Capítulo 89.

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Da igual si sabe que el chico es todo para él, que le ha prometido fidelidad e incluso tienen un pequeño e informal compromiso, pero no puede evitarlo.

Siente cólera cada vez que ve a su socio intentando metérsele por donde no hay lugar para caminar.

Christopher es suyo, y le cae como los mil demonios el hecho de que el chico no respete que se jodió, que no lo tiene y que, aún zorreando de aquella forma -porque en su opinión es lo que hace-, y ni aunque se desnude para él, nunca lo va a tener.

Pero le molesta también el simple hecho de que ya ha escuchado a su novio decirle directamente que lo hace sentir incómodo, a ambos, y que el tipo simplemente no entienda que lo que debe hacer es alejarse a cinco metros de distancia cada vez que quiera hablarle.

Se está viendo totalmente mal, sin dignidad ni amor propio y sabe que en algún momento lo va a cansar, pero espera que ese momento no llegue pronto porque, así como Christopher, por sus celos enfermizos llegó a golpear a su amigos, él va a golpear también al rizado si sigue jodiéndole así la vida.

Y no, claro que no le importa que sea el dueño de una de las empresas más importantes de la industria de la moda en todo París y que lo dejen sin libertad algunos días por dañar a una figura pública.

Los celos no son un buen argumento para pedir una orden jurídica de alejamiento para ese tipejo.

Lo mira y no lo cree, sólo puede golpear la mesa con sus dedos, fingiendo seguir un rítmo complejo, aunque más bien le gusta porque suena amenazante. Lo sabe muy bien porque lo ha visto ya en una película de terror.

El chico se acercó demasiado a su novio y este sólo pudo girar el rostro para mirarle nervioso, y preguntarle:

-¿Salimos más tarde, amor?

Apenas va a responder, el otro chico se mete en su conversación.

-Uy, sé de un montón de lugares que seguro te van a encantar.

Su novio entonces ya se nota estresado, sabe que está así porque cree que él se va a enojar.

Pero no es así, jamás se enojaría con él porque sabe muy bien que no ha hecho nada para que el otro esté tan insistente con quitarle el lugar, así que sólo asiente, porque el castaño no le ha quitado la mirada de encima y casi está seguro que se está aguantando de poner los ojos en blanco.

-Sí quiero, amor -respondió y entonces el chico le sonrió, agradecido por no reaccionar mal-. ¿Reservamos algo por internet?

-¿Qué te gustaría?

Escuchando como el rizado bufaba, Erick se aprovechó de la situación y sonrió mucho más, pestañeándole al mayor.

-Vayamos a un lugar romántico y tranquilo, ¿quieres? -el chico asiente y, una vez más, ambos quieren callar ya a Israel cuando se mete.

-Es estúpido pedir algo así, cuando París es todo eso en cualquier lugar.

-Mis palabras son estúpidas, pero tú eres más estúpido por meterte en donde no te importa y tampoco te quieren -soltó Erick, ya más que enojado-. ¿Por qué no vas a buscar alguien que te haga el favor y dejas de meterte en los asuntos de los demás, idiota?

Israel, ofendido, mira a Christopher en busca de algunas palabras que lo defiendan del ojiverde, pero como es de esperarse, el chico no dice nada, sólo los mira a ambos espectante.

-¿Sabes a quién acabas de llamar idiota, mocoso insolente?

-Claro que por supuesto que lo sé -el castaño quiere soltar una risita al escucharlo, pero decide callarse, no quiere también que le toque algo de la boquita venenosa de su novio, porque sabe muy bien que cuando quiere, es puede ser muy hiriente-. Eres el intento de roba novios más pendejo que he visto en mi vida -comienza a enumerar con sus dedos y Christopher sonríe, le encanta cuando hace eso porque sabe que no se va a callar en un buen rato-, urgido, falso y abusador que he conocido, además de entrometido. No puedes ni con tu propia vida y ya quieres tener la de los demás, pero te vas al carajo, porque a tí nadie te va a querer ni en tu propia casa. Si necesitas amor MI Christopher no te lo va a dar, ve y compra a alguien, que para eso tienes el dinero y no para estar queriendo sobornar a personas que jamás se van a fijar en tí, porque son demasiado más de lo que tú mereces.

La noche más fría || Chriserick.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora