Capítulo 36 ''Brandon Miller''

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HARRY NARRA.

Asco, esa era la primera palabra que se me venía a la mente con tan solo pensar en la cita de Connor y Lilly. Ese desgraciado lo tenía todo planeado desde el primer momento, ganar el partido, invitarla a la fiesta y elegirla para su cita especial. Dejé de lado todo ese tema de la jodida cita y me fui al club Saturn, a dos manzanas de mi casa. Era lo único que podía hacer para distraerme esta noche. Al llegar miles de miradas aterrizaron en mi, no había estado por aquí desde hace unos cuatro o cinco meses pero la última vez que estuve formé una pelea. Pelea de la que me declaré vencedor, obviamente. La gente abrió un pasillo para que pudiera pasar y llegué hasta la barra. Una rubia camarera me dio una copa de licor y observaba el ambiente. Mañana había clases pero me importaban una mierda, como si faltaba y no volvía a aparecer más por allí. La música retumbaba en mi cabeza con una melodía repetitiva que no dejaba de sonar. La gente bailaba, bebía y se liaban en un cuarto de baño libre. Algo que no era nuevo para mi. Bebí el último trago de mi copa y la dejé en la barra. La sala estaba oscura excepto algunas luces de colores que enfocaban a la pista de baile por lo que apenas se podía distinguir nada. Una alta y musculosa silueta vino hacia a mi. No pude reconocer quién era hasta que se acercó lo suficiente para que su rostro fuera distinguido.

Brandon Miller.

Hacía casi un año que no le veía pero su cara no era una de las que se me fuera a olvidar. Unos meses atrás, mis días se basaban en pelear en un sótano para ganar fuerza y seguridad. Iba casi todos los días y Brandon era mi entrenador. Él fue quien mejoró mis golpes y mis técnicas de ataque en una pelea. Me ayudó mucho a mejorar y gracias a él ahora soy respetado y temido por las personas. Me presenté a varios campeonatos ilegales a las afueras de la ciudad y él siempre me preparaba lo suficiente para ganar. Hubo una época en la que obtuve bastante dinero gracias a las apuestas de los campeonatos, algo de lo que no me arrepiento. Me levanté del taburete para recibirle.

''Vaya Styles, que sorpresa verte por aquí'' Me dio un apretón de manos y apoyó su codo en la barra. Le hizo una señal a la rubia para que nos pusiera otras dos copas.

''Lo mismo te digo Brandon'' Volví a sentarme y tomé la copa que la camarera nos puso frente a nosotros.

''¿Cómo te ha ido estos meses? ¿Has seguido practicando lo que te enseñé?''

''No mucho, no he tenido bastante tiempo desde que empecé las clases de nuevo'' Bebí otro trago y sonrió.

''Si quieres volver a retomar los entrenamientos ya sabes que puedes contar conmigo'' Asentí con la cabeza y este dio un trago a su bebida. A primera vista intimidaba a cualquiera; rasgos bien definidos, grandes músculos trabajados durante más de siete años y una altura de jugador de baloncesto y eso que apenas tenía tres años más que yo. Por lo que me contó cuando entrenaba con él, se ganaba la vida en peleas en sótanos y locales donde era el más temido por sus rivales. Es canadiense y vino a vivir aquí para estudiar pero prefirió montar su propio negocio con la lucha, algo que no le salió nada mal. En mis meses de entreno participé en múltiples peleas y me ganaba bastante dinero con eso de las apuestas. Me hice fuerte y gané seguridad por lo que no me importaría volver a mis días de entrenamiento. Me replanteé esa idea en mi cabeza y no sonaba nada mal. Podría reforzar todo lo aprendido y coseguir ser más fuerte que ahora. Parecía una gran idea.

''La verdad que estaba pensando en volver a los entrenamientos'' Solté con decisión y su sonrisa creció.

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