Capítulo Dieciséis

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Permanecí en silencio, no sé cuánto tiempo hasta que escuché su voz de nuevo en el celular verificando si la conexión no se había ido.

—Si, aquí... ¿Cómo es que...? —no podía pronunciar palabra, de alguna manera el que me haya llamado me desconcierta.

—¿Está ocupada?

Miré rápido por la puerta para asegurarme si Catalina venia, pero no, cierro la puerta y decido contestar.

—Un poco —miro la ropa sobre mi cama y claramente si estaba algo ocupada—. Creí que, que no tendría mi número agendado.

—Lo sé —se apresura en decir—, mucho tiempo, para ser exactos. Pero revisando unos documentos encontré entre ellos la hoja que le se pedir a mis estudiantes y con suerte espere que tenga aun el mismo número telefónico, me arriesgue en llamar.

—Encontré hasta gaseosas en el refrigerador, creo que eran de Emilio.

giro sobre mis talones para encontrar a Catalina viéndome con cara de orgullo, tal vez piensa que me ha llamado Gael.

—¿Su hermana? —me pregunta mi exprofesor.

—No —catalina, sigue sin quitarme la mirada de encima y se lo que se va a armar después de que ella escuche su nombre—. Es la novia de mi hermano.

—Le parece si luego hablamos, me comentó que está un poco ocupada y no quiero ser inoportuno.

—Si, como usted quiera.

—Hasta luego, señorita Lassa.

—Pase bien, Profesor Cristóbal.

Cuelgo lo más pronto posible.

—Creí que era tu amado Gael pero, ¿Cristóbal? Estamos hablando de tu profesor de la secundaria. ¿Qué hacías hablando con él? ¿Para que regresa?

—Tranquila —sonrío—. Solo pensó que no tendría el mismo número de teléfono —ella alza una de sus cejas esperando a que continúe—, Y eso. No hay anda más.

—Recordemos los puntos que hizo tu profesor de la secundaria —ruedo los ojos—. Uno: Hizo te ilusiones de él. Dos: Tenia novia, y aun así salía contigo. Tres: Hizo que te fueras de la ciudad un día completo con él aun sabiendo que tenía novia —no paraba de levantar los dedos de su mano para recalcar los puntos que decía—. Cuatro: Te engañó para que te dejes besar por él —no era necesario recordar esa parte—. Quinto y más importante: Cuando te enteraste de que tenía su novia ni siquiera hizo lo posible por explicarte las cosas, solo lo afirmó como si fuera lo más normal del mundo. Y sexto, pero no menos importante que el quinto: Se divirtió contigo y con tu ingenuidad como también lo hizo Leonardo ¿Debo continuar?

—Es suficiente.

—Y ahora que tienes a alguien que, si se interesa por ti, ¿Quiere regresar a tu vida? Bueno... ¿Qué demonios tienes tú con los profesores?

—No es que quiera regresar a mi vida —repongo—. Hasta donde sé, aún sigue con la chica, y de mi parte estoy conociendo a Gael, y créeme, Gael vale la pena.

—Solo espero que no nos equivoquemos —habla con voz baja—. Porque donde él te llega a romper el corazón, no te lo rompería solo a ti, sino a mí también; se ganaría mi odio muy aparte de eso.

—No lo hará, es una persona madura, que sabe lo que quiere.

—Si ya lo sé —rueda los ojos—. Pero solo lo digo. Te mereces mucho, y ya es hora de que algo sea realmente para ti, sin intervenciones, sin envidia, sin dar tu felicidad a los demás. Y hablo también de mejores amigas.

Te Vas A Enamorar De ÉlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora