—Dijiste... ¡Que podía disfrutar de todos los orgasmos que me haga tener Gael! —susurro, le hecho una mirada al pasillo antes de cerrar la puerta de mi habitación por completo.
—¡Lo sé! —se queja —. Pero tu hermano no es tonto. Cuando le dije que mejor sería que pase la noche conmigo mientras veíamos algunas películas, le llegó un mensaje —la miré con toda mi atención—, Me dijo que tenía que regresar a la casa, y precisamente, no era tu papá el dueño del mensaje.
—¿Número desconocido?
—No lo sé. Estaba muy convencido que tenía que llegar aquí a como dé lugar, incluso me dijo que tal vez te esté cubriendo en algo, aunque sea cierto, no le iba a decir la verdad. A demás, esperaba que mintieras mejor con la pregunta que te hacía —dijo con frustración—. ¡Tú profesor! ¿Sabes en que problemas has metido a tu príncipe de cuento?
—Eso estoy pensando ¡Sí! —me tiro de espaldas en mi cama—. Lo va a investigar y me va a investigar a mí. Y lo peor, tengo una cita con él este sábado.
—¡Que! —grita, y como puedo le lanzo una almohada en la cara para que guarde silencio.
—Cállate, no hagas escándalo —susurro advirtiéndola.
Ella cubre su boca intentando no gritar de la emoción.
—Galia, ¡Tienes una cita!
—No sé si sea una cita, solo lo dije. Puede que sea una... simple salida.
—Claro que no —coge el control remoto en sus manos y enciende el televisor para tener más ruido y que Emilio no escuche lo que conversábamos—. Está interesado en ti. Te lo aseguro.
—No hables en ese tono —me incorporo y pongo una almohada entre mis piernas—. No quiero hacerme falsas ilusiones —mi voz se tiñe y puedo sentir el peso de la tristeza en las palabras.
—No son falsas —me asegura—. Te lo dije cuando habías terminado con Leonardo. Alguien llegará a tu vida, no será alguien cualquiera, será alguien que realmente valga la pena que esté en tu vida, y tú en la de él, que esté en el lugar exacto para hacerte sentir muchas cosas difíciles de explicar. Y ese, mi amiga, es Gael Matheson.
—Y yo creyendo que tenía problemas de realidad —me golpea en el hombro—. Deja la violencia, no hace falta eso, ya aterricé. No encontré a ningún Christian o Ethan Blair, en mi vida, ni a un Nicolás Cohen, tampoco a un Ares Hidalgo, mucho menos a un Dominik Bessler...
—Sí, de acuerdo —me interrumpe—, no será como los que personajes que lees, es mucho mejor aún. Encontraste a un Químico. En tu salón de clases. ¡Una historia Cliché demasiado romántica!
—Seamos más realistas —suspiro y hablo—. Tiene una diferencia de dieciocho años conmigo, y un hijo prácticamente de mi edad. Adicionando que tiene una hija también ¿Crees que se podría fijar en mí? ¡Cuando nació su hijo yo tenía un año de edad!
—¿Cómo, tiene una hija? —asiento—. ¿Eso es un impedimento para ti? —Me quedé callada, realmente no sé y, solo suspiré—. ¿Por qué te cierras en tantos triángulos? ¿A caso la chica que conozco no es valiente y lucha para que todos sigan adelante? ¿Por qué no haces lo mismo contigo? ¿Por qué no te apoderas del momento y lo haces tuyo solamente? Solo relájate, date una oportunidad más de ser feliz, de aceptar de una vez por todas que lo mereces, porque eres una persona extraordinaria, que eres luz en oscuridad, abrigo en el frío, y apoyo en la soledad. No por lo que te pasó hace años vas a perder lo que tienes ahora —se acerca a mí, sujeta mis mejillas con sus manos apretándolas, haciendo que frunza los labios—. Tú no lo buscaste, pero tampoco vas a dejar escapar el momento de salir del hoyo en el que estás; y si es un error, que sean de esos errores que estas dispuesta a cometer por unos momentos más de felicidad en tu interior y equilibrio en tu ser.
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Te Vas A Enamorar De Él
RomanceGalia es una estudiante de 20 años, espontánea y con un gran gusto por la lectura romántica juvenil, pero tiene un pequeño problema, su curiosidad, esta, la lleva a investigar a su nuevo profesor de la Universidad, luego de varios comentarios de alg...