamos que se había ido al Reino de Zeus con tu padre.

- Yo también. Y por más que lo pienso, sigo sin saber cómo se las han ingeniado para volver al mundo de los vivos.

- Quizá el Señor Gold pueda ayudarnos.

- No vuelvas a nombrar en mi presencia a ese traidor. Pensaba que había cambiado, pero ese nunca lo hará. Siempre será un cobarde.

Emma decide no ahondar más en el asunto, pero ya se imagina qué ha pasado.

- El me dejó vendida ante mi madre y Leopoldo. Se aseguró de que creyera que estaba de mi parte y al final, me tendieron una emboscada en su tienda.
Ahora estoy secuestrada en mi propia casa.

- Al menos has podido reencontrarte con Leopoldo.

Es archiconocido el odio que Regina siente hacia él, pero Emma quiere saber si le ha hecho algo de lo que tenga que arrepentirse.

Desde la primera vez que lo vio, no le ha dado buena espina. Y miente. Mucho. Su superpoder no le deja lugar a dudas.

Ante la afirmación, los tristes ojos de Regina cambian su expresión por horror e irá contenida.

- No quiero hablar de eso.

- Pues creo que es lo que hace falta.

- Ese miserable no merece que le dedique un segundo más de lo necesario.

- Bueno, pues entonces hablemos de la fiesta. ¿Porqué te han dejado sola?

- No me han dejado sola. Yo no quería estar con nadie.

Su repentino porte altivo y prepotente la delatan.

Pero Emma no tiene intención de detenerse y le sigue el juego.

- Ah, ya entiendo. Sin embargo, no deja de ser la reina, señora alcaldesa, y ha de cumplir con el protocolo. Yo misma os llevaré con él.

Hace ademán de levantarse, pero Regina la detiene.

Cuando la trata de usted y la llama Señora alcaldesa, lo hace de una forma tan irritante que casi preferiría ser tuteada y llamada por su nombre de pila.

- Espera.

Emma se sienta.

- No me lleves con él.

- ¿Qué ocurre?

- Es sólo que... No me apetece alternar con nadie

- Pero te hará sentir mejor. Seguro que mi madre y mi padre están encantados de tenerte con ellos. Y al final no todo será tan malo como parece.

Ahora si que es una mentirosa. No hace falta que utilice superpoderes para saberlo.

- No. Esto yo ya lo he vivido antes. No van a hacer nada. Me ignorarán.

- Esta vez estoy yo. No dejaré que te ignoren.

- Déjalo, Emma. No puedes entenderlo.

Regina empieza a impacientarse. No le gusta el rumbo de la conversación.

Emma está histérica interiormente. Cada vez está más segura que en la familia de su madre está pasando algo muy gordo.

Algo que viene de la época en la que vivían todos juntos.

- Pues explicamelo. ¿Qué te ocurre con Leopoldo? ¿Por qué no quieres hablar de él?

Al borde de la locura, desbordada por tanta presión, la reina se levanta y pone el grito en el cielo, llamando la atención de todos los que estaban allí.

- ¡PORQUE LO ODIO! ¡VALE! ¡ES EL SER MÁS REPULSIVO DE ESTE MUNDO Y DEL OTRO! ¡ME HIZO LA VIDA IMPOSIBLE Y AHORA PRETENDE QUE LO OLVIDE TODO! ¡PUES NO! ¡LO ODIO Y ME REPUGNA SU SOLA PRESENCIA! ¡SI TUVIESE OPORTUNIDAD OTRA VEZ LO MATARÍA!

- Regina, ¿qué está pasando?

La nombrada se vuelve en dirección a la voz y Emma asoma la cabeza por detrás del vestido de Regina.

Es Cora.

El Retorno de Cora. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora