Capítulo 47 ''Confesiones''

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LILLY NARRA.

Habían pasado más de veinticuatro horas desde lo ocurrido y aún aquella escena no se me quitaba de la cabeza. El corazón me iba rápido cada vez que pensaba en ello. Podría haberme esperado todo de Harry pero eso era algo en lo que no había pensado. En cuanto lo vi allí peleando lo primero que se me vino a la mente fue la imagen de mi padre. El ceño fruncido, los labios apretados, cubierto de sudor, una mirada penetrante y más amenazante de lo normal. El miedo se apoderó de todo mi cuerpo, hizo que volviera a revivir mi oscuro pasado, aquellas noches en las que mi padre llegaba borracho a casa y tiraba al suelo todo lo que tuviera por delante, incluso si era a mi madre o a mi. Debido a esto pasé mucho tiempo de mi infancia en el hospital, curándome heridas y arañazos, haciendo terapias con algún psicólogo para ayudarme a superar aquel trauma y aquel infierno que tenía que aguantar siempre que entraba en casa. Creía que superaría eso cuando me mudara pero después de tantos años aún sigo sin poder borrar esos recuerdos. Y ayer volví a vivir aquello, en una circunstancia distinta pero al fin y al cabo me hizo volver a aquellos días. Aunque en cuanto vi como Harry recibía tantos golpes y su cara se llenaba de heridas, algo en mi interior me decía que tenía que parar aquello. Me dolió verlo de esa manera, era como si estuviera indefenso al saber que yo estaba allí y no lograba entender el por qué.

No me quería levantar de la cama, hacía demasiado frío como para quitarme las mantas de encima y vestirme para ir al instituto. Mis ganas estaban bajo tierra, si fuera por mi me quedaría todo el día durmiendo. Pero tenía examen de Geografía y me veía en la obligación de ir. Me levanté a regañadientes y me tomé una taza de leche caliente para entrar un poco en calor. Volví a mi habitación a vestirme. Me abrigué mucho y salí hasta la parada del autobús, estaba lloviendo así que ir andando sería algo arriesgado ya que el camino no era tan corto. Al cabo de unos veinte minutos llegué al instituto. Había menos gente de lo habitual por los pasillos, probablemente debido a la lluvia. Fui hasta mi aula y me senté de una de las primeras filas a repasar el examen que tenía en breve mientras los murmullos en la sala aumentaban. El profesor entró y toda la clase quedó en silencio para que, una vez sentados, nos repartiera el examen. No era una asignatura difícil para mi así que me resultó fácil. Lo acabé pronto y me quedé esperando que la campana sonara. ¿Habría venido Harry al instituto? Si lo veía no sabía de qué manera reaccionar, tampoco sabía de que forma lo haría él así que crucé los dedos para que no me lo encontrara por los pasillos. La clase terminó y salí para dirigirme a mi taquilla. Dejé las cosas y oí unas voces familiares procedentes del gimnasio. Pude distinguir una de ellas, era de Connor. Sentí curiosidad así que, sin que nadie me viera, fui hasta de donde venía su voz. Abrí la puerta sin hacer mucho ruido y me quedé de piedra al ver aquella escena; Harry tenía a Connor cogido del cuello de su camisa mientras le fulminaba con la mirada. No quería volver a repetir la experiencia de la otra noche y tampoco quería que ninguno se hiciera daño.

''¡Harry basta!'' Mi voz sonó más fuerte de lo que tenía previsto debido al eco que tenía la sala. Ambos giraron sus cabezas hacia a mi y acto seguido Harry le soltó. Nos quedamos unos segundos en silencio, bajo la atenta mirada de los dos.

''¿Qué haces aquí?'' Connor se acercó a mi mientras Harry se quedó en su sitio mirando con el ceño fruncido. Le miré fijamente y este quitó su mirada de mi.

''¿Qué estáis haciendo vosotros aquí?''

''Estábamos hablando'' Cogió mi mano. ''Ya hemos terminado, deberíamos irnos''

''No parecía que estuvieseis hablando, más bien parecía que ibais a empezar una pelea'' Miré de nuevo a Harry y seguía mirándome pero esta vez no apartó su mirada de mi.

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