Capítulo Quince

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Miraba con cautela cada escalón que pisaban mis pies y cuando ya estaba asegurada mi pisada, mis ojos volvían a la pantalla del celular de Laura.

—Entonces, sí que tuvieron una conversación, muy larga, por cierto —Laura asiente, luego nota mi sarcástico tono—. Y que te emocionaste mucho a pesar de su actitud fría que tiene contigo.

Le extiendo su celular después de llegar hasta el último mensaje.

—Es muy distante si te das cuenta —quiero reírme de todos los gestos que hace Laura con la boca, pero solo me abstengo de hacerlo—. ¿Y qué piensas?

—¿Qué es lo que piensas tú luego de la conversar extremadamente larga con el profesor Matheson?

Era claro que necesitaba escuchar su respuesta, después de todo nos gusta la misma persona.

—Le dejaré de escribir.

—De acuerdo —alargo—, ¿Por cuantos días?

—No te burles —me riñe—, enserio lo haré, no veo que le intereso.

—Solo puedo decir que tal vez, no lo sé, pueda... tener ya a alguien.

Ella me toma del hombro y me detiene en nuestra caminata para la salida de la facultad.

—Pero me dijiste que estaba solo, y hasta donde sé, tiene un hijo, pero no vive con él —la miro sorprendida.

—No me digas que... —rueda los ojos y puedo saber que lo está admitiendo—. ¡Lo investigaste!

—Es un profesor guapo y joven ¿Qué esperabas? —sonrío negando con la cabeza—. Además, el grupo que tienen de él... hay buenas fotos.

—¿Te uniste al grupo de whatsApp?

—Se llama GMatherlovers.

—Espera ¿¡Que!? —suelto una carcajada—. Debe ser una broma.

—Fue una de tus amigas que me agregó —frunzo el ceño—. Caroline.

—Claro, lo había olvidado, es una de las administradoras.

—Incluso encuentro más estudiantes de tu generación que del mío.

—No te imaginas las cosas desagradables que tengo que ver miércoles y viernes en mi salón, muchas de esas chicas se le arriman al escritorio del profesor Matheson —digo—. ¡Y ya, muéstrame las fotos que envían a dicho grupo!

Había algunos asientos vacíos cuando llegamos al patio de la facultad y, como no es muy frecuente verlos vacíos nos apresuramos a sentarnos antes de que otros estudiantes nos ganen el puesto.

Me devuelve el celular mostrando una por una las fotos de Gael, cada una de ellas en ángulos diferentes y en distintos salones. Sentado revisando su gigantesca laptop, escribiendo con el ceño muy pronunciado, alzando una de sus cejas, escribiendo en la pizarra, dando explicación de la clase, escuchando los semanarios, pero una de ellas destacó sobre las demás.

Estaba sonriendo, una mirada tierna es lo único que podía transmitir en sus ojos, sus hoyuelos se los apreciaban sin algún esfuerzo. Reconocía esa vestimenta, reconocía el salón, es mi salón, y esa dirección en la que mira es el lugar donde yo se me sentar en su clase.

El corazón latía a mil y quería decirle a Laura, que donde él mira yo estaba ahí.

¿Así es como me mira?

Quisiera tener esta foto conmigo, colocarla en mi pared y mirarla todas las noches antes de dormir. Pero sería muy enfermizo, se me gastaría la oxitocina.

Te Vas A Enamorar De ÉlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora