Capítulo 25 ''¿Quién era?''

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LILLY NARRA.

Cuando volví de clases me puse a hacer algunos trabajos por adelantado, siempre me gustaba ir por delante para que así no se me acumulara todo, era un agobio. Busqué información sobre Shakespeare para mi redacción de Literatura y escribí una pequeña investigación sobre las pirámides de Egipto para Historia. Apenas eran las seis de la tarde y ya había terminado todo lo que tenía que hacer. Me metí en la ducha dejando que el agua me relajara un poco y pudiera pensar en algo que no fuera el instituto. Con tantos trabajos y exámenes iba a acabar muerta y necesitaba un pequeño descanso. Después de unos veinte minutos sin pensar en nada, salí de la ducha. Me puse un poco en el sofá a relajarme. No había nada interesante, partidos de baloncestos aburridos, películas románticas que había visto miles de veces y programas de cotilleos absurdos, nada que me llamara la atención, como era habitual a estas horas de la tarde. Cogí el portátil un rato y Anna me mandó una invitación por Skype para hacer una videollamada. No tenía nada mejor que hacer, así que la acepté.

''Hey Lilly, ¿ya has terminado los deberes de hoy?'' Sabía que era una pequeña burla hacia a mi por ser tan organizada y hacer siempre los trabajos una semana antes del día de entrega pero estaba tan acostumbrada a que se metiera conmigo por eso que dejé pasar el comentario.

''Pues sí, ya tengo el resto del día libre'' Sonreí ampliamente.

''Genial, ¿qué te parece si me paso por tu casa a recogerte?'' Olvidaba que para Anna eso de ''día libre'' es ir de tiendas, al centro comercial, a la playa o a cualquier sitio mientras yo lo veía más bien como tumbarme a ver cinco películas seguidas mientras la anoche se adentra y adelantar capítulos de cualquier libro que se me pusiera por delante. Yo no tenía su mismo interés en comprar ropa cada día pero tampoco podía negarme ya que siempre lo hacía.

''¿A dónde vamos a ir hoy?'' Solté un suspiro de resignación y esta por su parte soltó una carcajada antes de sonreír victoriosa.

''He pensado que podríamos ir a tomar algo a Sunday's y luego dar una vuelta por las tiendas de allí, hay rebajas''

''¿Por qué te enteras siempre de todas las rebajas de la ciudad?''

''Por mi radar ''Ofertas y rebajas'' obviamente'' Solté una risa, no tenía remedio.

''Paso a recogerte en media hora, no me hagas esperar'' Asentí y colgué la llamada.Subí a mi habitación y cogí un par de vaqueros largos y una blusa estampada de flores. Me puse las sandalias y dejé mi pelo ondulado, no me daba tiempo de alisarlo así que apliqué un poco de espuma. Cogí mi bolso y las llaves de casa y esperé a que Anna llegara. Diez minutos después de la hora de quedada, alguien golpeó a la puerta. Abrí y me cogió del brazo.

''Vamos, tenemos que llegar pronto, quiero coger buenas ofertas antes de que se acaben''

''Eres tú quién ha llegado diez minutos tarde'' Me quejé y me solté de su agarre para cerrar la puerta con llave.

''Vale vale, me he retrasado un poco, lo siento'' Acepté sonriente su disculpa y caminamos por las calles hasta llegar a Topshop. La ropa de aquí era preciosa pero un poco fuera de mi presupuesto permitido. Me alegré saber que había rebajas y podría darme el lujo comprar algo. Había bastante gente, se notaba que todo estaba más barato. Dimos una vuelta por la tienda buscando algo que nos gustara. Mis ojos fueron a una preciosa chaqueta azul marina. Estaba casi a mitad de precio y me la probé. Me quedaba bastante bien y decidí comprármela. La indecisión de Anna entre un vestido verde y otro morado hizo que perdiera mi paciencia y salí de la tienda. Cinco minutos después salió ella sin ninguno de los vestidos, como era de esperar. Fuimos a Benetton. Siempre que pasaba por aquí me quedaba mirando los preciosos vestidos del escaparate. Era como ver un desfile de moda con tan solo fijarse en los modelos expuestos en el escaparate. Apenas había entrado un par de veces y sólo para mirar y deprimirme al no poder comprar nada. Aún con rebajas, los precios estaban por las nubes. Vi que un maniquí lucía un precioso vestido negro con toda la espalda de encaje y me enamoré a primera vista. Por pura curiosidad, fui a mirar el precio en la etiqueta y casi me dio un ataque ahí mismo. Si acumulaba mi paga durante tres meses sin gastar nada, aún me seguiría faltando dinero. Supliqué a Anna que nos fuéramos de allí, verlo y no poder comprarlo no me gustaba. Fuimos a Sunday's después de visitar algunas tiendas más. Llevábamos algunas bolsas, la verdad que había encontrado cosas bonitas y no me había arrepentido de venir. Estaba bastante lleno para ser un día entre semana. Nos sentamos en una de las mesas del fondo y esperamos a que la camarera viniera a tomar el pedido. Miramos el menú y una chica de cabello pelirrojo se nos acercó. Tomó nota: dos hamburguesas de ternera y dos refrescos. Cuando se fue, Anna me estuvo recordando todas las cosas que se había comprado, por milésima vez en todo el camino. Miré a la ventana y me pareció ver a alguien observándonos pero tan pronto como me fijé en él, este despareció entre la multitud. ¿Nos observaba a nosotras? Probablemente me hubiera confundido y hubiese sido imaginación mía. La comida llegó y di un bocado a mi hamburguesa. Lo más seguro era que aquel hombre no nos estuviese espiando a nosotras y simplemente pasaba por allí. Hablaba con Anna sobre algunos cotilleos del instituto, como que Mike Kinner había encontrado novia después de su ruptura con Alisson Lancaster o que Becky Huston estaba castigada sin salir después de haber llegado borracha a casa o que Jason White estaba como un tren y todas van tras él. A veces me sorprendía por todas las cosas que sabía Anna acerca de estos temas mientras que yo apenas me enteraba de nada. Era la reina del cotilleo y cada día tenía algo nuevo que contar. Estaba atenta a la conversación aunque yo no estaba tan al día como ella y algunas cosas no las entendía demasiado. Volví a mirar por la enorme cristalera que cubría una de las paredes del establecimiento. Alguien de estatura medianamente alta y vestido de negro estaba al final de la calle, mirando a través del cristal. Su rostro apenas era visible ya que estaba bastante lejos pero había algo que me decía que me estaba mirando, puede que fuera intuición pero no me gustaba nada. Aparté la mirada y volví a mirar a Anna para distraerme pero eso no se me quitaba de la cabeza. Quizás no me estuviera mirando a mi, quizás todo era una confusión o producto de mi imaginación pero era el mismo hombre que antes se había escondido cuando le miré. Volví a levantar la mirada hasta dónde, hace dos minutos, estaba aquel hombre pero ahora había desaparecido de nuevo entre los transeúntes de la calle. Esto era demasiado extraño aunque lo más seguro es que todo haya sido una coincidencia pero en caso de que no lo fuera, ¿quién era? Y sobretodo, ¿por qué me estaba mirando a mi?

DangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora