Capítulo 18.

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~Richard~

En una pequeña casita cercana a Mérida un chico lloraba desconsolado, rogando que su amor volviera para envolverlo entre sus brazos. Quería que no lo soltara jamás porque para él era complicado vivir sin ella.
No sólo él la necesitaba, si no que su pequeña hija también lo hacía pero nada, absolutamente la regresaría a la vida.

La pareja era muy joven, ya que apenas tenían diecisiete años pero eso no les importaba, se amaban. Y cuando supieron que llegaría un fruto de ambos a su vida -que fue dos años atrás- no lo dudaron ni un segundo y se fueron a vivir juntos, para formar una bella familia.
Pasado el tiempo debido de gestación, pudieron por fin ver a una muy hermosa bebita.

Los tres eran muy felices y creían que siempre sería así. El chico trabajaba dos turnos para mantener la casa, la chica trabajaba en una tienda cercana medio tiempo para que no sólo su chico pusiera dinero y lo mejor era que le dejaban tener ahí a su nena.

Pero la felicidad no era para siempre y eso lo supieron cuando a la chica le diagnosticaron cáncer de mama. Aún con el sufrimiento de su corazón y el esfuerzo de más en sus trabajos no estaban listos para cualquier cosa, lucharían juntos ante cualquier dificultad.

Se amaban, pero el amor no era suficiente para pagar las quimioterapias por lo que después de unos meses la chica murió.

Y ahí estaba él, llorando por haber perdido al amor de su vida. Porque tenía miedo de no saber cuidar de su hija, de ser mal padre y de no poder ser exitoso.

¿Qué haría sin su chica? El siempre dependió de ella para ser feliz, pero ahora que no la tenía debía ser fuerte para proteger a su bebita, que ahora sería su fuerza y su mayor inspiración para poder continuar con su vida.

La pequeña niña no sabía lo que pasaba pero no podía evitar llorar al ver que su papá lo hacía.

Sabía que estaba afligido pero ¿Por qué?
Talvez jugar un rato le haría bien.

- Pi, do llode...

La pequeña era muy inteligente, ya que estaba aprendiendo a hablar muy rápido.

El moreno sonrió como pudo cuando escuchó a su hija, así que la miró sentada a su lado en la cama y con todo su esfuerzo habló.

- No lloraré princesa, pero tú tampoco lo hagas ¿Bien?

- Mh.

Respondió asintiendo y el chico la cargó.
Hablaría con ella porque sabía que entendía, y estaba decidido a darle una mejor vida lejos del dolor.

- Mira princesa, mañana vamos a ir a otro lugar y estarémos ahí muucho tiempo.

- ¿Mosho?

El chico asintió sonriendo, pero la siguiente pregunta aunque se la esperaba no sabía cómo responderla pues su nena aún era muy pequeña para entender.

- ¿Mi?

La pequeña cortaba las palabras para hablar de sus padres, pero en lugar de decir ma' o pa' les decía mi y pi.

Suspiró antes de hablar, buscando algunas palabras que pudiese entender sin ponerse a llorar de tristeza.

- Mami se ha ido al cielo, porque aquí hay mucho calor y fue a hablar con los angelitos para que dejen salir el agua.

- ¿Menir?

- No, no va a venir ahorita pero si nos vamos a otro lugar ella nos va a encontrar porque le mandaré muchas cartas.

- ¡Mamos!

Gritó estirando su pequeño puño, pues no le importaba nada más que ver a sus padres y si yéndose podría estar con los dos no le veía ningún problema.

La noche más fría || Chriserick.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora