Capítulo 15 ''Soy el profesor Brown''

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LILLY NARRA.

La cama parecía el paraíso en este momento, no quería levantarme, era muy temprano. Después de unos diez minutos quejándome mentalmente del instituto decidí levantarme. Me lavé la cara y recogí mi pelo en una cola alta. Cogí mis jeans y una camiseta. No entendía como había chicas que se arreglaban para ir al instituto y yo ni siquiera tengo fuerzas ni ganas para levantarme de la cama. Caminé hasta allí y llegué en poco tiempo. Era un poco más tarde de lo habitual pero aún quedaba un rato para que la primera clase empezara. Me senté en una de las primeras filas y saqué mis cosas. Al final de la clase había un grupo de chicas mirándome y riendo, seguramente estarían criticando de mi pero no me importaba mucho.

Putas.

El timbre sonó y tocaba clase de historia. El profesor entró y empezó a dar la lección. Creía que iba a quedarme dormida sobre la mesa, la clase se me estaba haciendo eterna. No es que no me gustara la asignatura, solo que ya había estudiado tanto del descubrimiento de América que la hora parecía que no pasaba y se me hacía eterno. Revisé mi horario y tocaba deporte. ¿A qué persona cruel se le ocurre poner deporte a las diez de la mañana? De solo pensarlo ya estaba cansada y aún no había empezado. La primera clase por fin acabó y dejé las cosas en mi taquilla para dirigirme al gimnasio. Por el pasillo me encontré con Anna, la saludé y me invitó a quedarme esta noche en su casa a dormir, Gemma se quedaba y podría ser divertido pero ya estaba ocupada. Cuando llegué no había nadie, solo el profesor. Le sonreí y me devolvió la sonrisa. Era bastante joven, parecía más bien tener apenas un par de años más que yo. La gente empezó a entrar, las chicas de antes lucían pantalones cortos ajustados marcando el tanga y un mini top. Se ponían a mi lado, seguramente para compararnos y que se rían de mi y de mis mallas normales y mi básica camiseta blanca, algo normal para hacer deporte pero muy vulgar para ellas. Algunos chicos entraban en la sala, entre ellos Harry que lucía perfecto con unas calzonas grises y una camiseta blanca. Puse mi atención de nuevo en el joven profesor. Nos habló un poco de los ejercicios que haríamos hoy y ya notaba como algunas de las chicas me miraban y se reían un poco. Pasé de ellas y empezamos los calentamientos. Al estirar mis músculos me dolía todo el cuerpo, hacía mucho que no hacía estiramientos ni deporte, prefería leer, dormir o cualquier cosa antes que ponerme a correr. Tuvimos que dar un par de vueltas al gimnasio y mi velocidad no era nada comparada con la de los chicos, sobre todo con la de Harry, que cuanto terminó, a mi aún me quedaba una vuelta por dar. Sus largas piernas le daban mucha ventaja. Hoy tocaba jugar a un partido de baloncesto y no se me daba nada bien. Nos puso por equipos y me tocó con Harry, mierda. Para rematar, también había un par de chicas odiosas en mi grupo. Los demás eran chicos que no conocía así que no podía quejarme de ellos. El profesor tocó su silbato dando comienzo al partido y la pelota empezó a ir de un lado para otro pero nunca llegaba a mis manos. Intentaba cogerla pero nadie me la pasaba, hasta las chicas la cogían, todos menos yo, al parecer era invisible. Marcamos algunos puntos pero el equipo contrario no era nada malo y casi nos empataba. Quedaba poco para que el partido acabara y estaba muy reñido. Harry cogió la pelota y se paseó con ella durante todo el gimnasio. No se la pasaba a nadie, todos estaban agrupados formando una especie de barrera, todos menos yo, que me quedé debajo de la canasta sin hacer nada. Harry venía hacía a mi para marcar y así poder ganar, era la canasta definitiva. Los chicos del equipo contrario fueron a por Harry y casi le arrebataron la pelota hasta que en el último minuto me la lanzó poniendo en juego todas sus esperanzas en mí para que marcara. Cogí la pelota y estaba sola. El profesor tocó el silbato indicando que el partido acabaría cuando tirara. Si marcaba ganaríamos pero si no lo hacía perderíamos. Suspiré nerviosa y lancé con tan mala suerte de que no entró.

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