Capítulo 2.

847 72 6
                                    

- No puedo creer que le pediste su número -reclamaba el castaño, mirando a Zabdiel-. Te odio.

- Me amas -respondió sonriendo, confiado de que era verdad.

- Sí, a ambos los amo pero, son terribles.

- ¿Por qué? -preguntó Joel con inocencia, encogiéndose de hombros mientras comía, llenándose la boca con un bombón.

- Joel, tú le diste la idea y este estúpido siempre te hace caso.

- Ajá -habló con desinterés-, ¿Y luego?

Christopher se quedó callado, aún pensando en lo que había pasado, y de pronto soltó un chillido, demasiado agudo a oídos de los otros dos.

- Lo peor es que le dijeron que me gustaba.

Entonces, comenzó a hacer un berrinche y ambos rieron.

- Pero nos dió su número -recordó Joel.

Sonrió pícaro y Zabdiel codeó a Chris.

- Pero cuando le dijeron que me gustaba -se quejó-, prácticamente corrió.

- No nos puedes negar que te gustó.

- No Zab, pero...

Los rizados se miraron sorprendidos y antes de que Chris continuara comenzaron a gritar emocionados.

- ¡Sí le gusta! -chilló Joel dando saltitos.

Zabdiel sonrió y gritó:

- ¡Woah!

- ¡No chicos, cállense! -intentó cubrir con las manos, sus bocas- ¡No me gusta!

Zabdiel chupó su mano y con un gesto de asco, la quitó y comenzó a limpiarse, soltando también al moreno.

- Dices -soltó Zabdiel, encogiéndose de hombros.

- No me gusta, además sólo me interesó acercarme a él porque creí que era el padre del niño y se me hizo raro.

- Ajá, y yo canto bonito -se burló el moreno, pasando un brazo por la cintura de su novio-, igual Zab.

- Cuanto sarcásmo Joel.

Joel asintió, riendo.

- Si tú llegas a ser hétero algún día, nosotros harémos un dúo musical.

- ¡Soy hétero, joder!

Le molestaba muchísimo que sus amigos no creyeran en él.

¿Por qué sería gay, y no les diría? Se suponía que tenían bastante confianza, y si no confirmaba que le gustaban los chicos, era porque no lo hacían.

- Bueno, yo sólo digo.

- Ya no digas nada -respondió un tanto serio.

- Entonces... -habló Zabdiel, pero fue interrumpido.

- Tú tampoco Zabdiel.











- ¡Ven acá Erick!

Corría detrás del chico con un cinturón en mano.

- ¡Estás loca, déjame! -gritó sin parar de correr, consciente del peligro que había.

- ¡¿Qué le enseñaste a mi bebé?!

- ¡¿Qué le voy a enseñar?! -chilló analizando lo que veía, esperando encontrar algo donde pudiera protegerse- ¡Joder, ya déjame!

- ¡Te voy a enseñar yo a ti mocoso! -amenzó, casi alcanzándolo.

- ¡Tranquila!

Brincó a un árbol. La chica suspiró.

- Dime que pasó -pidió con voz fuerte.

- Oye -se quejó-, no eres mi madre...

- Erick.

Nuevamente, sabía que estaba en peligro, así que optó por hacer lo correcto y decir la verdad.

- Bien -suspiró-, sólo vió como un chico besaba a otro, pero no fue mi intención, no sabía que era gay.

- ¿Y? -interrogó, esperando que continuara.

- Nada, sólo que me dijeron que le había gustado a su amigo.

- ¿Cuántos eran? -preguntó confundida.

- Tres.

- ¿Y qué dijiste? -era un interrogatorio, porque ella era la protectora del hogar.

- Nada, me fuí rápido pero tu hijo me dijo que quería otro papá.

La chica soltó un bufido.

- Te pasas, no le enseñes esas cosas.

- Es tu culpa, por no ser buena madre y dejar que se quede conmigo -le recordó, era responsable, pero seguía siendo un niño-, soy tu amigo no su papá.

- Exacto, pero no tengo con quien más dejarlo y sabes bien que tuve que dejar la escuela para poder mantenerlo.

- Sí, perdón -se golpeó mentalmente, había sonado muy grosero.

- Gracias por llevarlo contigo, perdóname por tratarte así.

- Está bien, sé que a nuestra edad es difícil mantener a un pequeño y cuidarlo. Sobre todo siendo madre soltera.

- Me pasa por pendeja -respondió con una mueca.

- También fue culpa del estúpido -le sonrió.

- Baja de ahí, ya vamos a comer.

Erick sacudió sus manos, indicándole a la chica que se alejara y cuando lo hizo, sonrió nuevamente.

- Está bien.

El chico baja.

- ¿Cuándo irás a ver a tu madre?

- Cuando tengas vacaciones en el trabajo, los llevaré conmigo como la familia que somos.

- Pero Erick...

- Nada de pero, somos mejores amigos y aunque ese niño no sea mío me ofrecí a estar contigo y ser un padre para él ¿Recuerdas?

La chica asintió abrazándolo.

- Sí.

- Pues entonces somos una familia.

- Bien Erick, gracias por todo, de verdad te quiero.

Erick la apretó contra su cuerpo y besó su frente.

- También te quiero bebé, ahora vamos a comer porque tengo hambre.

- Vamos.

Erick tomó la mano de su amiga y se dirigieron adentro. Comieron mientras platicaban y reían.

Pasó una semana en la cual Chris quiso escribirle a Erick pero tenía pena y no lo hizo.

Por otra parte, Erick pensó toda la semana en que sí recibía alguna llamada o mensaje de aquel chico no respondería.

No le haría creer algo que jamás pasaría, pues él era hétero y aunque apoyaba el amor gay, él no quería serlo.

No era gay y no aceptaría algo que lo hiciera sentir incómodo. Aceptaba que el chico era guapo pero realmente no le gustaba y seguro él haría comentarios que dañarían al castaño sin darse cuenta.

La noche más fría || Chriserick.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora