Capítulo Treinta y Dos

721 39 3
                                    

Mi piel tocaba ligeramente la suya, rozándose sin perder el toque de sensaciones incontrolables de mi parte. Todo era más cálido ahora, todo era tranquilo, era como paz que tanto había esperado. Su piel estaba tibia, sus ojos cafés no se apartaban de mí, las veces que lo encontraba mirándome podía encontrar al mismo tiempo una de sus hermosas sonrisas. Y el rubor que parece no desaparecer jamás.

Dejé la timidez a un lado después de escucharlo susurrar a mi oído que no era necesario cubrirme después de verme completamente desnuda. Sobre todo, después de dormir así.

Aunque el tema de dormir lo imaginaba mucho mejor, era algo que tenía que pasar, la costumbre de dormir solos por mucho tiempo no ayudaba mucho, las veces que nos abrazábamos y cerrábamos nuestros ojos solo faltaba unos minutos para abrumarnos y separarnos para dormir de nuestro lado; después, era él quien me atraía a sus brazos para abrazarme y enrollarme completa. Estar en sus brazos con su respiración acariciándome el cabello, es el mejor de los sentimientos que antes pude haber sentido, y podía repetirlo siempre que pueda.

Nace tu lugar favorito. Y él lo era.

Verlo en su lado de la cama con los labios un poco entreabiertos y su rostro relajado puede ser todo un cuadro lleno de arte. Era totalmente guapo. Tenía su propio aroma a él solamente. Inconfundible.

Levanto mi pie para colocarlo sobre su pecho, estábamos en la bañera con agua caliente y llena de espuma porque así lo quise.

—Tengo mi pie encima de mi profesor de botánica —Gael miraba los movimientos que estaba haciendo con mi pie, comenzó a acariciar mis piernas con la yema de sus dedos haciendo estremecer sin que se diera cuenta, me acerco hasta él para besarlo, me acerca más con sus manos para quedar encima, el beso sube de intensidad y lo interrumpo, esto provoca que mis senos también se pongan erectos—. Ahora estoy encima, de mi profesor de botánica.

Sus ojos parecían no cansarse de explorar cada centímetro de mi cuerpo.

—Espero escuchar eso muchas más veces mientras subimos de nivel.

Su voz hacía reaccionar mi cuerpo haciéndolo temblar entre sus manos.

Sus labios fueron directo a mis pechos para besarlo y acariciarlos con una mano, comencé a mover mis caderas provocando que el agua también se moviera con intensidad hasta sobrepasar de la superficie.

Siguió con el otro sin dejar de acariciarlo, arquee mi cabeza hacia atrás con mis manos puestas sobre sus hombros una de ellas por voluntad propia fue a su cabello ondulado y alborotado. Los quejidos que estaba emitiendo comenzaron a resonar en la habitación. Puede que lo que haga sea lo más simple, pero él ya sabía que ese es uno de mis puntos de debilidad y excitación.

Al despertarnos y apagar muchas veces las alarmas de mi celular —porque ya lo había dicho, no soy nada normal y tengo que activar algunas para despertarme— terminamos uniendo nuestros cuerpos, pude notar que al despertar y estar encima de mi cuerpo provoca que se le resalte una vena sobre su frente que, aun así, no le quitaba lo venusto de encima.

Tenía la duda de despertar con cierto dolor en mi interior, por lo que había pasado la noche anterior, incluso al caminar no sentí ni una sola molestia, Gael estaba consciente de ello, puesto que me preguntaba si no tenía algún malestar, o incomodidad.

Estaba de maravillas, no había tensión, estaba consciente de lo que hacía y la felicidad que me hacía sentir.

—Aquí... no tenemos protección —dije, encontrarme con su mirada—. Y puede que también...

—¿Piensas que te va a entrar agua allí abajo si hacemos el amor aquí? —preguntó con una sonrisa divertida y llena de lujuria porque aún seguía mirando mi pecho.

Te Vas A Enamorar De ÉlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora