Capítulo Trece

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Era lo mejor que me había pasado, para alguien que tenga otros pensamientos diría que es como un triunfo en su vida, pero en estos momentos él no es mi profesor, es un hombre normal, el hombre el cual estoy me estoy enamorando ahora y quiero que pase esto, quiero arriesgarme con él, no hay palabras para explicar todo lo que tengo dentro, toda la fiesta de colores que está  en mi estómago y todo el recuerdo que tengo en mi mente que se siente claramente en la piel y en mis labios. No puedo contener tanta emoción encima, quisiera gritar y contarle a todos lo que pasó esta noche, aunque sea nuestro primer beso.

Caigo sobre mi cama con la sonrisa aun plasmada en mis labios, sus ojos y sus hoyuelos invaden nuevamente mi memoria, lo quiero, y quiero que esto crezca.

El celular vibra sobre mi cómoda y lo tomo enseguida, sé que es él, el sonido está grabado en mi mente y siempre es el mismo sentimiento de al escucharlo.

"Ya llegué princesa."

"Ok" —envío. Segundos después me doy cuenta de que fui muy cortante a lo que agrego: —. "Que descanses, princeso".

"¿Enserio?, espero que tú si puedas descansar"

¿Qué si tenía el rostro ya ruborizado? No hay porque preguntar, claro que sí, este hombre a pesar de que no lo pueda ver hace magia en mí.

"Lo intentaré" —seguido envío un Emoji de corazón y en su respuesta inmediata tengo un Emoji lanzando un beso.

Dejo el celular en el mismo sitio y caigo nuevamente a mi posición soltando un suspiro, pero no de cansancio, sino, lleno de ilusión de recuerdos de él.

Él es distinto y, aunque esto que hicimos no estuvo bien, presiento que era algo que esperábamos los dos.

Me besó, me besó a mi justamente a mí. Cuando existen muchas chicas mejores que yo, con mejor físico, más inteligentes, e incluso más altas, que realmente si se saben arreglar para ir a la universidad, la mayor parte del tiempo ni siquiera me molesto en peinarme, e ir siempre con los calcetines impares. No tengo algo que llamaría la atención, la mayor parte del tiempo suelo ser torpe, todos los días de mi vida están llenos de esos. Como tomar el autobús de regreso a casa y darme cuenta de que tomé el equivocado.

Sin necesidad de dar más detalles, Gael Matheson ya forma parte de mi vida, entró sin darme cuenta y yo no puse ninguna resistencia ante eso, tal vez ya me gustaba tal y como me lo repite Catalina muchas veces, solo que, no me quería dar cuenta, no quería aceptarlo, porque en algo estoy plenamente segura y, es que lo nuestro tiene que estar en secreto por el momento. No haría algo que lo ponga en evidencia, ni mucho menos perjudicarlo.

Todos los alumnos de la clase de Gael estaban fuera de su salón, lo que me llamó la atención es que las puertas del curso estuvieran cerradas, él nunca llega tarde, soy yo la que llega tarde, y hoy sin embargo llegué justo a tiempo

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Todos los alumnos de la clase de Gael estaban fuera de su salón, lo que me llamó la atención es que las puertas del curso estuvieran cerradas, él nunca llega tarde, soy yo la que llega tarde, y hoy sin embargo llegué justo a tiempo.

Te Vas A Enamorar De ÉlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora