La noche más fría || Chriserick.

Capítulo 58.

La puerta del baño se abrió y Joel levantó la mirada, comenzó a removerse entonces en la cama, al darse cuenta de que su novio sólo tenía puesta una toalla en la cintura. Ya lo había visto muchas veces así, pero apenas días atrás comenzó a sentirse extraño con eso, acalorado talvez, por lo tanto, supo lo que debía hacer.

-Amor... -le llamó y cuando el chico volteó se mordió los labios, no sabía cómo decirle-, yo, am...

Una pequeña risita salió de la garganta del otro y negó.

-Si te pones así volveré al baño a cambiarme -avisó divertido-. Me siento acosado.

Negó rápidamente y miró sus manos, comenzando a estar más nervioso. Un sonrojo creció rápidamente en él y Zabdiel entendió que quizá si estaba pensando en lo que él creía.

-No yo... -y de nuevo, su boca no soltó más, así que Zabdiel sonrió.

Entonces le parecía tierno.

Se acercó a la cama y subió a horcajadas sobre él, notando sorpresa en su rostro cuando levantó el rostro. Tomó su mentón y dejó algunos besos cortos, hasta que el chico pareció desesperarse y, abrazando su torso, profundizó el beso.

-Necesito decirte algo -le comentó entre el beso y Joel sólo asintió, un tanto agitado.

Normal era que desde tiempo atrás, Joel siempre lo dejaba encendido y, por más que quisiera estar con él, se aguantaba sus gigantescas ganas y simplemente le daba seguridad. Ahora no parecía que el rizado quisiera hacerlo de nuevo, pero él ya no estaba tan seguro como antes.

Las manos de Joel fueron a su trasero, haciéndolo dar un saltito de sorpresa, y luego ambos rieron.

Le sacó la playera que se acababa de poner y, dejando algunos besitos desde su cuello hasta su pecho, se hizo a un lado para sacarle también el pantalón de pijama.

Apenas estuvo en ropa interior, Joel saltó sobre él, pero no era lo que esperaba y, definitivamente, tampoco lo que quería. El chico comenzó a besarlo nuevamente, con los labios moviéndose de forma rápida y con su lengua intentando ingresar a su boca. Pero eso no era lo raro, sus besos le encantaban, desde los más pequeños hasta los más raros y dulces. Si no que, las manos de su novio, intentaron un par de veces su toalla y, aún cuando puso las manos en su cintura, para que parara, el chico no lo hizo y terminó por dejarlo desnudo. Al momento, lo empujó, haciéndolo caer de costado en la cama, y viéndolo fruncir el ceño mientras se sentaba, se levantó, amarrando a toda prisa de nuevo su toalla.

-¿Qué sucede? -preguntó Joel un tanto agitado.

-Te dije q-que debía decirte algo -Joel asintió-. Yo, eh, no...

Joel soltó un bufido y pareció molestarse, aunque no tenía razones.

-¿Has estado con alguien más? -el rubio negó- ¿Entonces?

-Rayos Joel, soy virgen, jamás me dejaste estar contigo pero no es razón para estar con alguien más, si yo te amo.

-¿Entonces? -repitió suavizando su expresión.

-Ahora soy yo el que no está listo -unos segundos de silencio y bastó para que Joel se echara a reír-. Hablo en serio Joel, no molestes y ponme atención.

-Es que no te creo.

-¡Yo jamás me burlé de tí! -molesto, Zabdiel se metió al baño a cambiarse.

Afuera, Joel se puso serio. No entendía cómo era, que después de tantas veces que lo intentó, se había rendido y ahora, hasta era quien no quería.

Apenas salió, se levantó corriendo a abrazarlo y besó su mejilla.

-Lo siento mi amor, es que de verdad me pareció raro -tomó suavemente entre las manos su rostro y sonrió-. Cuéntame ¿Por qué no te sientes listo ahora?

El rubio soltó un suspiro y asintió.

-Creo que hemos esperado mucho, llevamos casi diez años juntos y no le veo el caso -se mordió los labios, nervioso, y siguió-. Creo que ya que hemos esperado tanto, debemos hacerlo un poco más.

-¿Hasta cuando?

-No lo sé Joel, hasta que nos casemos.

El chico, instantáneamente intentó esconder la forma en que su sonrisa crecía, pero no lo logró.

-¿Qué?

-No hay intimidad y no hay hijos entre tú y yo, Joel -suspiró-. No hasta que haya una boda primero.

-Puedo esperar mil años más si es por eso.

Zabdiel asintió y dejó un pico sobre sus labios.

-Te amo -lo soltó-. Vístete.

-Te amo también -sonrió-. Primero voy al baño a arreglarme.

Zabdiel miró cómo señalaba hacia abajo y, un poco dudoso, llevó sus ojos ahí, notando que realmente necesitaba arreglarse.

-No hagas ruido, porque yo también voy a necesitarlo.

Joel comenzó a reír y se metió al baño.

Extrañamente, el rubio esperó por mucho más que 20 minutos, hasta que lo vió salir casi cayéndose y con las piernas temblando. Confundido y asustado corrió para cargarlo a la cama y, Joel sólo rió entre sus brazos.

-Amor -lo miró, apenas lo dejó sobre la cama, mientras lo arropaba-, estoy bien.

-¿Por qué estás así?

-Yo no hago lo que tú -Zabdiel frunció el ceño, de verdad no entendía, pero Joel sólo sonrió-. De verdad estoy bien, es sólo que estoy muy cansado, no imagino cómo será cuando tú estés en el lugar de ese cacharro...

-¡Joel! -el corazón de Zabdiel se aceleró y los colores se le subieron al rostro.

Ahora entendía lo que pasaba.

-No volveré a dormir aquí con tranquilidad, sabiendo que tienes juguetes.

Joel rió y lo abrazó apenas se metió a su lado bajo las cobijas, entonces dejó un par de besos en sus labios.

-Joe -Zabdiel lo abrazó por la cintura y lo pegó a su cuerpo-, mañana vamos a salir con los chicos, pero necesito que te vayas con Erick, porque acompañaré a Chris a otro lado antes.

-Claro, sólo cuídalo y cuídate, que yo me haré responsable del bebito y de mí.

-Ellos saben cuidarse.

-Pero no quiero que hagan nada que lastime al otro, y, sobre todo, que nos lleve por el camino del mal.

El rubio rió ante esa idea.

-Bien, ahora descansa bebé.

Y dejando un beso en sus labios, apagó la luz, así, ambos durmieron.

Chicxs, si les ha gustado por favor comenten mucho mucho, porque últimamente siento que ya no lo hace y, eso me desanima un poco, igual no dejaré botada la historia, pero si veo que hay más respuesta de ustedes, yo me animaré y actualizaré más seguido.

Les aviso que esta novela tiene aproximadamente unos 100 capítulos.

Bueno, sólo eso, les amo.

♡Ristopherdiel🌈