Nos encontramos reunidos con el cliente más importante de toda la empresa quien llevaba mucho tiempo siendo cliente para Industrias Harrison; Jared Wilson quien es dueño de Coco Palm, una gran marca de ropa a nivel internacional quien estaba enojado con la empresa por una llamada que habían hecho hace algunos días.
— Me parece de mal gusto que hayan llamado de la empresa para insultarme ya que eh sido cliente por más de diez años y es la primera vez que me sucede esto. — Explicó muy molesto.
— Lo entendemos Sr. Wilson y lamentamos el gran bochorno que tuvo que pasar, hemos tenido varios inconvenientes ya que alguien llama a insultar a nuestros clientes. — Espeto Jake mirándolo atento.
Él tenía todo bajo control por lo que me sentía muy aliviada, Jared era bastante influyente en el medio de revistas y moda por lo que sólo nos quedaba pedir disculpas por lo que la loca de Abbigail andaba haciendo sin tener la culpa.
— Está bien, entiendo por lo que están pasando y lo entiendo perfectamente, no dejaré que este pequeño inconveniente dañe la relación que tengo con la empresa. — Espeto un poco más calmado.
Asentimos y tras hablar un poco más salimos del restaurante; en el transcurso Jake solo se encontraba en silencio, noté que quizás aun no asimilaba lo de nuestra boda en Las Vegas al igual que yo.
Me acomode un poco mejor en el asiento del taxi, mire por la ventana y el sol alumbraba toda la ciudad, sentí una mano sobre la mía y volteé hasta ver a Jake.
— No se como reaccionarán todos al saber que nos casamos en Las Vegas, pero ya lo estamos y ante la ley ya eres mi esposa. — Comentó con algo de nervios.
— Jake. — Lo mire un poco nerviosa por la pregunta que estaba por hacer.
— Dime Kay. — Me miró apretando mi mano.
— ¿Te arrepientes de haberte casado conmigo de esta manera? — Cuestione jugando con mis manos.
— ¿La verdad? — Cuestionó mirándome. — No, no me arrepiento de haberlo hecho, pero si debo admitir que me hubiera gustado haberlo hecho de otra manera, por lo menos sobrio y con nuestra familia presente. — Sonrió de medio lado.
— Es un alivio saber que no te arrepientes de nada. — Admití con alivio.
— Nada de lo que suceda contigo hará que me arrepiente nunca. — Acarició mi mejilla y dejo un beso en mi frente.
— Yo tampoco me arrepentiré nunca. — Sonreí.
Tras llegar al hotel bajamos, Jake pago y tomó mi mano, en el camino solo se escuchaba un silencio y entramos; nos entregaron la tarjeta de la habitación y subimos por el elevador.
Entramos a la habitación y Jake se recostó en el sillón mientras yo me quitaba los zapatos y dejaba el bolso en la mesa, me acerqué a él para sentarme a su lado.
— ¿Kay crees que Abbigail al saber que nos casamos me dejará en paz? — Cuestionó el acomodando su cabeza en mis piernas.
— No lo sé; pero lo que si sé es que no podrá separarnos ahora y menos porque ya estamos casados. — Sonreí acariciando su cabello.
— Solo espero por fin de una vez me deje en paz. — Tomó mi mano entre las suyas.
Asentí y seguí jugando con su cabello, en mi mano posaba aquella argolla y en verdad me daba nervios pensar en cómo reaccionaran mis papás y toda mi familia al saber que me casé con Jake ebrios y frente a Elvis Presley.
Sonreí por la tontería que habíamos cometido pero era algo bueno saber que estaba junto a Jake unidos no solo por un sentimiento si no también por la ley, solo faltaba casarnos por la iglesia.
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DESTINADA A TI©
RomanceObstinada, sarcástica y prepotente pero con una belleza natural, esa es Kayla Harrison. Toda su vida da un giro inesperado cuando un amor llega del pasado, Jake Huddson el hijo de los mejores amigos de sus padres llega de nuevo para hacer de su vid...