La noche más fría || Chriserick.

Capítulo 38.

- ¡Ey, nenita! -a Christopher comenzaba a fastidiarle aquello, pero el estúpido chico no paraba de molestar- Princesa, ¿acaso tengo que rogar?

Preguntó llegando a su lado.

- ¡Déjame, mierda! -gritó molesto- Que mi nombre es Christopher, imbécil, no tienes que hablarme como si fuera chica.

Si para Christopher era difícil toda la situación de su sexualidad, cuando nadie decía nada, el que un tipo le molestara por haberlo visto con Erick, era pésimo.

- Pero yo creía que te gustaban los chicos, ¿No es así? -sonrió con burla- ¿Es que no ves que yo soy muy guapo? Si quieres te puedo dar unos besitos, y es mejor que ganarse la lotería, tío.

Su actividad acento español empeoraba las cosas, porque era algo sumamente estresante, en una voz tan... Asquerosa.

- Yo no sé qué rayos te hace pensar que querría besar a un ser tan detestable como tú, pero a antes que me enoje, deberías irte.

- Oh, pero eres un pimpollo, chulo -sonrió, empezando a llamar la atención de los estudiantes que por allí caminaban-. ¡Hey, pasaros por aquí, que el chiquillo este, nos contará como enamorar a otro niño!

- ¡Deja de decir estupideces, idiota!

- Eh, Chris -habló Joel, que pasaba por ahí-, ¿Todo bien?

El castaño asintió, soltando un suspiro para controlar su enojo.

- Todo está bien, Joey, es sólo que este me está molestando.

- Pero tío, ¿decir la verdad es molestar? -miró a Joel, divertido, y volvió a ver a Christopher- Así que este es otro ¿No?

- ¿De qué hablas?

- Niño -habló ignorando a Christopher, dirigiendo sus palabras a Joel-, deberías darte cuenta que el monito este no te conviene, porque esta mañana lo he visto con otro chico.

Joel negó y tomó la mano de Christopher, queriendo alejarlo de aquella situación. Pero lo único que sucedió después, fue que Christopher se soltó tan bruscamente, que su mano dolió, al mismo tiempo que una carcajada del otro resonaba por el pasillo.

- ¿Chris?

- No me tomes las manos Joel, ¿No te das cuenta que eso sólo lo arruina?

- ¿Qué arruina?

- ¡Mi reputación idiota!

Los ojos de Joel se abrieron con sorpresa, así que se dió la vuelta, dispuesto a marcharse, porque no pensaba soportar los insultos de Christopher. Él no tendría una amistad tóxica, como la relación del castaño.

- Eh, cariño, deberías hacerle caso al niño bonito, sólo vas a hacer que deje de quererte.

- ¡Vete al carajo! -gritó empujándolo- ¡No me gustan los chicos!

- ¿Por qué no te vas tú? Digo, aquí no nos gustan los tipos como tú, son asquerosos.

La mandíbula de Christopher se tensó, lleno de rabia, así que comenzó a caminar hacia el chico, luego de apretar sus puños.

Pero antes de poder si quiera tocarle un cabello, dos chicos bastante, más altos que él, se atravesaron frente a él y asustado, miró que el otro reía, antes de que alguno de los dos chicos le propinara un golpe, directo en el rostro y el otro, golpeara su estómago tan fuerte, que el aire que guardaba se esfumó, dejándolo tirado.

- ¡Púdrete! -gritó casi inaudible, escuchando una risotada, y soltando lágrimas.

- Quise tratarte bien, nena, pero te gusta lo rudo -y comenzó a caminar, como si nada hubiese pasado, directo a la salida.