Capítulo 78.

225 26 34
                                    

-No puedo creer que le pediste su número -Christopher parecía estar muy feliz, más que cualquier otro día-. Te amo.

-Deberías odiarme -respondió el rizado girando los ojos.

-Sí, a ambos los odio a veces pero-sonrió-, son geniales.

-¿Por qué? -preguntó Joel con una mueca, mientras veía como su hijo comía, llenándose la boca con un bombón.

-Ahora sí que nadie le dió la idea a nadie, sólo tú -señaló al castaño, culpándolo de haber cedido-. Malditos ojos bonitos de chantaje que tienes.

Christopher se quedó callado, aún pensando en lo que había pasado, y de pronto soltó un chillido, demasiado agudo a oídos de los otros dos.

-Lo mejor es que le dijeron que me gustaba -suspiró-, gracias Joelo, por decirle lo que yo no pude.

Entonces, comenzó soltar chillidos de emoción y ambos rodaron los ojos.

-Ojalá no nos hubiera dado su número
-bufó Joel susurando.

Zabdiel al escucharlo asintió, completamente de acuerdo.

-Pero cuando le dijeron que me gustaba, por más que parecía feliz -se quejó-, prácticamente corrió.

-No nos puedes negar que te dolió.

-No Zab, por supuesto que lo hizo pero. -supiró-, sufrir por él es la forma más bonita de disfrutar el masoquismo y...

Los rizados se miraron sorprendidos y antes de que Chris continuara comenzaron a gritar como locos.

-¡Masoquista! -chilló Joel señalándolo como bicho raro.

Mientras tanto, el rubio lo miró con expresión asustada y negó.

-¡Iugh!

-¡No chicos, cállense! -intentó cubrir con las manos sus bocas- ¡No soy masoquista!

Zabdiel lamió su mano y con un gesto de asco, la quitó comenzando a limpiarse, soltando también al moreno.

-Dices -se burló el chico, encogiéndose de hombros.

-No lo soy, además, si lo fuera creo que sería con provecho -sonrión con perversión y sus amigos lo miraron con miedo-, pondría en práctica las cincuenta sombras de Christopher.

-¡Ay, no nos digas esas cosas, puerco! -se quejó el rizado, abrazándose al torso de su novio y escondió el rostro en su pecho- Nos quitas la inocencia.

-Uy sí, el virgo te dicen.

Joel asintió, riendo.

-Si dejo de serlo algún día, yo mismo te compro lo que necesites para el cuarto de juegos.

-¡Ah, ya sólo tengo que convencer al sumiso de firmar los papeles de confidencialidad, carajo! -gritó con emoción, refiriéndose a Erick y los chicos rieron.

-Recuerda que no te debes enamorar.

-Weey ya... -se quejó, mirando mal al rubio.

¿Por qué siempre que comenzaban a estar bien, tenían que salir con alguno de sus malos comentarios? Se suponía que querían verlo feliz, y si se la pasaba hablando cada segundo del ojiverde, era porque él lo hacía feliz.

-Bueno, yo sólo digo -se excusó-. Así es la historia.

-Ya ni me digas eso, que al final rompen las reglas -respondió un tanto serio, siguiendo su conversación de la película aún en medio de su molestia-, no me hables más.

-Entonces... -el rizado pensaba decir algo, pero fue interrumpido.

-Tú tampoco Choelo.

El rizado hizo un puchero al escucharlo pero, dándose cuenta que sólo lo había hecho para desquitar un poco de su enojo bufó divertido, comenzando a reír después por su actitud infantil.

-Y tío... -habló el pequeño Thiago llamando su atención, por fin sacando la cara de la bolsa de bombones, Christopher sólo asintió- ¿por qué el muchacho de la ropa limpia te puso loco?

-Porque está muy bonito -admitió, viendo a sus amigos sonreír-. Seguro lo entenderás cuando encuentres un niño o una niña que te guste.

-¿Me voy a poner así, bien loco como tú?

El castaño asintió.

-Seguro que más, porque yo ya estaba esperando por él, pero tú simplemente encontrarás a alguien de pronto que te va a deslumbrar, como yo la primera vez que lo ví.

-Pff -se burló el rizado, codeando a su esposo y ganando las miradas del niño y su amigo, entonces comentó algo con Zabdiel-, y siempre negó que le gustaba.

-Ah, pero no fuera que lo invitábamos acá porque le mentía, diciendo que le habíamos dejado un lugar específico porque queríamos estar juntos tú y yo.

-Yo era genial, lo gané de forma muy peculiar -presumió el castaño-. Les da envidia.

Los chicos comenzaron a reír, y ninguno se dió cuenta que el niño se había ido de ahí, sino lo hicieron, hasta que el pequeño regresó corriendo con una revista en las manos.

-Yo no me voy a poner tan loco, porque me gusta ella y ya estoy esperándola.

Los tres chicos se acercaron a ver a quien señalaba y se sorprendieron, no era una niña de las que modelan brillos labiales de frutas, sino una cantante de unos 24 años.

Zabdiel comenzó a toser.

-¡A tí no te pueden gustar las mayores, tampoco modelos ni cantantes!

-¿Y si yo soy cantante, puedo?

-Sólo si haces un grupo y alguno de tus amigos o amigas de gustan -sentenció, siendo mirado con burla por los otros dos-. Tienes permiso.

-Gracias papi -sonrió inocente el niño y corrió s abrazar a su tío-. Y yo te voy a ayudar a no ponerte loco cuando papi te traiga al muchacho a verte.

De nuevo el rubio se atragantó con el bombón que comía, y su esposo lo ayudó a palmear su espalda para que se le pasara.

No sabía que su hijo lo podía comprometer de tal forma, pero ahora estaba seguro que el niño no descansaría hasta que le llevaran al "muchacho" a su tío.

¿Nuevo cupido?













































¡Hola!:) Comenten bebés.

Las y los amo.💖

Este estuvo horrible, lo siento:(, ando sin inspiración.

♡Ristopherdiel🌈

🐒🐈🐥

La noche más fría || Chriserick.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora