Capítulo 23.

455 41 4
                                    

~Richard~

El moreno caminó entre todos los trabajadores con una pequeña sonrisa, mientras saludaba a todos. Estaba feliz, porque después de todo su vida y la de su pequeña iba bastante bien y al parecer la niña ya había entendido que su madre no volvería, pero igual estaba contenta gracias al esfuerzo que el chico daba para tenerla bien.

Y así, caminó por toda la fábrica hasta llegar a los vestidores, donde ya estaba su compañero cambiado. Sonriente se acercó a él, hasta que lo escuchó sollozar.

- Ey, prometiste que no llorarías más. -

- Lo siento Richard, pero me es muy difícil sabiendo que soy tan poco. Si para alguien que dijo amarme fuí nada, no imagino lo que soy para los demás. -

Richard suspiró y abrazó al chico.

- Vale, tú eres demasiado ¿Sí? Cuando tú estás mal yo también. No debes llorar por un idiota que no sabe valorar lo único bueno que tiene su vida. Puedes tener a quien tú quieras, eres muy hermoso y realmente una persona encantadora. Cualquiera, incluso yo que no he pensado jamás en un chico, podría desear estar contigo, y realmente no hay nadie que no pueda enamorarse de tí. Entonces olvida a ese idiota ¿Quieres? Tienes tanto por disfrutar, pero primero debes sentirte bien contigo mismo y no pensar en lo que fue. -

El chico miraba a Richard con atención, al escuchar que el moreno finalizaba sus palabras sonrió mientras limpiaba sus lágrimas.

- Eres todo lo que he deseado siempre ¿Sabes?
Tú eres demasiado bueno, y por eso te mereces toda la felicidad del mundo Richard. Gracias por tanto. -

Feliz por aquello, Richard rió leve y lo abrazó nuevamente.

- ¿Quieres venir a mi casa? -

- Claro, me agradaría. -

- Bien, entonces sólo espera a que me cambie y nos vamos. -

Pidió acariciando ambos brazos, esperando que el chico ya no siguiera llorando y con aquello se sintiera bien.

- Bueno, pues yo espero. Deseo ver a tu hija. -

- Y a ella seguro le va a gustar verte a ti. -

Luego de que Richard se cambiara y el otro chico avisara en su casa que llegaría un poco tarde; como lo hacía cada vez desde que se había ido, ahora era bastante responsable. Ambos chicos caminaron entre pláticas y pequeñas miradas extrañas hasta el hotel del moreno, donde esperaba una linda niña.

- Tu cabello es lindo. -

Comentó Richard y pudo observar cómo se formaba una sonrisa de pena y un sonrojo en el otro chico.

- El tuyo también, me encantan los colores de los que lo tiñes. -

- Tus sonrisa es muy bonita. -

Volvió a hacerle un cumplido al escuchar la respuesta, porque de alguna forma le gustaba el ver que causaba sonrojos y otras cosas en su compañero.

- Tu... Tus ojos son muy hermosos. -

Respondió aquél chico y Richard sonrió con grandeza, para finalmente rodear los hombros del otro. Y en respuesta, el chico tomó su mano y plantó un beso en ella, sorprendiendo al moreno y sonriendo al tiempo que la soltaba.

Luego de un rato ya estaban comiendo en la casa del moreno, mientras su hija estaba encantada, colgada de una de las piernas del visitante, que reía a carcajadas mirando como la niña actuaba con él.

- Aaliyah, ¿Qué te parece que te lleve conmigo? -

La niña sonrió ampliamente, pero recordó que su padre estaba ahí, así que sólo lo miró un poco y el chico estaba "serio". Como si no lo hubiese visto, abrazó al chico y asintió.

La noche más fría || Chriserick.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora