Capítulo 91.

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Los días se les pasaron entre besos, y caricias aún en el trabajo.

Ahora que Erick había sido contratado como asistente personal para su novio, por fin conoció la empresa de la que tanto se hablaba, y estaba orgulloso de lo que era.

Por supuesto que apenas volvió, Richard y Mel le llevaron a los niños, porque lo extrañaban, y no sólo los pequeños, sino también ellos.

También estuvieron en su casa Joel y Zabdiel con su pequeño y claro, aunque fue un poco incómodo tenerlos a todos ahí por lo que había sucedido por sus errores, también su novio fue y al final, el día terminó siendo una maravilla.

Los temas principales fueron su contrato en la empresa del chico, que se iban a casar en cuanto decidieran preparar las cosas. Richard había recibido una beca por sus buenos estudios y Mel le había regalado una genial sorpresa, que eran boletos para viajar y visitar a su familia.

Por otra parte, Joel y Zabdiel mencionaron que pronto tendrían su propia institución de biología marina, empezando por campañas para salvar especies en peligro de extinción y el cuidado de las recién descubiertas.
Además, dejaron saber que Thiago ya tenía novia y, no era difícil saber quien era, ya que Alonsito no dejaba de sacar su lengua y abrazar a su hermana con autoridad.

Por último, todos miraron a Christopher cuando dijo que también tenía algo para contar, y es que nadie más que su hermano y sus socios directos lo sabías, porque era lo de todos.

-Europa nos espera, y esta vez no es por la empresa -soltó, confundiéndolos-. El trabajo más aburrido del mundo decían que era, pero la contaduría me está llamando mucho más lejos en unos días, de lo que la moda me ha dejado en años. Amo ambas cosas pero creo que es hora de dejarme soltar con lo que realmente me apasiona y, es que aunque suene como broma, sí siento la pasión cuando veo tantos números y, literalmente estoy sintiendo la adrenalina, pensando en como va a reaccionar Erick y lo que va a suceder con mi empresa ahora que me vaya, o qué voy a hacer si en Europa no han aprobado las bodas entre dos chicos.

-No seas salero -se quejó Joel al escucharlo y codeó a su esposo cuando lo escuchó reír-. Dile algo Zabdi.

-Sí Christopher, obvio que se van a poder casar.

Y la mayoría los apoyaron.

Pero no Erick, que se quedó simplemente serio.

-¿Y qué les hace creer que voy a ir? -y entonces, el silencio cayó.

-A eso me refiero, de verdad Erick, que yo entiendo lo de los niños y eso, pero podrás darles todo lo que quieras. Ganarás Euros.

-Ganar y gastar -corrigió-. Ni siquiera me iba a atrever a ir a París por ese tiempo corto, ¿y quieres que viva ya definitivamente en Europa?

El castaño suspiró tomando su mano y miró sus ojos.

El chico tenía miedo, era obvio. Seguía siendo el mismo pequeño que le lloraba por besos cada vez que sentía que todo se iba a la mierda.

Jamás dejaría de ser su bebé, su bonito y su amor, pero quería que en ese preciso momento tuviera la valentía de tomar su última decisión, y que esa fuera la correcta.

Fuera la que fuera, él aceptaría.

-¿De verdad no vas a venir conmigo, Erick? -le sonrió con tristeza- Créeme que puedo intentar una relación a distancia, un matrimonio, y si te cansas de eso, yo voy a entender que no ha sido fácil, porque sé que no lo será y te dejaré ser libre. Juro que no te guardaré ningún tipo de rencor si eso llegase a pasar, y si hay alguien más algún día yo quiero que sigamos siendo amigos, porque tú me haces feliz, y como ya te dije, yo no podré encontrar a nadie jamás que me haga sentir como tú lo haces, te necesito en mi vida de alguna u otra forma, porque no voy a amar a nadie de esta forma tan real como te amo a tí. Sólo piensa bien amor, no lo tomes como chantaje, es lo que menos quiero hacer. Sólo piensa en que yo te amo y, no importa cual sea tu respuesta, yo siempre te voy a amar.

Erick sonrió, pensativo, pero aún así sintió varias lágrimas silenciosas caer y no pudo decir palabra alguna.

Es que eran sus pequeños, dejarlos definitivamente y no estar con ellos para verlos crecer.

Pero también era el amor de su vida, y estaba seguro que tampoco amaría a alguien igual, pero definitivamente le dolería más saber que era suyo y no tenerlo.

Ante su llanto y su incapacidad por responder, Christopher sólo abrió sus brazos y el ojiverde terminó dentro de ellos.

Se estaban amando.

¿Por qué hacerle sufrir tan pronto con aquellas cosas?

Lo quería a él, pero quería a sus hijos.

El gran dilema.

El gran problema.

La noche más fría || Chriserick.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora