HARRY NARRA.
Me alivió mucho saber que, sea quien fuese ese desgraciado, no le había hecho daño ni a Gemma ni a Lilly. No tengo ni idea de por qué a Lilly, su mensaje decía claramente ''No voy a hacerte daño a ti pero sí a la gente que quieres'' ya que yo a ella no la quiero, o al menos eso quería hacerme creer a mi mismo.
No, no la quiero.
Me repetía en mi cabeza para concienciarme de que fuera verdad. Todo este rollo de los mensajes y las amenazas tienen que desaparecer. Era alguien que me conocía, sabía mi número de teléfono y sabe que Gemma es mi punto débil. También tiene que conocer a Lilly o me ha visto con ella. No se qué coño está pasando pero sea como sea voy a ponerle fin a todo este asunto, tarde o temprano. Conduje hasta mi casa con Lilly en el asiento del copiloto. Decidí no darle explicaciones de por qué tenía que dormir hoy conmigo ni de ese abrazo inesperado que surgió hace apenas unos veinte minutos. Sinceramente ni yo mismo sabía a qué había venido ese abrazo, me había salido de dentro pero era algo raro en mí. Odiaba la manera en la que me acribillaba a preguntas que, de alguna manera u otra, no podía responderle. No podía o más bien no quería responder. Pasados unos cinco minutos miré hacia mi derecha para ver a Lilly medio dormida. Sus brazos se abrazaban a si misma con un intento de resguardarse del frío pero su piel estaba de gallina y al parecer estaba casi temblando. Era lo normal ya que sólo estaba vestida con su pijama. Cogí mi chaqueta del asiento trasero y se la eché por encima. Cuando volví a mirar ya estaba profundamente dormida y arropada con mi chaqueta. En unos minutos aparqué frente a mi casa. Me bajé del coche y abrí su puerta con cuidado de no despertarla. Era extraño volver a hacer esto con ella, dejar que se durmiera en mi coche. La cogí en brazos y cerré su puerta. Caminé hasta la entrada y, con dificultad, saqué las llaves para abrir. Al entrar encendí la luz y fui hasta una habitación. La dejé en la cama y fui al baño. Me lavé la cara y los dientes, no había bebido mucho esta noche pero las dos copas que tomé me habían provocado dolor de cabeza. Cuando terminé volví a la habitación y me desvestí quedando solo en bóxers. Le quité la chaqueta y dio un pequeño respingo abriendo los ojos. La miré fijamente antes de hablar.
''Duermete otra vez'' Cogí mi chaqueta y me la colgué en el hombro.
''¿Dónde estoy?'' La miré y sus ojos daban vueltas curioseando toda la habitación.
''En mi casa, ya te lo he dicho antes''
''¿Es tu habitación?''
''No, es una habitación de invitados. A la mía no entra nadie salvo yo'' Bajé la persiana y cerré la ventana.
''¿Y Gemma?''
''Está en casa de una amiga esta noche, hazme el favor y deja de preguntar y dormirte ya'' Suspiré molesto y apagué la luz. ''Buenas noches'' Salí y cerré la puerta después de escuchar otro ''buenas noches'' con una tímida voz por su parte. Regresé a mi habitación y me tumbé en la cama. Miré el reloj, eran casi las cuatro de la mañana. En tres horas tendría que levantarme para ir al jodido instituto aunque quizás podría tomarme un día libre. El problema era Lilly y su obsesión por acudir siempre a clase. Tendría que llevarla a su casa para que recogiera sus cosas y eso significaba tener que levantarme un poco más temprano. Gruñí por lo bajo y cerré los ojos con la intención de dormirme lo antes posible.
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Danger
FanfictieUn pasado oscuro del que olvidarse atormentará a Lilly hasta que se cruza con el grosero e insoportable de Harry Styles con el que tendrá más cosas en común de los que ambos imaginan.