Cerca de la entrada de la escuela se encontraba la estatua de quien sería el fundador de la carrera de Ciencias Químicas, y un personaje importante como Químico. También varios estudiantes tumbados sobre el césped, haciendo deberes, leyendo, besándose como es de costumbre.
Caminé alrededor de ellos para llegar a la parte más alejada de la plaza, en una cabaña abierta donde Laura, Karla y Gerson sabemos juntarnos para terminar de hacer nuestras investigaciones, o criticar quién se nos cruce por la mira. Sanamente.
Ahí estaban las dos, con tres libros como enciclopedia abiertos sobre la mesa de manera, este día se vea radiante, el sol estaba en su punto máximo provocando que el clima se torna agradable e incluso la nieve se veía hermosa con tanta luz en vez de tiemblas.
—Gerson, date prisa —giré mi cuello para verlo caminar detrás de mí. Le había escrito después de imaginar que la almohada de mi cama era el cuerpo de Gael. Necesita que escuche lo que le diría a Laura y, saque sus propias conclusiones—. Están allí, nos esperan.
—Al menos avisaste que...
—No —lo interrumpo—. No quiero repetir por tercera vez la misma historia, mejor contarla al mismo tiempo, además necesito de su ayuda —frunce las cejas para luego mostrar atención a su celular—. ¿Le has dicho a tu hermano?
—Todavía no —contesta—. Creo que a él le molestará más que estés con el profesor Matheson.
Claro, a él también le mentí, pero ya no quiero que nadie más sepa de esto, hasta poder salir de la universidad.
—¿Llevan tiempo esperándonos? —pregunté, dejando mi maleta sobre los asientos, saqué mi portafolio que había hecho anoche para poder explicar con bases de lo que iba a decir no eran mentiras.
Incluso le pedí a Catalina que me reenviara los dos mensajes que le habían enviado a mi hermano.
—Te esperábamos a ti, no a Gerson —dice Karla, mirando como él se sienta a mi lado—. Pero es bueno que estés aquí.
—No diré nada a nadie si eso es lo que piensas —replicó Gerson.
Esto se va a poner feo si siguen así.
—Bueno, dejaremos nuestras diferencias a un lado —los miré a ambos y luego a Laura—. Esto es lo que quiero mostrarte. Ya que Gerson también está aquí es importante que escuche todo para ponerlo al tanto. Pero sobre todo en una tarea importante que no puedo hacerla sola, necesito de su ayuda.
A Gerson no le importó mucho lo que Laura y Karla revisaban en el portafolio que había hecho.
—¿De quiénes son estos mensajes? —Laura señala los mensajes que había impreso. Si los imprimí y todo a color.
—Son mensajes que le enviaron a mi hermano —ella abre sus ojos sorprendida, masculló algo ininteligible—. Créeme que no sé cómo comenzó todo. Tampoco el momento en que las cartas dejaron de estar a mi favor. La noche que me dijiste que te gustaba Gael quería golpearte contra la pared para que entiendas que es un profesor, que muchas están detrás de él y tú queriendo ser parte de su ganado. Como líder de grupo, claro que tenía más acercamiento a él, más cuando me pasó lo que me pasó en el laboratorio y fue cuando se me acercó estando contigo diciendo que si me quería matar por inhalar los reactivos que no tenían nombre.
—Fue muy estúpido de tu parte —puntualizó Gerson.
—Cállate, tú no estuviste ahí —Karla parece que hoy no tiene mucha paciencia, le dedica una mirada asesina a Gerson, ella se acomoda en el asiento girando la siguiente página del portafolio—. Continua.
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Te Vas A Enamorar De Él
RomanceGalia es una estudiante de 20 años, espontánea y con un gran gusto por la lectura romántica juvenil, pero tiene un pequeño problema, su curiosidad, esta, la lleva a investigar a su nuevo profesor de la Universidad, luego de varios comentarios de alg...