El Retorno de Cora.

Vivir con una misma

Dedicado a Marta_345_345 y a vi_alba11 por sacarme los colores😊

La fiesta está en pleno apogeo. Los invitados comen y charlan amigablemente, muy esperanzados con la vuelta del "hijo pródigo".

Los temas de conversación son de lo más variopintos: Vuelta a un trabajo que creían olvidado, retomar el uso de las tecnologías de este lugar, el reencuentro después de mucho tiempo, ya que no todo el mundo vivía en el mismo reino ni en la misma parte del bosque encantado....

El Rey se encuentra junto a Blancanieves y David en el centro del salón. Los rodean un gran círculo de criaturas que sentían devoción por la familia Real.

Cora desapareció sin dejar rastro después de entregar a su hija de nuevo a su esposo.

Emma acaba de volver de la cocina.

Allí no había nadie, pero lo que buscaba con desespero no era precisamente compañía.

Buscaba una cerveza fresquita.

O un whisky.

O un licor.

Da igual. Lo único que quería era emborracharse.

Después de todo, ella no tiene nada que celebrar.

Sus padres se pasan todo el día con su nuevo abuelo, que resulta ser el padrastro de Henry y su abuelastro por parte de Regina.

Sus hijos no están con ella: Hope no ha nacido todavía y Henry no ha querido venir a la fiesta.

Bueno, más bien ella no le he dejado venir a la fiesta.

No quería que su hijo tuviese que pasar por la mala experiencia de ir a un acontecimiento social sin ser invitado.

Porque técnicamente Blanca sólo la ha invitado a ella, algo que habrán de discutir más tarde porque, pese a quien le pese, Henry sigue siendo también el hijo de Regina y su nieto.

En cuanto a Garfio, todavía no se han conocido, y le carcome la idea de que él haya podido olvidarse de ella debido al hechizo.

Por eso, y porque no aguanta los protocolos y normas que conllevan este tipo de cosas, ha decidido beber hasta desmayarse.

Pero parece que están en una fiesta del Club Disney.

Todos personajes de cuentos de fantasía en una gran fiesta sin alcohol ni comida basura.

Vuelve al gran comedor y coge un trozo de lasaña fría que sabe a rayos.

No es capaz de terminarse el trozo, así que aprovecha el descuido de uno de los enanitos y se lo deja discretamente en su plato.

Al fondo, en la alargada mesa reservada para los miembros de la familia Real, una entristecida Regina mira fijamente los pies de los asistentes.

Son tan diferentes los unos de los otros...

Siempre ha creído que a través de sus pies se puede llegar a conocer a una persona, pero nunca se lo ha dicho a nadie. Una persona de su posición y edad no piensa en ese tipo de cosas.

Y no digamos la Reina Malvada.

Una amarga sonrisa sonrisa puebla fugazmente sus maltrechos y exquisitamente pintados labios.

Hacía mucho tiempo que no reparaba en eso. Desde que vivía con Leopoldo.

Siempre había eventos y fiestas a las que asistir.

Los asistentes portaban sus mejores galas, la decoración era elegante, los Reyes vestían trajes caros y pomposos...

Eso atraía a chicos y chicas de los pueblos colindantes.