XXXV

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Ponerse a conversar en medio del campo sobre antiguos pasajes vividos que no eran gratos para ninguno, no era el mejor escenario. Ellos lo sabían. Sin embargo, este encuentro se había dado, en algún momento debían volver a verse las caras. Y vaya que Woo Hyun ansió demasiado este momento. Después de tantos años, por fin, iba a obtener lo que tanto exigía; cobrarse de Yi Fan por lo que le había hecho. Debido a aquel problema en la universidad de Bucheon, tuvo que postular a una universidad poco reconocida y que ahora trataba de subir puntos con haber ganado en ser la sede del campeonato de baloncesto.

Lo peor de llegar a una pésima universidad era saber que la corrupción se veía a simple vista y que para abrir un club debía salir de los bolsillos de uno mismo. Un punto más a sumar que realmente, Woo Hyun deseaba partirle los dientes a Yi Fan por mandarlo a este infierno. Donde sus sueños de ser jugador profesional de baloncesto no iban a ver jamás la luz. Y ese era un golpe tan directo que no se lo dejaría pasar.

Y en su camino de revancha, tal vez puede que haya obtenido una ayuda que no se esperaba para desarrollar estratégicamente su plan.

Atacar a Yi Fan por medio de Chan Yeol, Woo Hyun sabía que ya no servía. En el pasado, creyó que bastaría, pero, no fue suficiente y el rebote fue perjudicial. Tratar de involucrar nuevamente con sustancias ilícitas no alcanzaba siquiera el cincuenta por ciento de su historial. Yi Fan era una persona demasiado lista para saber cómo volver a salirse con la suya y posiblemente hacer que vuelva a estropear sus planes. De manera que, debía hacer salir humo de su cabeza hasta conseguir aquel punto débil que haga caer esa barrera de seguridad que Yi Fan hacía crecer a su alrededor. Y esa debilidad llegó cuando Sung Jong le comunicó del nuevo juguete que parecía tener en su poder. Según fue informándose, parecía que había encontrado la pieza clave para dar comienzo a su revancha y conseguir ser el ganador en este juego.

—Es bueno saber que no se ha perdido nuestro cordial trató —le respondió, torciendo sus labios por sonreír forzadamente.

—¿Por qué habría de perderse algo que jamás existió? —Yi Fan fue directo. El comportamiento de Woo Hyun nunca fue de su agrado y menos ahora.

—¿No hay consideración siquiera por ser conocidos? —mostrando diversión en su timbre de voz.

Yi Fan dio los pasos restantes para acercarse hacia Woo Hyun para mirarlo con una dura expresión.

—¿Quieres que tenga consideración con el hijo de puta que le destrozó parte de su vida a mi hermano? —se resistió a alzar las manos y sostenerlo del cuello de su remera para escupirle cada palabra cerca al rostro.

—Ya le pediré las disculpas respectivas a tu hermanito —respondió, siendo imposible para Yi Fan no darse cuenta que lo decía con sarcasmo y eso endureció más sus facciones.

—No estoy para juegos, Woo Hyun —expresó con rudeza—. Si vuelves a meterte con Chan Yeol, siquiera tratas de provocarlo, no esperes que me esté controlando como ahora, seré el primero que te rompa los dientes así sea enfrente de tantas personas. Ganas no me faltan de cobrarme lo que me hiciste, lo que le hiciste a él y a su novia.

Woo Hyun solo mostró una sonrisa que sacaba de quicio a Yi Fan, pero no iba a agotar su paciencia y saliva con alguien que sabía que no se quedaría tranquilo. Era cosa de esperar con qué carta bajo la manga le saldría. Por eso, ignoró sus provocaciones al girar el cuerpo y darle la espalda para buscar retornar hacia los dormitorios. No obstante, detuvo sus cortos pasos cuando oyó el nombre de una persona muy familiar para él, nombrada por Woo Hyun. Yi Fan mirando hacia un costado dijo:

—No lo involucres en tus asuntos asquerosos.

Esa reacción fue acertada para lo que hablaría a continuación.

Objetivo: MasculinidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora