Las palabras de todos en la carrera diciéndome que Gerson estaba interesado en mi desde un principio y que solo era cuestión de tiempo para que llegue el día en que se cumplan sus sospechas me derrumban, me desestabilizan.
No podía creer que Gerson aún seguía parado al frente mío esperando respuesta de su proposición. Estaba lejos, muy lejos de sentir algo más allá de una amistad. Ni siquiera me he imagino su mano y la mía juntas o saliendo muy afectuosos de cada clase.
—¿Estás loco? —dije—, ¿inhalaste un reactivo sin que nos diéramos cuenta?
—No, tonta. Lo digo por las sospechas, por los rumores, solo piensa —me explica, me toma del brazo para avanzar la plaza universitaria—, si somos enamorados, los rumores de todos desaparecerán. Tu nombre ya no será un problema, el profesor será descalificado y todo tomará el ritmo normal como antes.
—¿Y el plan que teníamos con las chicas? —sonaba decepcionada.
—No estoy de acuerdo con eso, es mejor lo que se me acaba de ocurrir. Todos los que hablaron de nosotros se le caerá la boca al suelo al vernos juntos —frunzo mis labios, me siento entre los largos asientos entre muchos estudiantes mirando como muevo mis zapatos—. Acepta, es una genial idea.
—No lo sé...
—¡Enamorados de mentira, ingenua! —enfatizó—. Tampoco es que nos vayamos a besar o algo parecido.
—Mira, he leído sobre eso y, técnicamente en la escala de cupido siempre sale mal eso de los noviazgos de mentira, porque uno los dos siempre se enamora de verdad —contesto—, Y en la plataforma donde yo escribía había un libro exactamente a lo que me estas proponiendo; son una trilogía...
—Deberías dejar de leer tanto, no todo lo que se lee es cierto.
—Señor Gastón, te diré desde ahora —bromeo—, ¡Quieres que sea madame Gastón! Como la bella y la bestia.
Se sienta junto a mi golpeando y ensuciando mis zapatos.
—¿Así eres con el profesor Matheson? ¿Toda infantil?
—No lo sé, dímelo tu —me encojo de hombro—, tú me has soportado más que él. Y mi forma pueril no le afecta en nada.
—¿Aceptas? Porque podemos empezar ahora —sus ojos me señalan la dirección justamente por donde salimos hace minutos atrás, venían el grupo de Caroline y, por suerte, Lena también—. Si nos ven juntos de la mano las sospechas se reducirán y no tenemos que intervenir más.
—Es todo lo contrario a una genial idea —insisto, las miradas de ellas caen sobre nosotros se le hace difícil tratar de ignorarnos—. Además, estoy segura de que Lena iría corriendo a contarle a Gael que nos ha visto juntos. ¿Qué pensaría de mi si se entera que ya ando contigo cuando recién llevo una semana sin estar con él?
—Le dirás que es falso, nada más —resuelve, sin preocupación—. Debería incluso agradecerme por cubrir lo que ustedes comenzaron.
—No creo que... a él le dé mucho gusto que seas tu exactamente el que me proponga ser su enamorada —apartó la mirada del camino de las chicas y sus ojos se posaron sobre los míos—, él tiene sospechas que... yo te gusto—mi voz decaía con la declaración.
—¡Que! —exclama—. ¡Claro que no! ¡¿Por qué no me lo dijiste?! ¡Dios, no puede ser!
Suena tajante y escandalizado. Trato de que baje la voz puesto que otros estudiantes ya nos han echado algunas miradas encimas.
—¿Quieres calmarte, pequeña princesa? —pido—, aun seguimos en la universidad, donde las paredes oyen y los rumores vuelan.
—Con razón me odia tanto.
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Te Vas A Enamorar De Él
RomanceGalia es una estudiante de 20 años, espontánea y con un gran gusto por la lectura romántica juvenil, pero tiene un pequeño problema, su curiosidad, esta, la lleva a investigar a su nuevo profesor de la Universidad, luego de varios comentarios de alg...