Capítulo 98 (Final).

286 26 9
                                    

Christopher sobaba la espalda de su esposo, ahora realmente preocupado, pues tenía horas sin parar de llorar y se quejaba mucho de un fuerte dolor de cabeza, aunque parecía ser muy razonable, tomando en cuenta que su rostro estaba completamente rojo.

Pero ¿qué podía hacer?

Era confuso, porque claro que le dolía también, pero no se sentía tan mal porque creía que con el ojiverde era mucho más que suficiente para ser feliz, aunque parecía que el chico no pensaba de la misma manera sobre él.

O quizá sólo pensaba así para sentirse víctima y llorar con su chico.

—Todo estará bien, ¿okey? —intentó animar y el chico le miró con el ceño fruncido.

—No, no va a estarlo —respondió seriamente—. Siempre toda la vida las cosas han salido mal para mí, una mierda. Realmente supongo que el ser que hace nuestro destino realmente me detesta por no seguir su palabra. ¿Sabes lo mierda que es que sólo por ser quien eres se te nieguen cosas?

El castaño se relamió los labios y bufó, asintiendo con sinceridad.

—Sí, lo sé —respondió con dureza y sin titubeos—. He tenido que pasar exactamente por las mismas cosas que tú, porque somos iguales. Lamento decirte que estás muy equivocado, porque Dios no daña tu futuro por ser gay, porque él nos creó así, y supongo que debes entenderlo, pero aún si no lo haces quiero que sepas que yo estaré para tí.

—Chris, no —negó—. Agradezco lo que has dicho, pero quiero corregir algo. Que te sientas mal no quiere decir que hayas pasado exactamente lo mismo que yo. Me ha ido de la mierda cuando quise casarme con... —carraspeó y evitó seguir con lo que iba a decir—, simplememte negándome el derecho  de amar y ahora mismo me derrumban mis ilusiones. Siempre tengo que ser la mierda.

El castaño relamió sus labios, e incrédulo, soltó una risita.

Silencio inundó la habitación por un par de minutos, mientras ambos pensaban en lo que estaba sucediendo. Y es que Christopher no quería responder cuando pequeño se sentía cada vez que su esposo creía, que por haber nacido en buena cuna y con "todo" a su alcance, no había sufrido, porque simplemente lo había hecho y mucho.

Que no estuviera para verlo, ha era otra cosa muy diferente.

—Debo admitir que me duele saber hasta hoy, que estuviste a punto de casarte con alguien más y que aún te duela—comentó con sinceridad—. Y no, no sufro por que no hayas podido, porque a pesar de saber que suena egoísta, yo estoy muy agradecido de que Richard y tú no hayan podido estar juntos, porque si no, hoy tú no estarías aquí conmigo.

—Pero en algún momento eso fue lo que robó mi todo, y no lo entiendes.

—Claro que lo entiendo, Erick —admitió acercándose a acariciarle las mejillas, y le miró a los ojos—. Tú has sido desde que te conocí mi todo, y cuando te fuiste me sentí exactamente así. Tuve que pasar por muchas cosas sin tí, más sin embargo, si no he hablado de todo eso es simplemente porque no lo quiero recordar, y tú haces las cosas más difíciles y dolorosas cada vez que intentas hacerme ver como el malo de tu historia —suspiró—. Y es que sí, quizá lo fuí alguna vez, pero he cambiado para hacerte feliz, y el que te lo pases recordándome lo mierda que fuí, me hace sentir pésimo.

El ojiverde bajó la mirada y, sintiendo las caricias en su rostro por las manos de mayor pensó un poco en lo real de lo que acababa de escuchar, pues a él también le hacía mal escuchar cuando comenzaba a corregir algo, que le recordaran errores del pasado, y terminó por darle la razón.

Volvió a su contacto visual y, llevó las manos a la cadera del mayor.

—Lo siento —le dijo en un susurro y Christopher sonrió levemente, negando y acercándose a rozar sus labios—. Somos ambos ¿verdad? Los dos fallamos y ahora intentamos arreglarlo, porque nos amamos, ¿no es así? —el castaño asintió— Te amo, Christopher. Lo siento.

—Ya no hay problema mi amor —respondió dejando un casto beso en su boca—. Yo también te amo.

Entre besos pasaron algunos minutos, hasta que ambos se encontraban con los labios hinchados y rojizos, y entonces el celular de Christopher sonó y este, sonriéndole a su esposo, corrió a por el aparato y respondió.

—¿Hola?

—Christopher, ¿cómo te fue con lo que debías hacer? —preguntó de una su amiga.

—Ni me lo recuerdes —pidió con molestia—. Nos han tratado como bichos, y la verdad es que todo fue de mal en peor. Por suerte ya estamos un poco más tranquilos.

Miró a su esposo y este le dedicó una sonrisa antes de recostarse sobre el sofá y prender el televisor con volúmen bajo.

—No me digas —soltó apenada—. ¿Qué sucedió?

—Queríamos hacer los trámites para adoptar un niño, y nos han dicho que no, porque para la sociedad no está bien visto que dos hombres o dos mujeres vivan con un niño, porque no saben lo que les podemos hacer y que claramente, normalizarían el hecho de ver parejas del mismo sexo, y al final, incluso podrían terminar siendo como nosotros.

La chica bufó con molestia.

—Chris, lamento no haberte advertido, pero no sabía que iban a eso —admitió.

—Lo sé, no te preocupes.

—A nosotras nos dijeron algo así ¿sabes? —mencionó bufando— Pero Chris, no te pongas triste, y dile a tu chico que no lo haga —animó—. ¿Recuerdas que queríamos pedirte un favor?

—Claro.

—Bueno, sé que sonará raro, pero Vania y yo pensamos que la inseminación artificial sería lo más viable en cualquier caso, porque no nos pueden prohibir tener un hijo propio —suspiró—. Pensamos en tí, porque eres nuestro mejor amigo, y además de todo eres el más guapo —el castaño rió bajito, sintiéndose halagado—. ¿Quisieras ayudarnos?

—Claro, claro que sí —admitió con emoción—. Lo que sea para verlas felices Lay.

—Sí Chris, pero ahora que lo pienso, también podemos hacer algo por ustedes —recordó la chica—. No creo que Vania se niegue, podría prestar su vientre.

—¿Te refieres a que yo sería donador para ustedes, y ella prestaría su vientre para gestar un bebé para mi Erick y para mí?

—Exactamente.

Christopher miró a su esposo, que se encontraba con los ojos muy abiertos, mirándolo fijamente y sacudiendo sus manos, como si quisiese aplaudir.

Sonrió ampliamente al verlo tan emocionado por aquellas simplemente palabras que había soltado, y asintió.

—Supongo que hablo en plural cuando digo que nada sería mejor que eso.

—Eso creo.

Lugo de un poco más su llamada concluyó, y Christopher caminó hasta sentarse al lado de su chico.

—¿Qué piensas?

—Que amaré toda la vida a tus amigas —admitió subiendo sobre su regazo y besándolo—. Pero no mucho más que a tí.

El castaño rió bajito y comenzó a acariciar la cintura del menor por debajo de la camiseta.

—Te amo, cariño.




































¡Hola!♡ Comenten bebés.

Hace ya más de una vida que no me paso por acá, pero ya estoy haciendo el epílogo.

ESTE FUE EL FIN.

😔❤

Bueno, déjenme sus dudas o preguntas sobre la novela o los personajes, e incluso sobre sus actitudes o lo que sea.

Haré una parte con datos que seguramente les interesará leer, sobre lo que iba a suceder en realidad y todo.

Comenten aquí: ☛

Las y los amo.❤

♡Ristopherdiel🌈

🐒🐈🐥

La noche más fría || Chriserick.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora