Capítulo Cuarenta y Uno

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Llegó... el domingo de Gael.


Teníamos una copia de un trabajo escrito Vadim, que justamente sería entregado a Gael, y en efecto, es la misma letra.

No hay duda de que él fue quien escribió la carta en San Valentín, pero la interrogante aquí es: ¿Por qué me escribiría esto a mí?

Después de lo que paso con Caroline, rompimos todo vínculo, alejándome totalmente sin aceptar su amistad.

—Sí, es la misma —confirmé, dejo la copia sobre la mesa a lado de mi celular—. Otro misterio por resolver.

Suspiré, realmente estoy cansada de todo esto, quisiera dejar esto en modo pausa, pero si lo hago solo me detendría yo y las oportunidades de interferir de las demás personas no acabarían.

Porque es lo que están esperando, nuevas oportunidades para cambiar el escenario que Gael y yo tenemos, porque después de todo el escándalo de que sale con una alumna de segundo año también está el rumor de los anillos que cargamos.

Demasiada casualidad.

¡La gente puede cargar hasta un anillo en el trasero y para ellos es mucha casualidad!

—Será más claro —puntualizó Karla—, ya sabemos quién escribió la carta, quién la entregó también...

—Y que la asociación estudiantil no fue —interrumpió Gerson, era una reunión de mujeres, pero de alguna manera él también está dentro de la problemática—, esto fue planeado. ¿Crees que alguien como él te va a escribir que tienes novio así nada más en San Valentín? Y, sobre todo, dando por escrito que prácticamente espera por ti, porque asegura que terminarás con él.

Se cruza de brazos, dejando caer su espalda en el regazo de la silla.

—Esto es algo extraño, pero lo que dijo Gerson es razonable —continuó Lau—, y todo a punta a Efraín y las que ya tenemos mencionadas, Mailen, Vianey, Kendra, Lena, y su mejor amigo.

—Aun la propuesta sigue en pie, Galia —me dijo Gerson, con un alzamiento de cejas—, podemos confundir a todos y dejarían atrás todo esto porque sinceramente me da tortícolis.

—¿Qué propuesta? —dicen al unísono mis dos amigas.

—No es una gran idea —murmuro—, Gerson me propuso ser su enamorada, para...

—¡Que! —otra vez dijeron al unísono.

Asiento, doblo la hoja de la copia y la guardo en mi mochila.

—Solo piensen —Gerson apoya sus codos sobre la mesa acercándose a nosotras—, todos en la facultad en un comienzo pensaron que Galia y yo éramos novios, ahora que se les ha atravesado la idea de que estaba con el profesor y parece que esto no va a parar. Así que es mejor que confirmen la primera sospecha que la segunda.

Ellas soltaron a reír a carcajadas.

—¿De dónde se te ocurrió esa idea? —dijo Karla, sonriendo y negando con cabeza—. No creo que sea algo sugerible.

—Además, buscamos a los que comenzaron con los rumores —intervino Lau—, no darles más razones para que sigan en sus comentarios. Porque te aseguro que lo primero que dirán es que fuiste como un premio consuelo, plato de segunda mesa y demás definitivos.

—Imagínate como lo tomaría el profesor Matheson —dijo Karla, mirándolo—, le darás en el orgullo y te odiará.

—De acuerdo, la idea es mala —dije—, pero no es algo en lo que nos vamos a enforcar. Ahora el problema es: ¿Cómo sacaremos información de Vadim? Tenemos que buscar las respuestas, porque de buena samaritana, Kendra no tiene en absoluto.

Te Vas A Enamorar De ÉlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora