Capítulo 8 ''¿Entras conmigo nena?''

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LILLY NARRA.

Me desperté frustrada por el sonido de mi despertador. Me apetecía lanzarlo contra la pared pero no tuve más remedio que hacerle caso y levantarme. Me puse unos jeans cómodos, cogí mis cosas y fui a clases. Llegué temprano y me fui a la biblioteca como siempre. Anna me mandó un mensaje preguntándome dónde estaba. En cuanto me vio empezó con sus preguntas de por qué falté ayer y cosas así, me estaba poniendo nerviosa pero no contesté, solo dije que me encontraba mal para venir. El primer timbre sonó y la clase de literatura iba a empezar. Me gustaba esta clase, adoraba la lectura, era algo que me apasionada desde pequeña. Me senté en la segunda fila con Anna. De momento todo estaba siendo normal y daba gracias por ello. Estuvimos haciendo un debate sobre ''Orgullo y prejuicio'' en el que participé muchas veces, me había leido ese libro un par de veces y no me cansaba, era realmente precioso. La clase se me pasó muy rápida y ahora me tocaba ir al laboratorio. Caminé hasta el final del pasillo y abrí la puerta. Allí ya estaba el profesor pero aún no había llegado ningún alumno así que le saludé y me senté.

''Buenos días señorita Adams, tan puntual como siempre'' Me dijo con una gran sonrisa.

''Buenos días, siempre me gusta llegar pronto'' Le devolví la sonrisa y dejé mis cosas en la mesa.

''¿Por qué faltó ayer? ¿Algún problema?''

Mierda.

''Eh no, solo estuve enfer...'' Otra vez más no pude terminar mi frase cuando la puerta se abrió de golpe y entró Harry a la sala. Ambos le miramos y él nos miró fijamente, con su particular mirada intimidante. Se paró dos segundos para mirarnos y se dirigió hasta un asiento. Suerte que el resto de la clase iba llegando y no estábamos solos, era muy incómodo. La clase por fin empezó y se mantuvo en silencio toda la hora, todo lo contrario que en la clase anterior que no paraba de molestar. Acabamos y tocaba recoger. Todos nos levantamos para recoger excepto él que se dirigió a la puerta. Me quedé mirándole muy molesta pero no iba a decirle nada, iba a quedar como una idiota. Antes de que saliera dirigió su mirada a mi y soltó una pequeña carcajada, obviamente burlándose de que yo estaba recogiendo y él no.

Odioso.

Salimos y teníamos un descanso. Me reuní con Anna y Gemma en el jardín trasero y nos sentamos en las gradas para ver jugar a Austin y Blake al fútbol. Era divertido verles, siempre nos dedicaban sus goles y reía a carcajadas. Era uno de esos momentos que no cambiaría por nada. Las chicas se fueron a sus clases y me quedé con ellos ya que tenía hora libre. Terminaron su pequeño partido y les acompañé hasta la puerta de las duchas, obviamente me quedé fuera esperándoles. Muchos chicos entraban y salían y me hacían comentarios como ''¿Entras conmigo nena?'' ''¿Me estabas esperando?'' Les sonreía falsamente ignorándoles por completo. Idiotas. Ya llevaban un tiempo dentro y estarían a punto de salir. La puerta se abrió y me puse delante creyendo que era ellos pero no, mi mala suerte regresó. En lugar de mis amigos estaba Harry, vestido solo con unos jeans, dejando libertad a sus tatuajes para que fueran visibles, eran realmente preciosos. El borde de sus bóxers asomando por encima de sus pantalones, su gran abdomen perfectamente trabajado, en su mano su camiseta y su toalla y las gotas de agua cayendo por su hombro debido a su cabello mojado. No recordaba haber visto a una persona tan preciosa. ¿Pero qué estoy diciendo? Este chico era insoportable y muy desagradable. Después de mirar por dos segundos sus tatuajes levanté mi mirada y me estaba mirando tan fijamente como siempre hace pero era una mirada fría y sin sentimiento.

''Lo-lo siento creí que era un amigo...''

''Pues siento decepcionarte, fíjate bien.'' Tan cortante, odioso, desagradable y molesto como siempre. Me puse a un lado para que pudiera seguir andando y así hizo, sin decir nada más. Ni siquiera se molestó en preguntarme como estoy de mis heridas, nada. Suspiré molesta y me fui, los chicos ya estaban tardando mucho y me estaba cansando de esperar tanto. El resto de la mañana pasó normal, las clases largas y aburridas se me hacían eternas. Después de comer volvimos a las aulas. Esto de tener clases por la tarde era agobiante. A última hora tocaba deporte así que me fui a los vestuarios a cambiarme. Me puse unos shorts y una camiseta de mangas cortas junto a mis zapatillas de deporte. Odiaba hacer gimnasia, nunca se me daba bien y siempre hacía el ridículo. Al menos estaba con Anna en esta clase y no me sentiría sola. El profesor llegó y tocó ese maldito silbato que daba comienzo a la clase. Eché un rápido vistazo para ver quien estaba en esta clase. ¿Harry no se cansaba de molestarme? Retiré la mirada rápidamente en cuanto le vi y me centré en lo que indicaba el profesor. No me enteré de lo que dijo y tuve que preguntarle a Anna. Mierda, ya empezábamos con ejercicios con balones. Nos pusimos por parejas y cogimos una pelota de baloncesto. Fuimos pasándola a nuestro compañero hasta meterla en la canasta. Moría de vergüenza cuando no encestaba ni una y todos reían, el primero Harry. A diferencia de mi, él marcaba todas y se colgaba de la canasta para rematar. La puta de Natalie también estaba allí, riéndose de mi por mi torpeza aunque ella tampoco lograba encestar pero claro, ella era popular y nadie se reía. Puta. Por fin la clase terminó lo que significaba que podíamos volver a casa. Todos empezamos a recoger los balones. Fui a llevar el mío hasta su lugar cuando tropecé. Por una vez tuve suerte y mi profesor me agarró antes de que pudiera caerme. Me cogió por los brazos lo que hizo que le mirara, dios mío, sus ojos eran de un perfecto azul que cautivaba y su sonrisa era preciosa. Hasta ahora no me había dado cuenta, este profesor era nuevo este año y era bastante joven, casi parecía que estudiaba aquí. Volví al mundo real y me retiré dándole las gracias. Miré hacia atrás y vi a Natalie riéndose, me había puesto la zacandilla. Cada vez me da más motivos para odiarla.

''No le haga caso señorita Adams, ya le pondré puntos negativos en el comportamiento y bajará su nota final'' Me giré para mirar a mi profesor. Sonrió y le devolví el gesto.

''Gracias por haberme agarrado, de lo contrario mi cara se hubiera estampado con el suelo en cuestión de segundos'' Echó a reír por mi comentario mientras recogía las últimas cosas para irse. Todos abandonaron la sala, incluida Anna, que le hice una señal de que se fuera. Ayudé al profesor a recoger mientras me hablaba de su trabajo aquí. Por lo que me contó, acababa de salir de la universidad y estaba haciendo unas prácticas aquí. Ryan era muy amable, diferente a cualquier otro profesor.

''No hacía falta que me ayudaras a recoger'' Sonrió.

''No importa, no es ninguna molestia'' Le devolví la sonrisa. Terminamos de recoger y salí de allí. Me fui camino a mi casa, el día no había sido tan malo como pensé que sería.

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