Capítulo 51 ''Rabia''

439 34 5
                                    

LILLY NARRA.

Creía que la cabeza iba a explotarme en cualquier momento y ni siquiera me había levantado de la cama. No recuerdo como había llegado hasta aquí, ni como me había puesto el pijama pero me encontraba un poco mareada como para pensar con claridad. De lo último que me acordaba era del horrible sabor amargo de aquella bebida que Nathalie me dio para ese estúpido jueguecito de ver quien se la bebía toda de un trago. Pero yo fui la tonta que caí y me lo bebí entero en menos de tres segundos. Creo que eso fue la causa de que no me acordara del resto de la noche.

Hice un gran esfuerzo y me incorporé sentándome en la cama, echando un breve vistazo a toda mi habitación; mi vestido perfectamente doblado y colocado sobre la silla, los zapatos guardados en su caja, todo ordenado. Me pareció extraño ya que seguramente llegué borracha a casa y no sé como fui capaz de hacer todo esto estando ebria, si es que había sido yo, claro.

Logré ponerme en pie y caminar hasta el baño. Me asusté al verme a mí misma en el espejo. El maquillaje negro estaba por toda mi cara y tenía un poco de ojeras. Encendí el grifo tomando agua entre mis manos y llevándola a mi cara para quitarme todo rastro de pintura. Recogí mi pelo en una trenza y fui directa a la cocina para desayunar algo. Al entrar en el salón tuve que reprimir un grito al ver a Harry tumbado en mi sofá. Le miré desconcertada, ¿qué estaba haciendo aquí? Me acerqué lentamente procurando no despertarle, a pesar de todo, parecía un ángel mientras dormía. En su rostro no estaba su habitual ceño fruncido y tenía los labios ligeramente abiertos mientras su pecho subía y bajaba a un ritmo relajante. Viéndolo así era casi imposible decir que este chico me estaba trayendo más problemas de lo que pensaba. Me agaché un poco a su altura para mirarlo más de cerca, estaba confundida, no sé que estaba haciendo en mi casa, durmiendo en mi sofá donde parecía ser que había pasado toda la noche. Vi como apretaba los ojos para acto seguido abrirlos y dar un pequeño respingo al verme allí parada, mirándole mientras dormía. El rubor se subió a mis mejillas y me levanté mirando hacia otro lado, respetando las distancias.

''¿Qué haces aquí?'' Se frotó los ojos, un gesto que le hacía ver de lo más adorable.

''Eso mismo debería preguntarme yo'' Solté una pequeña e irónica carcajada. Se sentó y alzó sus cejas mirándome. Mi mirada se dirigió hasta su torso desnudo lleno de tinta. Sentí el deseo de recorrer con mi dedo cada uno de sus tatuajes, preguntarle qué significado tenían para él.

Me bajé de la nube.

''Bueno, me he quedado para ver qué tal dormías debido al espectáculo que formaste anoche en la fiesta'' Le miré desconcertada, no sabía de qué estaba hablando.

''¿De qué hablas?'' Se levantó del sofá, sus pantalones desabrochados bajo su cintura, enseñando el borde del elástico de sus bóxers, su cabello despeinado y sin camiseta, dándome absoluta libertad para contemplar sus músculos y sus tatuajes.

''Fui a la fiesta y te vi en mitad de la pista de baile moviendo tus caderas como si se te fuera la vida en ello mientras varios chicos te tocaban y acariciaban, aunque normal que no lo recuerdes ya que estabas borracha'' No supe descifrar su mirada pero a juzgar por su tono de voz parecía molesto, cabreado, tal vez algo decepcionado. La cabeza aún me daba vueltas e intentaba asimilar la información que Harry me acababa de dar. No era propio de mí beber alcohol y mucho menos ser el centro de atención de una fiesta.

DangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora