Capítulo 52.

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Al abrir la puerta, los cuatro miraron hacia allá y se encontraron con la gran sonrisa del moreno. Erick no se detuvo y corrió a besarle los labios, tan esperanzado como los demás.

-Me acaban de trasferir, después de las vacaciones empiezo -plantó un corto beso en la boca de su novio y éste sonrió-. Es hora de tomar sus cosas bebés.

-A mí me dijo que puedo volver cuando quiera.

-¿Lo harás? -preguntó elevando una ceja.

-Yo creo que no, la universidad me quita mucho tiempo y cuando me gradúe buscaré un trabajo correspondiente a mis estudios.

Richard asintió con algo de tristeza, pues él no había podido seguir con sus estudios.

-Vale, entonces preparen las cosas que mañana nos vamos.

- Richard -habló Alonsito, que ya estaba cumpliendo seis años-, gracias por estar con nosotros, ya vas a ver que en cuanto se pueda tú también vas a hacer la universidad. Yo cuidaré a Aali por tí.

El moreno sonrió ante el pequeño y acarició su cabello.

Luego de que cada uno tuviera sus cosas listas, pasaron una tarde charlando y comiendo, planeando la vuelta a su vida anterior pero, ahora con dos integrantes más en ella. Mel ya sabía el plan, pero a sus hijos les dijeron otra cosa.

A la mañana siguiente, luego de pasar otra noche hablando de lo mucho que se amaban y, que debía haber confianza en cada momento, recordándose que eran uno, partieron con dirección a su nuevo -ya bastante conocido- hogar. Erick desayunó con ellos al instalarse, y luego de un par de besitos y caricias a su novio, salió del lugar, para ir a por sus sentimientos, para salvar su corazón del odio.





















-¿Cómo se siente estar aquí de nuevo luego de estos años? -preguntó la señora Yenny- Porque nosotros te extrañamos muchísimo, las visitas esas de tres días no son nada comparado a verte por aquí siempre.

-Y yo los extrañaba a ustedes mami -sonrió Christopher-. Pero bueno, me siento súper bien... Igual habrán horas que no pueda estar aquí por lo del trabajo, pero ya podrémos vernos casi siempre.

-Yo espero que así sea, también yo seguiré trabajando porque estar aquí me aburre, sólo espero que tus horas de trabajo coincidan con las mías, para poder vernos.

Besó su frente y sin más salió con su bolso al hombro, directo al trabajo.

Segundos después de escuchar el auto de su madre encender e irse, el timbre de su puerta sonó y con pereza salió a abrir, encontrándose a sus amigos.

Sonriendo ampliamente los abrazó a ambos, ignorando la pequeña discusión que había tenido al teléfono con Joel la última vez que hablaron.

-Te vimos en televisión bro -soltó Zabdiel cuando les dió espacio para entrar-. Me encantaron tus respuestas, sobre todo esa que... -miró a su novio con una sonrisa al sentarse ambos-. ¿Cómo era, amor?

Una risita escapó del rizado.

-Si lograron hacer viral la duda de que yo era gay, por favor, hagan viral mis ganas de ver al amor de mi vida.

Ambos se echaron a reír y el castaño enrojeció de vergüenza. Zabdiel lo abrazó por la cintura, ya que se encontraba parado a su lado, entonces palmeó su pancita como apoyo.

-Así que aún lo amas ¿Eh?

-Sí -respondió bajando la mirada-, pero no va a volver.

- Chris, yo... -habló Joel con algo de pena-, siento mucho lo que te dije, tienes razón, te hago daño y eso está mal. No hagas caso a todo lo que he dicho.

La noche más fría || Chriserick.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora