Capítulo Cuarenta y Cuatro

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Había un batido de frutilla, tenía tres cubos de hielo y un sorbete de plástico reutilizable color negro y blanco, una frutilla cortada a la mitad en la superficie del vaso transparente que es solo utilizado para mis batidos. Especialmente de frutilla, me sube mucho el ánimo. Encima de la bandeja de flores que había escogido mi papá y, mi mamá había odiado por tener rosado sabiendo como me pongo por ese color, tenían dos platos tipo sopera; uno con menos de un cuarto de leche y el otro repleto por cereal froot loops. En otro plato, pero este era llano, había una rodaja de pan integral y huevo revuelto. A su alrededor una diminuta porción de manzana verde cortada en pequeñas partes cuadriculadas.

El que me alimente bien se lo tomaron muy enserio, pero esta mañana no sentía las ganas de comer y, aunque en otras circunstancias hubiera deseado por desayunar todo esto que me gusta, no tenía las ganas de levantarme de la cama. Me di la vuelta sobre mi cama para no mirar el desayuno que estaba en un pequeño escritorio que rescaté de la hacienda, lo pinté y lo instalé en mi habitación, una manualidad que me salió muy bien.

Sentí una vibración en el colchón, busqué mi celular con mi mano sin revisar visualmente donde estaba, hasta encontrarlo, no tenía mensajes de redes sociales y de él, no había ni una señal, siempre me había preocupado si llegaba bien a su casa, pero esta vez no iba a insistir en saberlo.

Tenía una notificación interesante en you tube, the weeknd había lanzado un nuevo sencillo el año pasado que hasta ahora no lo había escuchado, es uno de los principales cantantes favoritos así que entré en el video. Para no ser peor mi mañana, específicamente esa canción, describía el inicio de la relación. Call Out My Name ya estaba en mi reproductor de música e incluso su video.

Para compartir mi tristeza, también la puse de estado en WhatsApp, pero me arrepentí luego de tres minutos y la borré.

Entré a su chat con la intención de verlo en línea, pero no lo estaba. Eran las siete y veintitrés de la mañana, supongo que ya está por los cielos en su vuelo de escala, quería escribirle, quería hacerlo para desearle mucho éxito, que le deseo lo mejor y disfrute todo los aprendizajes nuevos, me gustaría saber cómo tiene que pedir una orden o alguna instrucción estando allá mientras habla otro idioma, pero tenía que alistarme para ir a trabajar, tengo turno completo por el permiso de ayer y, sin embargo, no reúno las fuerzas suficientes para poner mi cuerpo en marcha.

Me sigo ahogando en la música depresiva, sintiendo una lágrima fría caer en mi nariz para traspasar al colchón y empaparlo, no había dejado de llorar después de abrazar a mi mamá, no me quiso preguntar acerca del porqué lo hacía, pero supongo que entendió que algo había fallado en la práctica de ayer y que necesitaba mi espacio. No contestaba los mensajes de mis amigas y mi hermano tampoco se acercó para interrogarme, nada de eso impedía que me siga deshidratándome en la ducha, mientras cepillaba mi cabello y mientras releía su carta que me había escrito en San Valentín.

Esta mañana solo se sentía así, fría y gris. Ni siquiera sabía como empezar mi día, porque las preguntas retumbaban en mi cabeza, ¿qué fue lo que pasó para que me diga eso? ¿qué fue lo que le dijeron para reaccione de esa manera? ¿por qué en vez de tomar una decisión no me dijo para resolverlo juntos? ¿qué siempre tiene que pasar algo cuando estamos felices? Ocupó un lugar grande en mi corazón que tengo el interior vacío por su ausencia, el frío de su mirada y cada palabra que me había dicho está alojada ahí.

Me empapé tanto de sus recuerdos mientras intentaba dormir que hasta lo soñé y, ahí, también despedía, se desvanecía entre mis brazos. Le puso un nuevo fin a nuestra historia y yo solo acepté. Otra vez. Tenía muchas razones para quedarme a su lado, todas ellas enamoradas de él y todos ellas seguirán aun enamoradas de él.

Te Vas A Enamorar De ÉlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora