Es una trampa

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Tras cambiarse de ropa, Regina se sienta en su cama a poner en orden sus pensamientos.

Llaman a la puerta.

Sin quitar el cerrojo, la reina contesta con desgana y apatía.

- Estoy desnuda.

- Soy Henry.

Se levanta prácticamente de un salto para abrir la puerta a su hijo.

Le da un gran abrazo.

Huele a suciedad, como si hubiese estado todo el día metido en un cubo de basura.

- ¡Cómo me alegro de verte!

- Siento no haber podido venir antes.

La reina cierra la puerta y vuelve a echar el cerrojo.

- He oído decir a tu madre que en breve se servirá la cena, así que no tenemos mucho tiempo.

- Estoy con Daniel.

Instintivamente se lleva las manos a la boca en un gesto nervioso.

Henry se sorprende

- ¡¿Qué?!

- No puedes decírselo a nadie

Coge a su pequeño príncipe por los brazos y lo atrae a la cama.

Se sientan

- Daniel ha regresado del mundo de los muertos. No hemos podido hablar mucho del tema, solamente nos hemos dedicado a estar juntos.

Henry no cabe en sí de alegría.

- ¡Pero eso es genial!

- No grites.

Baja la voz

- Si Cora se entera que he vuelto con Daniel... No se lo que nos haría. Sin mi magia para defendernos a ambos, mi madre vuelve a tenernos a su merced...

Su mirada y voz se afligen

- Como la primera vez.

El chico, muy afectado por las palabras de su madre adoptiva, le da todo su apoyo.

- Prometo no decir nada. Tu secreto estará a salvo conmigo.

- Te lo agradezco mucho, cariño. Eres la única persona en quien confío.

Se abrazan

Regina cierra los ojos, disfrutando del momento.

Henry rompe rápido el abrazo, algo que incomoda a la Reina, pero prefiere no decir nada.

"Mi pequeño se ha hecho mayor"

- Por cierto, ¿para qué querías verme?

- Ah, he oído lo que ha pasado con lo de Archie y el señor Whale.

"¿Señor Whale?"

- Emma me ha contado que el pueblo quiere encerrarte.

La coge de las manos

- Pero eso no pasará. No lo permitiré.

El chico se sonríe.

- Lo superaremos juntos.

- Lo se

Se escucha una voz de fondo

- ¡Regina!

Es Cora

- Creo que tu madre tiene la cena lista.

La alcaldesa deja escapar una risa sarcástica.

- ¿Mi madre? Si no sabe hacerse un huevo frito. Creo que la única vez que me ha alimentado fue cuando era un bebé y me daba el pecho.

Rectifica

- Aunque creo que me alimentaba con magia, así que ni eso.

Ambos ríen cómplices.

- Entonces eso no era un "Regina, ven a cenar"

- Eso era un "Regina, baja a hacer la cena"

- ¿Y qué vas a hacer?

- Encargaré algo a la Abuelita.

Coge a su hijo cariñosamente por el mentón.

- Yo sólo cocino para mi pequeño príncipe.

Se abrazan

- Te quiero, mama.

- Yo también hijo.

Temiendo llorar de un momento a otro, decide zanjar el encuentro.

Se abrazan por última vez.

- Bueno, hijo, tienes que irte.

- Será lo mejor.

Se dirige a la ventana

- ¿Dónde vas?

- No quiero que me vea tu madre.

Molesta, se dirige a la ventana y echa el cerrojo.

- ¡De ninguna manera jovencito! Ese árbol es muy traicionero. No quiero que te partas la crisma.

Abre la puerta de la habitación con cautela.

- Vete por donde has venido

- Pero...

- ¡Vete! Si sales por el sótano nadie te verá.

Los músculos del chico se tensan

- ¡¿El sótano?!

- Ya no tienes diez años. No te va a comer nadie.

Afligido, coge su mochila y se dirige a la puerta.

- Adiós, mamá

- Adiós, tesoro.

Henry se va a hurtadillas en dirección al sótano.

Regina entorna la puerta y se dirige al bolso para buscar su móvil.

"Espero que no se haya caído a las cloacas"

Lo encuentra y marca el número de la Abuelita.

Se sienta en la orilla de la cama.

Después de haber caído a las alcantarillas y haber deambuelado todo el día por la ciudad, casi no se tiene en pie.

- ¡Bienvenidos a la Abuelita! ¡Soy Ruby!

- Aquí la alcaldesa. Quiero encargar una cena.

- Otra vez tienes que cocinar ¿no?

- Coge papel y lápiz y toma nota.

El móvil pita con otra llamada entrante.

- Ya los tengo

- Espera Ruby. No cuelgues. Tengo otra llamada

- Vale

Pulsa un botón y atiende la otra llamada.

- ¿Si?

- ¡Mamá! ¡Menos mal que te encuentro! ¡No tenemos tiempo!

La voz del chico se escucha más aguda e infantil que hace unos minutos.

- Si acabamos de hablar hace un momento.

Cae en la cuenta de algo

- ¿Ya has recuperado tu teléfono móvil?

- Mamá no puedo hablar mucho. Tienes que saber que la persona que crees que es tu hijo, es un impostor.

Seria e intrigada, se levanta de la cama

- ¿Qué?

- La persona que acaba de hablar contigo. No soy yo. Es una trampa.

- Henry ¿dónde estás?

- Tengo que colgar.

La llamada se corta

- ¡Henry!

El Retorno de Cora. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora