LILLY NARRA.
Me desperté en mi cama, ¿cómo había llegado hasta aquí? De lo último que me acuerdo es de estar en el coche de ese chico de camino a casa. ¿Me habría traído él hasta la cama para no despertarme? No tenía ganas de pensar, me dolía la cabeza, los moratones de mis piernas eran aún más visibles en el día y estaban peor que anoche. Me dolían muchísimo, apenas podía andar, quería quedarme en casa hoy y descansar pero mi subconsciente me recordaba que debía de ir al instituto, era solo el segundo día de clase y no podía faltar. Me puse unos jeans largos para cubrir mis piernas llenas de moratones y una sudadera. Ni siquiera me molesté en arreglarme. Cogí un autobús para llegar, no aguantaría caminando. Llegué y todas las miradas se posaron en mi, joder como odiaba esto. Intenté esquivar a todo el mundo para rápidamente meterme en clases. Ni siquiera fui a buscar donde estaba Anna, sinceramente ahora no quería estar con nadie. Todo el instituto se había enterado de lo de anoche gracias a Natalie, la rubia que empezó todo el desastre. Me metí en clases, aún no había nadie allí, genial, estaría sola, nadie me molestaría. Es increíble como todo ha cambiado por culpa de esa puta. Cerré la puerta de clase y me senté al fondo, no me apetecía sentarme en primera fila como habitualmente hacía, quería estar lo más escondida posible. Saqué algunos libros y los puse sobre mi mesa con la intención de meterme tanto en la lectura que me hiciera olvidar todo pero la puerta se abrió de repente, mierda mi tranquilidad se había ido. Ni siquiera levanté cabeza para ver quien era pero por sus pasos noté que se acercaba a mi así que levanté mi mirada y era el chico de ayer, ¿qué hacía aquí? Me mordí el labio nerviosa, no se por qué pero aún me seguía dando miedo después de lo de anoche.
''¿Por qué has venido?'' Su voz me sacó de mis pensamientos. ¿A qué viene esa pregunta? No sabía que responder por lo que me quedé callada. ''Me refiero a por qué estás aquí y no te has quedado en casa descansando'' Le miré, ¿por qué me estaba diciendo esto?
''No podía faltar a clases'' Sinceramente si hubiera sido por mi, me hubiera quedado en casa durmiendo o descansando antes de estar mal aquí.
''No va a pasar nada por un día que faltes.'' Me miraba muy fijamente, tan fijamente que me intimidaba y mucho. Sus ojos eran de un profundo verde que hacía que su mirada fuese aún más intensa pero a la vez era preciosa. ¿Qué digo? Este chico con tatuajes era peligroso, ni siquiera sabía su nombre, ni por qué me dejó en la cama anoche, ni por qué está aquí ahora hablando conmigo. Joder estoy confusa, muy confusa, tengo muchas preguntas sin respuestas en mi cabeza y me voy a volver loca. Seguí callada antes de que él siguiera hablando. ''¿Cómo están tus heridas?''
''Eh bueno...'' Toqué un poco mis piernas.
''Mal, están mal'' Interrumpió otra vez antes de que pudiera seguir. ¿Por qué siempre me tenía que interrumpir? Era muy frustrante. ''Voy a llevarte al hospital''
''¿Qué?'' Eso me pilló por sorpresa, ¿por qué iba a llevarme él al hospital? Su actitud cambiaba mucho y eso me mareaba.
''Puede que las heridas sean graves y después de ir, podrías descansar un poco en tu casa, no va a pasar nada por faltar un día'' Su oferta me impresionó muchísimo.
''¿Y tus clases?''
''Me importan una mierda mis malditas clases, anda vamos.'' Genial, gracias por acompañarme para perderte clases. Definitivamente este chico es de lo que no hay. Recogí mis libros y salimos de la clase. Pasaba rápido y con la cabeza agachada para que nadie me viera pero prácticamente era imposible. El chico me guió a su coche y me senté en el asiento del copiloto. En unos pocos segundos comenzó a conducir y puso la música de la radio a tope. Mi cabeza iba a estallar.
''¿Podrías bajar la música un poco? Me duele la cabeza, anoche me acosté tarde'' Estaba tan nerviosa al hablar que me preocupé por si mis palabras se entendían o no pero al parecer sí y di gracias a Dios por no tener que repetirlo. Bajó la música y ya apenas se escuchaba.
''Por cierto, me llamo Harry''
''Oh...'' Es lo único que pude decir en ese momento y menos mal que llegamos, hablar con él era un poco incómodo. Abrí la puerta de mi coche en cuanto aparcó su coche y me dirigí hasta la puerta, seguida de él. No había visto que me siguiera pero lo intuí cuando escuché sus botas chocar con el suelo. Entramos y fuimos a la recepción. La mujer nos preguntó y él respondió antes de que yo pudiera hablar. Cada vez que me interrumpía me entraban ganas de darle una patada para que se callara. La recepcionista se dirigió a mi preguntándome mi nombre.
''Lillian Adams'' Me mordí las uñas nerviosas y la mujer empezó a teclear en su ordenador. Estaba nerviosa de lo que pudiera decir, tenía miedo, mucho miedo, odio los hospitales, no debería de haber venido.
''Podéis pasar a la sala de espera'' Nos sonrió con una amable sonrisa y suspiré aliviada de que no dijera nada más. Pasamos a aquella terrorífica sala blanca y nos sentamos a esperar. Me mordía el labio nerviosa y notaba la mirada de Harry sobre mi.
''Vamos Lilly no te van a hacer nada joder, ni que te fueran a amputar la pierna'' Su tono de voz era divertido y claramente burlándose de mis nervios.
''No me llames Lilly, no tenemos confianza para que me llames de esa forma''
''Lo siento Lilly'' Rió y suspiré molesta. Menos mal que dijeron mi nombre para pasar a la sala aunque pensándolo mejor debería haberme quedado en clases. La sala era enorme y un hombre de mediana edad y con bata blanca se acercó a mi, era conocido, le conocía desde que apenas era una niña.
''¿Otra vez por aquí Lilly? Creía que ya no te vería más'' Me sonrió y se sentó en frente mía tras su enorme escritorio. Su presencia me tranquilizaba un poco, daba gracias por que fuera alguien tan conocido como lo era él. ''¿Qué ha pasado?'' Le conté todo lo ocurrido la noche anterior y no pude evitar que algunas lágrimas se me saltaran al recordarlo. Había pasado miles de veces por esta sala cuando era niña, él sabía todos mis problemas, cuando venía era la única persona con la que me podía desahogar, sonará raro pero siempre le he visto como un gran apoyo.
''¿Ese de ahí afuera es tu novio?''
''No, ni siquiera se que hace aquí, por qué me ha traído ni nada de él''
''Bueno, ya conoces la solución, tómate este medicamento dos veces al día y guarda el máximo reposo posible'' Asentí y nos levantamos. Antes de salir de la consulta me dio un fuerte abrazo, necesitaba un abrazo que viniera de una cara conocida y que supiera todos mis problemas, todos y cada uno de mis jodidos problemas de la infancia. No tenía a nadie con quien contar, hasta yo misma me había perdido en mi propio pasado.
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Danger
Fiksi PenggemarUn pasado oscuro del que olvidarse atormentará a Lilly hasta que se cruza con el grosero e insoportable de Harry Styles con el que tendrá más cosas en común de los que ambos imaginan.