Capítulo 35.

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- ¿Qué fue lo que nos pasó? -preguntó Erick apenas el castaño le abrió la puerta, sorprendiéndolo- ¿Hice algo que no debí? Porque puedo arreglarlo.

- Erick, ¿Qué haces aquí?..

Erick notó que había desviado sus interrogantes y sus labios se fruncieron. Miró al piso y apretó sus ojos, para que sus lágrimas no cayeran.

- Lamento presionarte tanto, te juro que aguantaré todo lo que sea necesario. No me importa si me tengo que esconder toda la vida, o si tengo que esperar hasta que podamos huir de todo lo que nos rodea, pero por favor Christopher, no me dejes... -estaba consciente de que estaba perdiendo su dignidad de forma drástica, pero que importaba, aún si su novio era el que siempre fallaba, él también podía pedir disculpas- Te amo.

El castaño lo miró con tristeza, y negó.

- ¿Qué haces? -levantó su rostro y conectó sus ojos- Erick, no hagas esto...

- Yo daré lo que tenga por tí -mordió sus labios, para no sollozar-, mi dignidad ahora, por ejemplo. No quiero estar lejos de tí, y te lo dije... Yo te advertí que debíamos parar con todo hace mucho, si no me querías, porque ahora ya no puedo estar sin tí.

Un suspiro salió del castaño, y tragando el nudo que yacía en su garganta, le sonrió levemente, pero a pesar de querer mantener la calma, Erick notó que no era una sonrisa de felicidad.

- Papá no quiere que te vea más...

¿Qué?

Erick entonces, soltó un gemido de sorpresa.

- ¿P-por qué? -sus manos comenzaron a temblar- ¿Acaso él...

¿Sabía? ¿Talvez estaba equivocado con que Christopher no tenía la valentía? ¿Le había dicho a su padre?

- No, no lo sé Erick -entonces ya no quiso retenerse más y soltó unas lágrimas-. No sé por qué no me quiere contigo, yo no le he dicho nada, porque sabía que haría esto -pasó las mangas de su suéter sobre sus mejillas, secándose, sólo para darle lugar a más lágrimas-, pero él me dijo que tú no deberías acercarte a mí, porque eres diferente...

- Sí, por supuesto, soy diferente -suspiró-. Tú eres blanco y yo soy moreno, tú eres alto y yo bajito, tú tienes un cuerpo promedio y yo soy demasiado delgado, tú tienes dinero y yo soy pobre... ¿Qué es lo que le molesta?

El castaño negó y comenzó a llorar con fuerza, apretando sus ojos.

- No Erick, él dice eso porque piensa que yo soy normal.

- ¿Normal?

Asintió.

- Que me gustan las chicas...

- ¡Por un demonio, Christopher! -le gritó en un susurro- ¿Que tú no entiendes que la homosexualidad no es algo anormal? No es un defecto, ni una aberración... ¡Entiende, carajo, que el amor es una mierda a la que todos tenemos derecho! ¡No importa a quién, amar es hermoso!

- Erick, vete por favor... -pidió retomando su postura.

Ya había entendido que debía dejar de llorar, porque era para débiles.

Y si no controlaba sus emociones, terminaría desobedeciendo a su padre.

- ¿Qué? No...

- Vete, ya déjame en paz -soltó con fuerza-. Deberías prepararte para ir a trabajar ¿No?

Entonces el ojiverde bajó la cabeza, pensando cómo sería su vida sin Christopher, pero en realidad no logró verse sin él.

Un par de lágrimas desbordaron de sus órbes, así que miró de nuevo, directo a los ojos del castaño.

La noche más fría || Chriserick.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora