Capítulo 53 ''Te necesito''

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HARRY NARRA.

Volver a sentir el sabor de sus labios fue como si de repente olvidara todos y cada uno de mis problemas, como si mi pasado sed alejara, como si toda mi mierda desapareciera y sólo estuviera ella en este maldito mundo. No sabía cuánto la necesitaba hasta este momento. Nunca había sido tan sincero en mi vida, nunca le había contado todo esto a nadie pero supe que ella me comprendería y después de habérselo contado sentí como si me quitara un gran peso de encima. Por fin me di cuenta de que ella no era como las demás, de que no me tenía miedo a pesar de que debería de tenerlo, que no le importaba como le hubiese tratado, sólo quería ayudarme y yo estaba dispuesto a aceptar su ayuda, solamente porque venía de ella. Estaba dispuesto a todo con tal de no perderla nunca.

La senté sobre mí mientras aún seguíamos besando. Llevé mis manos a su espalda para acariciarla, nunca la había deseado tanto como en este momento. Nos separamos después de un rato debido a la falta de aire y me quedé mirándola fijamente, al igual que ella hacía.

''Eres tan bonita Lilly, tan perfecta'' Susurré y retiré un mechón de su cara con mis dedos para colocárselo detrás de la oreja. Sonreí al ver que se sonrojó y tomé su mano con mis dedos, acariciando cada centímetro de ella.

''Tú también lo eres Harry'' Noté como mis mejillas se sonrojaban también debido a sus palabras. Ninguna chica me había dicho nunca eso y si lo habían hecho seguramente no me importaba, ninguna producía el efecto que produce Lilly en mí.

''Ven'' Me levanté y le ofrecí mi mano. Se quedó mirando un par de segundos sin entender qué quería pero posó su mano sobre la mía. Un gesto simple pero que me demostraba lo mucho que confiaba en mí. Aproveché para entrelazar nuestros dedos y la llevé hasta mi habitación. Cerré la puerta después de que ella entrara y noté como analizaba toda la decoración. Tampoco había mucho que observar; una gran cama de matrimonio para mí solo, un armario grande, una ventana con unas cortinas grises, un par de estanterías, una televisión, un escritorio con un portátil y poco más. Todo estaba ordenado, no había nada tirado por el suelo, ni siquiera un apunte en la mesa, todo perfectamente en su sitio. Me quedé mirándola cuando dio unos pasos para adentrarse más en la habitación. Pasó su mano por el escritorio y miró los títulos de los libros que decoraban las negras estanterías. Me crucé de brazos y me apoyé en la pared mientras observaba cada movimiento que hacía, cada paso que daba, cada cosa que miraba.

Era tan sencilla como perfecta.

Miró el paisaje a través del cristal. No era gran cosa, sólo una calle normal y corriente y al fondo un precioso parque lleno de árboles verdes que llamaban la atención en cuanto asomabas la cabeza por la ventana. Solo que ahora estaba mojado por culpa de la lluvia y perdía algo de encanto.

''Me gusta tu habitación'' Dijo tras un largo pero relajante silencio entre nosotros. Aún miraba la calle de detrás y aquel parque lleno de tonos verdosos. Quería meterme en su mente ahora mismo y saber qué pensaba.

''Gracias, supongo'' Sonreí y se dio la vuelta para mirarme antes de volver a acercarse a las estanterías.

''Tienes miles de libros preciosos, ¿los has leído todos?''

''Sí, me encanta leer''

''¿De verdad? Creía que leer no era lo tuyo'' Sacó un libro de misterio, leyó la parte de atrás y lo abrió por la mitad para mirar algunas de sus páginas.

DangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora