Capítulo 27 ''Eres muy irritante''

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LILLY NARRA.

Cuando llegué a casa después de toda una tarde con Anna, preparé mis cosas para mañana, me puse el pijama y me metí en la cama. Estuve unos minutos reflexionando sobre el tipo de antes. Me parecía bastante extraño que me estuviera observando y que cuando le miraba, este se fuera. ¿Quién me estaba persiguiendo? Muchas preguntas sin respuesta rondaban por mi cabeza y junto con el cansancio, hizo que me quedara dormida en un profundo sueño en cuestión de segundos.

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El sonido del timbre me despertó. Me froté los ojos y miré el reloj de mi mesilla de noche, las 2:46 de la mañana, ¿quién podría ser a estas horas? Sólo se me ocurría que esto fuera una broma o que simplemente me lo estaba imaginando. Me quité las mantas de encima y me puse una sudadera antes de bajar a abrir. El timbre no paraba de sonar y cada vez que lo hacía me daba cuenta de que no me lo estaba imaginando; alguien a estas horas de la madrugada estaba llamando a mi puerta y no tenía ni idea de quién podía ser. Quité la seguridad de la puerta y abrí. Abrí los ojos como platos al ver a Harry ahí plantado, a estas horas, frente a mi casa. En cuanto me vio estrechó sus brazos acercándome a su pecho, en un abrazo un tanto protector, tanto que podía notar su particular olor, una mezcla entre colonia masculina, gel de baño y un fuerte olor a chicle de menta. Sus brazos estaban apretandome y no sabía a que se debía el motivo de este abrazo. Mi corazón empezó a palpitar rápido con el simple hecho de tenerlo tan cerca, de esta manera. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué me abrazaba? ¿Qué hacía en mi casa a estas horas de la madrugada?

''Ha-Harry...¿Qué pasa?'' Apenas podía hablar con claridad ya que el simple hecho de que sus brazos me rodearan y que su olor me llenara las fosas nasales hacía que mis pulsaciones se aceleraran. y se me hiciera prácticamente imposible articular una palabra. Una de sus grandes manos se dirigió a mi cabello acariciándolo un poco pero su suave toque paró, me empujó un poco por los hombros para mirarme.

''Nada, lo siento...'' Se quitó algunos cabellos de la cara y miré la forma en la que vestía. Sus habituales jeans pegados y una camisa gris ceñida a su trabajado torso. Algunos botones abiertos dejaban ver parte de sus tatuajes y le quedaba de maravilla. Volví de nuevo a su rostro, como siempre, su expresión era un misterio para mi.

''¿Por qué te has presentado en mi casa a estas horas? ¿Y a qué ha venido ese abrazo?'' Noté su mirada clavada en mi, tan intensa como siempre y me intimidé. No se como lo hacía pero siempre lograba intimidar a todos con solo una mirada, era el poder de esos profundos ojos verdosos.

''Creía que te habían hecho algo''

''¿Qué?'' Solté una carcajada pero su expresión siguió seria por lo que dejé de reírme al instante.

''Pues eso, que creía que te estaban persiguiendo y he venido'' Se metió las manos en los bolsillos de sus pantalones pero en ningún momento rompió el contacto de sus ojos sobre los mios.

''¿Y por qué piensas eso?''

''Joder, ¿tienes que preguntar todo? Eres muy irritante'' Ya me extrañaba que me hubiese abrazado y estuviera siendo amable conmigo. Por un momento, olvidé que Harry es desagradable por naturaleza y que nada ni nadie puede remediar eso. Hice caso omiso a su respuesta y me acaricié mis brazos. El viento de octubre era frío a estas horas de la madrugada y sólo vestía una camiseta de mangas cortas, algo que no me abrigaba mucho. Harry dio un suspiro largo y prolongado, molesto tal vez, al parecer estaba cansado, ¿habría venido corriendo hacia aquí? ¿Por qué? ¿Dónde estaba? No entendía nada y esperaba que me lo explicase cuando fuera el momento, creo que ahora no iba a contarme nada por más que le insistiera.

''Lo mejor será que duermas hoy en mi casa'' Mi corazón dio un leve vuelco y recordé la última vez que dormí en su casa. No pasó nada pero se me hacía raro dormir con él cerca. Negué con la cabeza y solté una risa nerviosa.

''¿Por qué?''

''Deja de hacer preguntas de una maldita vez y sube al coche, vamos a mi casa'' Quería negarme, gritar y decirle que no iba a montarme y mucho menos, decirle que no iba a quedarme en su casa. Pero tampoco quería volver a repetir la experiencia de que él tuviera que obligarme y gritarme para que subiera al coche. No se por qué está aquí ahora mismo, ¿qué me habían hecho algo? ¿Quién? No sabía de que hablaba y mi cabeza iba a estallar. Eran altas horas de la madrugada y no podía pensar con claridad debido a que el cansancio se me acumulaba y mi cabeza me pesaba, tenía tantas preguntas que hacer que todo me daba vueltas. Di un par de pasos en dirección al vehículo pero recordé algo: mañana tenía instituto. Me paré y di media vuelta, dónde se encontraba Harry a apenas un metro de mi, más cerca de lo que creía que estaría.

''Mañana tenemos que ir a clase''

''Pues por la mañana venimos a buscar tus cosas, venga vamos'' Fruncí el ceño molesta y decidí terminar ya esto. Me monté en su coche y cerré la puerta. Al cabo de unos segundos Harry hizo lo mismo, metió las llaves y arrancó. En tres segundos salimos de mi calle y las luces de las farolas eran lo único que alumbraban. Bostecé y me crucé de brazos. Supongo que notó que tenía frío porque quitó el aire y lo agradecí mentalmente. Tenía tantas preguntas que hacerle que no sabía por cuál empezar. Todo esto era muy extraño y más viniendo de Harry. Los párpados me pesaban y hacía que mis ojos se cerraran solos sin poder evitarlo.  Me dejé caer sobre la ventana en busca de una postura cómoda. Lo último que noté fue que Harry me puso algo encima para taparme. Por su olor supe que era su chaqueta y me acurruqué en ella para resguardarme del frío antes de quedarme dormida profundamente.

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