Objetivo: Masculinidad

VIII

Desde que leyeron la dirección debieron suponer que su domicilio debía parecer una mansión ya que, efectivamente, el organizador vivía en una zona acomodada. La casa era una mansión prácticamente, con un patio del triple que tenían Chan Yeol y Yi Fan, una piscina en la parte posterior y muchas habitaciones en el interior, agregando que hasta había meseros por todas partes, muchos de ellos repartiendo bebidas en las bandejas que cargaban. Pues apenas alguien ponía un pie en el jardín, aparecía uno de ellos para ofrecerle alguna bebida. Aunque Chan Yeol prefería solo coger los bocadillos.

—No sé por qué estás rechazando las bebidas, hermano. Saben muy bien —aseguró Yi Fan cuando le dio otro sorbo a la cuarta bebida que se encontraba ingiriendo.

—Acuérdate que soy el conductor asignado —haciendo muestra de las llaves del coche que habían alquilado.

—Aguafiestas —se burló—. A todo esto, ¿dónde está tu noviecita? Se supone que vendrían juntos.

A último minuto, Soo Young le comunicó a Chan Yeol de que vendría aparte con sus amigas y que apenas llegase a la fiesta estarían juntos e inseparables; sin embargo, no le contestaba las llamadas y tampoco los mensajes. Así que no sabía si su novia ya se encontraba en alguna parte de la casa.

—Pues ves que no, pero veré si se encuentra dentro —le avisó, para enseguida dejarlo solo por ir a buscar a su novia en el interior de la casa.

Esa actitud que le mostró, por supuesto, no fue del agrado de Yi Fan, pero, no se iba hacer de problemas. Chan Yeol bien le comentó que está enamorado. Y, por tanto, ese era su problema.

Dentro de la casa, Yi Fan comenzó a buscar un espacio donde acomodarse, encontrando como sitio disponible un sofá que nadie parecía interesarse; por lo cual, rápidamente se fue a instalar. Una bebida de color azul se encontraba sujetando entre los dedos mientras observaba su alrededor por buscar con quien divertirse primero. Porque ese era el objetivo en una fiesta: divertirse. Y él había venido justamente para eso.

Sin embargo, su vista se vio obstruida con la presencia de cinco muchachos que muy bien los reconocía. En especial, a la persona que comenzó hablarle.

—Quién diría que te vería por aquí, Kris.

—No debería sorprenderte mi presencia, Woo Hyun.

—¿Viniste solo?

Yi Fan alzó una ceja por aquella curiosa actitud que mostraba el capitán del equipo de baloncesto.

—Eso que te importa —le respondió rudamente.

—Siempre el mismo, ni en una fiesta puedes relajarte.

—En cambio no puedo decir lo mismo de ti. ¿A qué se debe tanta curiosidad?

—Estamos en una fiesta, Kris. No estamos en la cancha de baloncesto. Aquí no soy tu capitán, sino un estudiante más que trata de divertirse —le comunicó, pero Yi Fan no le creyó en lo absoluto, aunque supo disimularlo soltando una carcajada.

—¿Por eso están aquí? ¿Esperan divertirse conmigo?

Woo Hyun en voz baja murmuró algo que fue imposible para Yi Fan comprender pues comenzó a sentirse un poco mareado después de haberle dado un sorbo a la bebida que sólo por escasos segundos había colocado sobre el brazo izquierdo del sofá.

Por más que buscó en cada salón a su novia, no había rastro de ella en ninguna parte, además aún no le contestaba las llamadas ni los mensajes volviendo complicado el hallar su paradero. Y ve que se volvió insistente, aunque de nada parecía servir si solo iba a obtener en respuesta la petición de la casilla de voz. Sin embargo, Chan Yeol no se dio por vencido, continúo buscando a su novia ahora en las habitaciones del segundo piso, encontrando escenas comprometedoras entre algunos invitados, pero, por suerte, en ninguna de ellas a su novia. Tampoco es como si la fuera a encontrar en alguna escena comprometedora. Eran novios. Y como tal, había un enorme respeto entre ambas partes.