Capítulo Treinta y Uno

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En este capítulo sería buena idea escuchar esta música, como recomendación: Lana Del Rey - Lust For Life ft The Weeknd.


Un tono común se escucha por la habitación entre el ruido de nuestros labios y los quejidos que amortiguaban mi garganta por la presión que sentía a causa de los movimientos que hacía Gael. Lo aferraba más a mí, quería que el sabor de sus labios que quedaba grabado por siempre sobre los míos, poder seguir acariciándolo, pero el inoportuno sonido seguía insistente que no lo permitió.

Su cuerpo se separa del mío para que pueda alcanzar mi celular y contestar a quien sea que estuviera llamando. Gruñí desde mi interior, estaba en la mejor parte, seguida de una parte aún mejor de la situación que Gael estaba totalmente al mando. Lejos de todos y solos en una habitación para que una llamada me interrumpa el mejor momento.

Cubrí mis pechos con mi brazo dándole la espalda a Gael para que no me siguiera viendo.

«Después de todo lo que ya vio, tocó y probó.»

No me molesté en leer quien llamaba. Quería terminar con esto ya.

—¿Hola? —aclaré un poco mi garganta, tomé un poco más de aire para no aparentar que vengo corriendo de un maraton.

Escuché una risita del otro lado del celular, imaginaba quien era.

—Parece que llamé en el peor de los momentos —Catalina seguía riendo—. ¿Los interrumpí?

—Lo hiciste —confirmé, miré de reojo a Gael que ahora estaba acostado en la otra cama—. ¿Pasó algo?

—Te dejé mensajes en WhatsApp, como no contestabas tuve que llamar. Además, no creí que apenas lleguen y... ¡que calientes! Y no estamos ni julio —otra risa de su parte, sentía todo el rubor recorrerme el rostro—. Especifico bien los detalles en mensajes, luego que terminen lo que tiene que hacer me contestas, la situación está bajo control.

—Listo ¿algo más?

—Protéjanse.

—Esperaré tu llamada para la siguiente interrupción —dije sarcástica.

Suelta una carcajada, es como estarla imaginando se cómo está muerta de risa ahora mismo.

—Disfruten. Lee el kamasutra, ilústrate segundos antes. Bye —cuelga.

Muerdo mis labios, imaginando las miles de formas para poder girar a verlo con mi pecho desnudo. No quiero ni pensar como estará mi cabello

—Debí dejar perder la llamada —susurré.

Adapté mi celular en modo vibrador, mis padres no son de los que me llaman, así que después de avisarle a mi papá que ya estaba aquí con eso sería más que suficiente.

Sentí el cuerpo de Gael tocar mi espalda, su piel era suave, y lisa contra la mía, sin dejar a un lado ninguna de las vibraciones que causa su sola presencia al estar detrás de mí, lo hacía irresistible. Sus manos viajaron desde mis hombros hasta mis ante brazos, quitando mi brazo que cubría mis senos.

—¿Qué te parece si me doy una ducha? —me alejé de su cuerpo y me cubrí de nuevo, de pronto me sentía nerviosa y me sonrojaba que me viera casi desnuda—, en lo que salgo, acomoda tus cosas. No tardo.

Fui casi corriendo al baño con mi mochila en mano como una total fugitiva, cerré la puerta con seguro. Los latidos salían despavoridos de mi pecho, estuve a tan solo segundo de hacerlo con Gael.

Cierro mis ojos con fuerza sin controlar el nerviosismo y el pánico que ahora crece dentro de mí. ¿Y si realmente lo que ve, no le gusta? ¿Qué pensará si no se encuentra con unas medidas de modelo en mi cuerpo?

Te Vas A Enamorar De ÉlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora