Capítulo Cuarenta y Tres

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Al caminar por el pasillo, saludé de manera amable a las personas que estaban esperando sentados para una prueba de sangre o aquellos que llegaban a retirar exámenes, me gusta hacerlo incluso con el personal que trabaja aquí, aunque muchas veces no reciba lo mismo de su parte.

Sonreí, tratando de ocultar mi sudor gélido por el nerviosismo y caminar deprisa hasta llegar a la puerta de nuestra práctica.

No había cruzado más que saludos con Laryssa desde que comenzó el año lectivo. Nunca hemos interactuado juntas en algún grupo. Ni siquiera recuerdo de su apellido.

Pero estaba convencida que no le importaba seguir subiendo de peso como el estar pendiente de lo que dicen de mí.

Corrección: de lo que dicen acerca de tener una relación con el profesor Matheson.

Porque ese es el chisme del año ¿no?

—Se supone que era un secreto el que el profesor Matheson es parte de mi familia —indico con ironía—. ¿Qué te hace pensar que me gusta?

El que esté caminando detrás de mí me deja grandes ventajas, pero con el tono airado con el que le he hablado hasta yo me creo que soy familia de Gael. Sin embargo, me deja una gran incertidumbre el escuchar que nos ha visto. En los últimos días no he estado pendiente de quien está a mi alrededor cuando estoy cerca de él, lo he visitado tanto en la oficina, he conversado y atravesado ciertas miradas en clases, en los pasillos e incluso, he estado en su auto sin percatarme de mis conocidos en el estacionamiento de la facultad.

Gran error.

Es como salir con alguien de la farándula de los canales de televisión, no puedes descuidarte a parpadear porque ya encuentran hasta el mínimo error para gritarlo por todos los vientos, haciendo varias publicaciones, fotos en hashtag, videos, porque las pruebas son muy necesarias.

Solo es un profesor.

Un hombre.

Y mi enamorado. Porque hay que resaltar lo que es de uno.

—Me imagino que ya... sabes lo que dicen en la universidad de ti y del profesor —asiento sin importancia, pero mentira, todo me importaba—, sé que está mal decirlo, pero desde que te vi me caíste muy bien y, me irrita tanto el escuchar como hablan de ti. Con decirte que hay rumores que te acuestas con él solo para pasar la materia y que por eso tienes buenas calificaciones.

Me detengo unos segundos, ella hace lo mismo, puedo inhalar el aroma de alcohol y el gel antibacterial que un hombre se ha echado en la mano por el aparato pegado a la pared. Sigo escuchando los pasos de las personas que transitan en el pasillo, nada se detiene, aunque yo ya lo haya hecho. Sin percatarme, he tensado mi mandíbula, muerdo mis labios conteniendo el calor que va atrapándome.

Suelto una sonrisa arrogante sin disminuir lo cáustica que ahora tengo encima y continúo mi camino.

—Si a ti te irrita, imagina como me pone a mí —contesté entre dientes.

El chico sentado al fondo del pasillo si era Gerson, se puso de pie al vernos más cerca e hizo un gesto al ver quien caminaba casi de mi lado. Seguramente también se le olvidó que la agregaron a nuestro equipo.

Tenía su mandil muy bien puesto y hasta su peinado estaba tan impecable que me sorprendía ver que por fin había logrado controlar los rulos rebeldes que traía encima, se había colocado tanto perfume que desde lejos ya lo estaba percibiendo, había reemplazado los zapatos deportivos por unos de cuero muy bien lustrados, incluso me daban ganas de acariciar su mandíbula para confirmar si de verdad se ha rasurado.

Te Vas A Enamorar De ÉlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora