Cuando Jake salió de la ducha tenía puesta su pijama, el cabello húmedo y se secaba este con la toalla; se acercó a mi y dejo un beso en mis labios mientras yo entraba al baño para poder cambiarme, no tarde mucho así que una vez me coloqué mi pijama y cepillé mis dientes salí nuevamente a la habitación.
Jake miraba la vista en la ventana y entendía el porque, Las Vegas era un lugar magnífico con grandes destinos turísticos, sonreí ante la tonta idea de vivir aquí, era un clima frío y a la vez templado, una mezcla rara pero deliciosa.
— ¿Deberíamos dormir ya? — Cuestionó el aún mirando el paisaje.
— Jake. — Lo mire. — Es algo tarde y bueno, ambos venimos algo cansados. — Recordé.
— Lo se, pero estamos en Las Vegas y esto solo sucede una vez. — Me miró con una sonrisa.
— Cariño, creo que es un poco tarde. — Negué un poco cansada.
— Vamos Kay, salgamos a tomar una copa de vino y no sé quizás hablar un rato. — Me pidió con una voz de súplica.
— Está bien, pero solo un rato. — Asentí.
Jake sonrió, tomó de su maleta unos jeans junto a una camisa blanca y una chaqueta, entro nuevamente al baño para cambiarse.
Tome unos jeans y una camisa negra, me vestí rápido antes de que Jake saliera del baño y me puse mi gabardina crema, me coloqué mis botas negras y poco después salió Jake ya listo.
— Que hombre tan guapo.— Lo alague.
— Por algo soy tu novio. — Sonrió de medio lado.
Tome mi bolso y salimos, tomamos el elevador y bajamos a la primera planta, estaba algo sola pero no le dimos mucha importancia, Jake paro un taxi y nos subimos.
— Llévenos a un bar cómodo y pequeño. — Pidió el castaño.
El conductor asintió y comenzó a conducir, las calles estaban algo transitadas y me alegraba saber que conoceríamos algo de la ciudad, el camino fue silencioso y una vez llegamos al un pequeño bar a las afueras de la ciudad Jake pagó; tomó mi mano y entramos.
El lugar tenía un toque rústico y de cabaña, no me disgustó nada las velas y la luz que emitía el lugar al igual que su aura, me sentía tranquila y no era para más estábamos en un lugar cálido.
— Me gusta el lugar. — Comentó Jake.
— Es lindo. — Admití sonriendo.
Nos sentamos en una mesa la cual tenía cojines de muchos colores y una alfombra con una luz de color azul, el lugar era muy cómodo con un ambiente algo relajante; me quité mi suéter y me senté en sobre uno de los cojines, Jake me imito y se sentó a mi lado; pronto una chica se acercó a nosotros y nos atendió.
— ¿Que puedo ofrecerles esta noche? — Nos preguntó con una sonrisa cálida.
— Un vino tinto y una patatas o algo así por favor. — Pidió Jake.
— ¿Algo más para ofrecerles?— Cuestionó la chica.
— Si, no sé si tengas nachos pero quiero unos. — Comente sonriendo.
— Si señorita, tenemos nachos. — Asintió y anotó algo en un papel.
— Perfecto, quiero unos por favor. — Aplaudí como niña pequeña.
Tras irse, Jake miró nuevamente y tomó una de mis manos; sonreí tiernamente y deposite un beso en su mejilla mientras dejaba caer mi cabeza en su hombro.
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DESTINADA A TI©
RomansaObstinada, sarcástica y prepotente pero con una belleza natural, esa es Kayla Harrison. Toda su vida da un giro inesperado cuando un amor llega del pasado, Jake Huddson el hijo de los mejores amigos de sus padres llega de nuevo para hacer de su vid...